MANUEL DE MOZOS, RAPSODA, ACTOR Y POETA
Manuel López de los Mozos Fernández-Cañadas fue hijo de Manuel López de los Mozos Clemente (confitero) y de Agustina Fernández-Cañadas Callejas. Nació el 28 de agosto de 1913 en Herencia (Ciudad Real) de donde eran su madre y abuelos maternos, pero desde su más tierna infancia vivió con sus padres y hermanos en Manzanares. (1)
Cursó estudios primarios en el colegio de Hermanos Maristas donde pronto destacó por su privilegiada memoria y capacidad para recitar poemas. Siendo todavía un adolescente dio sus primeros pasos como actor en el Círculo Católico Obrero de San José, participando en algunas obras de teatro bajo la dirección de José Lucena Ocaña y Francisco Naranjo. Con frecuencia era requerido para amenizar con sus versos las veladas artísticas que se celebraban en dicha institución, de modo que era conocido en el pueblo como “Manolillo el del Círculo”.
Nada sabemos de su trayectoria durante la guerra civil. Teniendo ya 23 años debió ser movilizado, aunque no sabemos en qué zona. Sí existe constancia de sus simpatías por los sublevados contra el gobierno de la República; de hecho, al finalizar el conflicto fue nombrado jefe del Sindicato Español Universitario (SEU) en Ciudad Real, agrupación estudiantil afecta al nuevo régimen. En aquellos tiempos de represión y luto, nada propicios para manifestaciones culturales, llegó a montar una Feria del Libro, como homenaje a Miguel de Cervantes, y organizó un grupo de teatro que recorrió distintos pueblos de la provincia para representar la obra “El divino impaciente”, de José María Pemán. En ella encarnaba el papel principal como San Francisco Javier. (2)
Manuel López de los Mozos. Foto gentileza de Francisco Barbachano
Invitado por la Asociación de Escritores y Artistas de Madrid para dar un recital poético, quiso que fuera su pueblo quien juzgara antes que nadie su arte como rapsoda. El acto fue organizado por el Frente de Juventudes y tuvo lugar en el Gran Teatro el día 14 de febrero de 1940 con asistencia de autoridades locales y jerarquías del Movimiento. (3) Se le presentó como propagandista inigualable del Imperio naciente y las grandezas de la Patria. Adaptándose al momento de euforia falangista propio de posguerra, dedicó la primera parte de su actuación a recitar una serie de “poemas azules”, entre ellos Las tres Marías, Balada de los cuatro luceros, Romance de Castilla en armas y Elegía del Cesar visionario, todos ellos de Federico de Urrutia; Unificación, de Jacinto Miquelarena, y dos propios, titulados Poema del llanto y Mi boina nueva
En la segunda parte declamó temas andaluces y extremeños, tales como Diligencia de Carmona, Semana Santa Sevillana, Mi tío, El viático, A la muerte de Julio Romero, La nacencia, Del viejo el consejo y A la mujer cordobesa. Utilizando un armonioso tono de voz y una especial sutileza en la mímica cautivó absolutamente a los espectadores. (4)
Por esas fechas actuaba en el Teatro Español de Madrid la compañía de Mariquita Guerrero, Fernando Díaz de Mendoza y Ricardo Calvo. Consciente de su valía, Manuel se presentó ante aquellos tres grandes de la escena durante uno de los ensayos rogando le hicieran unas pruebas de declamación. Impresionó tanto su calidad interpretativa que fue inmediatamente contratado. Debutó como actor profesional en San Sebastián representando la obra “La Malquerida”, de Jacinto Benavente. A comienzos de 1941 embarcó hacia Argentina, formando parte del grupo en la gira de actuaciones que tenían contratadas. (5)
Después de permanecer un año en la empresa de Mariquita Guerrero decidió separarse y actuar en solitario. Fueron tiempos de grandes dificultades y penurias hasta que logró hacerse un nombre y una fama. Durante siete años recorrió los teatros de las principales ciudades de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá, perfeccionando su estilo y ganando mundología. La experiencia acumulada imprimió tal efectismo a sus interpretaciones que podía hacer reír o llorar al público según su voluntad. Juan Antonio Río Morales, presidente de Chile, afirmó que de las personas que pasaron por su país como recitadores nadie causó la sensación de Manuel de Mozos.
