ARTÍCULOS SOBRE LA HISTORIA DE MANZANARES

2 de noviembre de 2017

EL TELÉGRAFO Y SU LLEGADA A MANZANARES

Los grupos humanos organizados siempre tuvieron la necesidad de comunicarse a distancia lo más rápidamente posible. Por ello, grandes imperios como el chino, romano o maya ya disponían de sistemas de correo terrestre muy bien planificados. No obstante, las comunicaciones por medio de mensajeros a pie o postillones a caballo tenían sus limitaciones por causas personales, orográficas o climatológicas y no eran lo suficientemente seguras ni rápidas para casos urgentes. Una invasión de ejércitos enemigos o el desembarco de piratas en cualquier punto de la costa exigían un conocimiento inmediato para adoptar contramedidas eficaces. Se recurrió entonces a las comunicaciones ópticas estableciendo redes de torres de vigilancia en cuya parte superior se prendían hogueras cuando era preciso transmitir una señal de peligro. Este mecanismo tan primario fue derivando con el tiempo hacia los heliógrafos y telégrafos ópticos que utilizaban los reflejos de la luz solar, si bien estaban restringidos a las horas diurnas. La solución a todos esos problemas vino con el desarrollo del telégrafo eléctrico a mediados del siglo XIX. Este gran invento fue desarrollado por los norteamericanos Samuel Finley Breese Morse y Alfred Lewis Vail, quienes realizaron la primera demostración pública en 1844 con un lenguaje de puntos y rayas que pronto se haría mundialmente famoso.


La tecnología avanzaba a tal velocidad que el gobierno español tuvo que cancelar en 1852 la red telegráfica óptica que todavía estaba construyendo para instalar los nuevos sistemas de telegrafía eléctrica basados en el sistema Morse. Al objeto de contar con el personal técnico necesario para implementar el sistema, en 1852 se constituyó la Escuela de Telegrafistas. El Cuerpo de Telégrafos fue creado por Ley de 22 de abril de 1855 y por expreso deseo de Isabel II se concibió desde sus orígenes como un servicio público. (1) El primer Director General de Telégrafos fue el brillante ingeniero de la Armada D. José María Mathé Aragua, quien antes había actuado como asesor del gobierno respecto a los diferentes equipos y sistemas existentes en el mundo.

Los trabajadores de Telégrafos manejaban información importante, por ello formaban un grupo profesional de gran responsabilidad y relevancia social. Eran funcionarios, adscritos en principio a la Secretaría de Estado y más tarde al Ministerio de Gobernación, vestían de uniforme y estaban sometidos a un riguroso régimen disciplinario.

Haciendo un importante esfuerzo presupuestario, entre los años 1854 y 1863 quedó constituida la primera red de telegrafía eléctrica española con una estructura radial que, partiendo de Madrid, enlazaba con todas las capitales de provincia y las principales ciudades del país. Estas líneas principales estaban unidas entre sí por otra serie de líneas transversales.


Líneas telegráficas
Entre las líneas contratadas en 1855 estaba la de Tembleque a Andújar pasando por Manzanares. Tenía cuatro hilos y contaba con una estación-comandancia y otras tres de servicio. Desde la estación de servicio de Manzanares partía una línea de dos hilos hacia Ciudad-Real por Almagro. (2)
La fecha de inicio del servicio telegráfico en la estación de Manzanares fue el 18 de noviembre de 1857 según la circular que reproducimos a continuación: (3)

MINISTERIO  DE GRACIA Y JUSTICIA.- Circular.- En real orden de fecha 11 del actual se dice á este ministerio por el de la Gobernación del reino lo que sigue:
Excmo. señor: Desde este día quedan abiertas para el servicio de correspondencia oficial las estaciones telegráficas de Tembleque, Manzanares, La Carolina, Andújar, Jaén, Granada, Málaga, Córdoba y Sevilla.
De real orden, comunicada por el señor ministro de la Gobernación, lo digo á V. E. para los efectos correspondientes.
Madrid 18 de noviembre de 1857.- El subsecretario, Ramón Gil Osorio.


Equipo emisor-receptor

En los primeros años eran frecuentes las averías y los cortes de comunicación cuando las tormentas derribaban los postes que soportaban los hilos. Con el tiempo mejoraron los aparatos de transmisión y recepción de datos. En 1870 tuvo lugar un avance significativo ya que se introdujeron nuevos equipos que permitían traducir directamente el mensaje telegráfico de puntos y rayas en caracteres alfabéticos.
La telegrafía eléctrica fue usada fundamentalmente por la administración del Estado, pero al ser una red pública tuvo otros importantes usuarios, como los periodistas de la época, que vieron en ella el medio ideal para transmitir rápidamente las noticias, y por los empresarios ya que les permitía realizar operaciones mercantiles o conocer con bastante rapidez las cotizaciones de la Bolsa nacional y extranjera.
En Manzanares la sede de Telégrafos estuvo a principios del siglo XX en la actual calle Jesús del Perdón, en una casa que todavía se conserva ahora dedicada a la venta de quesos. Posteriormente se trasladó a la calle Empedrada, junto a la casa de la familia García-Noblejas. Finalmente, en 1961 se agruparon los servicios de Correos y Telégrafos en el edificio de la Plaza de la Constitución que ocupan en la actualidad.
Ante la tardanza del correo postal y la escasa calidad de las comunicaciones telefónicas, el telégrafo fue durante muchos años el método preferido para la transmisión urgente de noticias, tanto administrativas como comerciales.
El servicio de telégrafos quedó obsoleto a finales del siglo XX por el extraordinario desarrollo de la telefonía por cable e inalámbrica y la aparición de Internet.

NOTAS
1.- OLIVÉ ROIG, Sebastián. 150 años del telégrafo en España.
  http://www.coit.es/foro/pub/ficheros/libros150anosdeltelegrafoenespana_ae9863b5.pdf
2.- Periódico La España del 17 noviembre de 1855
3.- Periódico La España del 20 noviembre 1857
4.-Funcionamiento:
Cuando en la estación emisora se cierra el interruptor (manipulador) circula una corriente por el siguiente circuito: polo positivo, línea, electroimán, tierra, polo negativo, lo que tiene como consecuencia que, activado el electroimán, sea atraída una pieza metálica terminada en un punzón que presiona una tira de papel, que se desplaza mediante unos rodillos de arrastre, movidos por un mecanismo de relojería, sobre un cilindro impregnado de tinta, de tal forma que, según la duración de la pulsación del interruptor, se traducirá en la impresión de un punto o una raya en la tira de papel.



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