En la lejanía de su patria sufrió los embates de la añoranza y el recuerdo de la familia, especialmente de su madre a la que, desde la capital de Ecuador, envió el siguiente poema: (6)
A MI MADRE
He perdido tu voz en la distancia y sin embargo me acompaña el eco.
He perdido tus ojos tan queridos y sin embargo tengo sus reflejos
en mi vida sin luz, como un vigía en el barco perdido de tu aliento.
Me duelen tus letras amorosas como cuchillos clavados en el pecho,
y mis ojos, arroyos incipientes, manchando están tus letras con mis besos.
¡No! ¡Nunca de mí te fuiste! ¡Ni en mi alma faltaba tu recuerdo!
Te veo siempre junto a mi vida falsa vigilándome atenta desde lejos.
Te he visto sollozar entre la lluvia, en el aire, y el sol y por el viento.
Siempre estuviste en mí, escondida y presente, llorando por tu hijo y su desierto.
En las noches mi cabecera fuiste, y cuando sollozaba, amargo y en silencio,
eran tus manos un pañuelo invisible y era tu voz como un murmullo lento
de caricia lejana que traía en las noches paz y descanso para mi pobre cuerpo.
Cuerpo de hombre con un alma de niño hambriento de caricias y de besos sediento,
cuerpo aterido por todos los caminos, azotado y rasgado por los vientos.
Ya por mis sienes empezó la nevada, blanca moneda que devuelve el tiempo,
y pienso en tu cabeza, que era noche, convertida en blancura… y me estremezco.
Quiero llegar a ti, cansado, y en tu puerta pedirte la posada de tus brazos abiertos
y clavarme en su cruz hasta dormirme con la lluvia soñada de tus besos.
Sueño llegar a ti, rogándote me ampares con esta boca reseca sin aliento,
beber en la fuente de la tuya hasta saciar la sed de mi tormento.
Cuando llegue a tu casa con mi vida No me preguntes: Hijo, ¿qué te han hecho?
¿Por qué llevas los ojos con un luto que no parecen vivos, sino muertos?
No me preguntes nada, madre mía, que es tu hijo que llega de un desierto
y no encontró jamás una mirada de amor y compasión en sus lamentos.
Déjame madre, deja madre mía que esconda en tu regazo mis lamentos,
no me preguntes nada, no me llores y siéntete feliz por el encuentro.
Estando aquí contigo lo demás no importa, que todo es falsedad, mentira y escarmiento.
La verdad eres tú y estoy contigo como un niño perdido que ya ha vuelto.
Nunca te fuiste de mi vida. ¡Nunca! y es tuyo mi dolor y mis recuerdos,
como son tuyas las lágrimas vertidas y los aplausos que dieron a mis versos.
A primeros de julio de 1948 regresaba Manuel a España consagrado como destacado rapsoda. En Buenos Aires, el coronel Domingo Alfredo Mercante, secretario del Consejo de Ministros, le impuso la medalla del gobierno argentino “en atención a la campaña de profundo españolismo y de gran cultura llevada a cabo por todo el país”. Lo mismo ocurrió en Potosí, donde fue condecorado con la medalla del gobierno de Bolivia. (7)
El día 16 de ese mismo mes volvió a actuar ante sus paisanos en el Gran Teatro de Manzanares con un lleno impresionante. Recitó veinte poesías escogidas haciendo vibrar al auditorio con su verbo apasionado, capaz de emocionar a las gentes con el dramatismo y pasión del relato. Al agotarse las localidades tuvo que dar un segundo recital en el Gran Casino donde volvió a conquistar al público con su magnífica interpretación. (8)
El prestigio artístico del rapsoda manchego iba en aumento y se multiplicaban los requerimientos y compromisos. Inmediatamente inició una gira por España, comenzando por Ciudad Real y los pueblos más importantes de la provincia. Requerido por el obispo Echeverría, el 11 de septiembre actuó en el Seminario Diocesano de Ciudad Real en un acto benéfico organizado por la Junta pro restauración de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. Asimismo, fue invitado por Blas Tello Fernández-Caballero para actuar en Toledo, donde entonces ejercía como gobernador Civil. El acto tuvo lugar el 28 de septiembre ante numeroso público, autoridades provinciales y embajadores de los países iberoamericanos donde adquirió su fama. En los primeros día de enero de 1949 actuó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid ante un selecto auditorio consiguiendo un triunfo abrumador que consolidó definitivamente su prestigio. (9) Tras asistir a una de sus actuaciones, el prestigioso dramaturgo y premio Nobel de Literatura, Jacinto Benavente, afirmaba: “la voz emociona y las manos revelan. Tal es el arte milagroso de este artista español”.
De vuelta a Manzanares, en enero de 1949 volvía a intervenir en el Cine Avenida recogiendo vibrantes aplausos de un auditorio rendido ante sus virtudes declamatorias.
A partir de ese momento comienza una gira de casi dos años de duración por distintas capitales de Andalucía y Castilla la Vieja, mostrando sus excepcionales cualidades artísticas ante públicos de la más diversa condición. Existe constancia de actuaciones en Sevilla, Valencia, Valladolid, Salamanca, Palencia, Burgos, Segovia, Zamora, León…. Marchaba ya a tierras gallegas cuando una apendicitis estuvo a punto de acabar con su vida. Tuvo que ser operado de urgencia en Ponferrada y, gracias a la ayuda del gobernador civil de Palencia, fue trasladado a Lugo para recibir mejor atención. Pasó la convalecencia en el Hotel Roma de la capital lucense, pero sus ahorros se agotaron y el ayuntamiento de Manzanares tuvo que enviarle algún dinero para sobrevivir. (10)
Manolo era un hombre simpático que arrastraba al público con su fuerza interpretativa en temas dramáticos. Barcelona fue un importante foco cultural en la década de los cincuenta donde encontraban oportunidades todos los dedicados al mundo de la farándula.
En los años cincuenta Barcelona se convirtió en un potente foco de expresiones artísticas y actividades culturales de vanguardia. En esta gran ciudad encontraban oportunidades de trabajo y de triunfo todos los que, de una u otra forma, vivían del mundo del espectáculo. Allí recaló Manuel en 1951 y permaneció hasta finales de 1954. Unas veces contratado por compañías de variedades, como la que dirigía Carmen de Lirio, y otras de forma libre, actuó en casi todos los teatros y cines de barrio que, además de pasar las dos películas de rigor, incluían la intervención de bailarinas, humoristas, cantantes melódicos y, como plato fuerte, el rapsoda de Mozos. Los escenarios de los cines Iris, Selecto, Versalles, Diana, Venus, Alarcón, y otros muchos, contemplaron los excepcionales recitales del manchego. Manolo era una garantía de llenado para cualquier local que lo contratara. Parte del éxito se debía a la cuidadosa elección de su repertorio en el que siempre incluía los temas “La Profecía” y “Me da usted candela” que encantaban a la audiencia. Habitualmente tenía que hacer dos o tres bises con la gente en pie. Debido al éxito obtenido se veía obligado a prolongar sus intervenciones en el mismo local durante semanas, siendo presentado en las carteleras como “Manuel de Mozos, dueño y señor del verso”. (11)
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La popular vedette y actriz Carmen de Lirio rodeada de admiradores y colaboradores. Manuel de Mozos aparece de pie a la izquierda. Foto gentileza de Francisco Barbachano
Durante su estancia en Barcelona participó de las veladas literarias que su amiga y mecenas, la poetisa Marina de Castarlenas, organizaba en su mansión de la calle Trafalgar. También era asiduo del “nido de arte” que funcionaba en la parte baja del teatro del Liceo, donde se formaban interesantes tertulias con la participación de artistas profesionales y aficionados que interpretaban romanzas de zarzuela o recitaban poesías.
Manuel era hombre reservado, pero cordial y generoso, muy querido de la gente; un personaje bohemio que vivía en pensiones o habitaciones alquiladas en el barrio del Paralelo. Cuando disponía de dinero se mostraba un tanto extravagante y promiscuo. Desde su condición de persona bisexual lo probó todo en el deslumbrante mundo de la farándula y en los transgresores ambientes de cabarets y salas de fiesta. En sus declamaciones hablaba con deje andaluz o extremeño y nadie podía imaginar su procedencia manchega. (12)
Gentileza de Francisco Barbachano
Participó como invitado en varios programas de radio donde hizo gala de su verbo cautivador. Además, fue contratado como actor secundario en dos películas: “Mercado prohibido”, dirigida por Javier Setó, y “Almas en peligro”, de Antonio Santillán.
Cuando su trabajo iba declinando en la ciudad Condal decidió regresar a América con un repertorio renovado y una gran experiencia acumulada. De esta fase de su vida contamos con muy pocas noticias. Parece que continuó realizando giras por la mayoría de países de Centroamérica e incluso actuó en alguna ciudad de Estados Unidos. Trabajó de forma infatigable como actor de teatro y recitador de poesía.
Sus relaciones personales fueron bastante inestables y tormentosas. Según él mismo cuenta, además de sus esporádicas relaciones homosexuales, tuvo amoríos con seis mujeres bellísimas, una de ellas la actriz y cantante estadounidense Abigail Glasmann, conocida como Abbe Lane, divorciada del director de orquesta Javier Cugat. (13)
En 1974, estando en Azul (Argentina), se enamoró perdidamente de un joven judío de 17 años al que fue poniendo cerco hasta que su novia, guerrillera peronista montonera, le puso una pistola en el pecho. Bajo amenaza de muerte tuvo que abandonar la ciudad, no sin antes entregarle al chico esta apasionada poesía: (14)
UN NOMBRE DE SIETE LETRAS
Cuando me mate este amor,
porque tiene que matarme,
los pocos que me queréis
este secreto guardadme.
Llevadme al morir el día,
cuando los pájaros canten
y las estrellas se enciendan
y las hogueras se apaguen.
Junto a mi tumba, una a una,
siete rosas deshojadme;
las siete letras que son
siete gotas de mi sangre;
siete letras tan queridas
del nombre que nadie sabe.
Vendrá la luna celosa,
luna bella, luna blanca,
luna de mis soledades,
a contemplar a sus pies
tan fino y gentil amante
que por saber del dolor
de haber nacido tan antes
vivió muriendo y callando
un amor imponderable.
Que queden las siete letras
cual secreto inescrutable,
como siete mariposas
entre la tierra y el aire.
Manolo alcanzó su cenit en América e hizo escuela en el arte de la recitación. Tenía un don especial para cautivar al espectador y excitar sus emociones, haciéndole vibrar con magistral combinación de pasión y gesto durante el relato. En Hispanoamérica pudo incluir en sus actuaciones versos que en España estaban vetados por la censura, tales como “La casada infiel”, de Federico García Lorca, o “Un duro al año”, de Eusebio Blasco.
Durante sus viajes por el continente tuvo ocasión de conocer a políticos, actores, cantantes, escritores y poetas de fama internacional. Entre sus muchos amigos estaban Jorge Guillén, Pablo Neruda, José Mojica (tenor mexicano), Juana de Ibarbourou (poetisa uruguaya), Daniel de la Vega Uribe (poeta, dramaturgo y periodista del diario El Mercurio), Gabriela Mistral y tantos otros. La diplomática y poetisa chilena sentía especial cariño por el rapsoda español cuando afirmaba: Decir un verso no es recitarlo, es sentirlo en la entraña y repartirlo como un nuevo milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Esto hace mi admirado y querido amigo Manuel de Mozos.
Después de muchos años de vida errante, siempre viajando de ciudad en ciudad, decidió establecer su residencia en la ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires. En una casa propia convivió con su hijo Luis Alberto hasta que vino a visitarle la desgracia. Las intensas lluvias caídas en la zona a finales de abril de 1980 provocaron el desbordamiento del arroyo Tapalqué, dando lugar a una enorme riada que ocasionó 22 muertos y varios desaparecidos. La mayor parte de la ciudad quedó bajo las aguas. Manuel de Mozos, perdió a su hijo en el desastre al derrumbarse el edificio que habitaban. Desolado por el terrible golpe, perdido todo su patrimonio material, Manuel, que ya contaba 67 años, nunca llegó a recuperarse del todo. Pensó ingresar en la Casa del Teatro de Buenos Aires, residencia de artistas jubilados con necesidades económicas y de vivienda, pero intervino el embajador de España facilitando la repatriación y su ingreso el 8 de octubre de 1982 en la residencia Nuestra Señora del Carmen de Cantoblanco (Madrid).
Al volver de América todavía se encontraba con fuerzas para actuar. Escribió al ayuntamiento de Manzanares ofreciendo dar un recital, pero eran tiempos de cambio en la política local y nunca tuvo respuesta. Luego, el paso de los años fue mermando facultades y alterando su memoria. Estando en la residencia llegó a publicar un libro de poesías que tituló “La luna y el pozo” que resultó un gran fracaso económico.
Durante años, su gran ilusión fue abandonar la residencia, donde no se encontraba a gusto, y volver a su añorado Manzanares. Desgraciadamente nunca pudo realizar su sueño. El 7 de marzo de 1999 moría solo, decepcionado de todo y de todos, aquel que fue reputado actor y figura cumbre de la rapsodia en el mundo de habla hispana. Sirva este pequeño trabajo como recuerdo a su figura.
SER RAPSODA
El arte del bien decir
es el arte del rapsoda
que, valedor del poeta,
va desgranando su obra
con su voz y su dicción,
acariciando romances,
sonetos, rimas y odas.
Es la palabra serena;
sobriedad en la figura,
gesto altivo o de humildad,
risa y llanto en un instante,
desdoblamiento sereno,
según el verso lo mande…
Francisco Barbachano
Autocaricatura
FUENTES
2.- Periódico Lanza del 27 de marzo de 1948. Ciudad Real.
Las andanzas de Manuel de Mozos en sus primeros años de carrera como actor y poeta nos han llegado gracias a los artículos publicados en el periódico provincial por José López Cava (JOLOPCA), corresponsal del diario en la localidad.
3.- Periódico Lanza del 27 de marzo de 1948. Ciudad Real.
Su hermano Antonio, nacido el 7 de octubre de 1918, estuvo también vinculado a Falange Española, siendo Delegado Comarcal del Frente de Juventudes en Manzanares entre 1944/1955.
4.- Programa anunciador del acto.
5.- Periódicos Lanza del 27 de marzo y 23 de septiembre de 1948. Ciudad Real.
María Guerrero López (1914-1994), actriz, conocida como Mariquita Guerrero, sobrina de la legendaria actriz María Guerrero. Estaba casada con el también actor y empresario Fernando Díaz de Mendoza Guerrero.
Ricardo Calvo Agostí, era también un brillante actor y director de teatro.
6.- Periódico Lanza del 1 de abril de 1948. Ciudad Real.
7.- Periódico Lanza del 19 de julio de 1948. Ciudad Real.
8.- Periódicos Lanza del 17 de julio y 5 de agosto de 1948. Ciudad Real.
9.- Periódico Lanza del 20 de septiembre de 1948. Ciudad Real y diario Dígame del 18 de enero de 1949. Madrid
10.- Periódicos Lanza del 12 y 13 de julio de 1949. Ciudad Real.
11.- BARBACHANO RABELLA, Francisco: Cuaderno de rapsoda y breve manual práctico. Tarafa Editora de Publicaciones S. L. Página 98. Barcelona, 2008.
12.- Informes de Francisco Barbachano Rabella, amigo y compañero de Manuel de Mozos. Éste le dio la “alternativa” artística como rapsoda bajo el pseudónimo de “Manuel del Campo” y debutó en el cine Iris de Barcelona con el poema La profecía de Manuel de León.
13.- Carta personal enviada el desde la residencia a su amigo y poeta manzanareño Jerónimo Calero Calero. Esta fechada a 20 del mes que sea del 86.
14.- Entrevista realizada a Eduardo Grutzky, nacido en Abril (Argentina) en 1956. Actualmente reside en Estocolmo (Suecia).
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