De
los militares forasteros que estuvieron en Manzanares durante la guerra Civil de
1936, destaca por su personalidad y vivencias quien ocupara el cargo de Comandante
Militar de la Plaza: el coronel Leopoldo Bejarano Lozano.
Procedía
de una destacada familia salmantina. Su padre, Eloy Bejarano Sánchez, fue un
prestigioso médico y cirujano que también ejerció algún tiempo como profesor de
Ciencias en el Instituto de Béjar. Trasladado a Madrid ocupó
importantes cargos públicos, tales como los de Vocal del Real Consejo de
Sanidad, Consejero de Instrucción Pública, Inspector General de Sanidad
Interior y Académico de la Real Academia de Medicina. (1) La madre, María
Lozano Cecilia, estaba dedicada al cuidado del hogar y de sus tres hijos,
Leopoldo, Fernando y Julio.
Leopoldo nació en Béjar el 27 de septiembre de 1879.
De carácter aventurero, pronto se sintió atraído hacia la vida militar. Con
apenas 19 años ya participaba en la guerra de Cuba como ayudante del general Agustín
de Luque y Coca. (2) Acostumbrado a poner en riesgo la vida y endurecido por el
ambiente cuartelero, desde muy joven desarrolló un carácter temerario y pendenciero,
llegando a participar en varios duelos. (3) Posiblemente éstas fueran las causas de su
expulsión del ejército en 1908, truncando a los 29 años una prometedora carrera
militar cuando ya había alcanzando el
grado de capitán de Infantería.
Leopoldo Bejarano Lozano |
Tras abandonar las fuerzas armadas hizo sus pinitos en
política y militó activamente en el partido Unión Republicana de Nicolás
Salmerón, trabajando en la Sección de Propaganda. Tenemos constancia documental
de su intervención en varios mítines, entre ellos en el de Talavera de la Reina
(mayo 1910) y en el de Santander (diciembre de 1910). (4) Ese mismo año ingresaba en la logia masónica “Iberia” de Madrid (5)
Al tiempo que Unión Republicana se desmoronaba como
partido al derivar hacia el catalanismo, se iba consolidando en Leopoldo su
vocación de escritor y periodista, entregándose apasionadamente al mundo de las letras.
Consiguió un primer empleo como redactor del periódico
“El Liberal” de Madrid y le enviaron a la guerra del Rif como reportero de
guerra.
En
África conoció a destacados jefes y oficiales, tales como Francisco Franco
Bahamonde o José Millán Astray Terreros, estableciendo relaciones de franca
amistad con los generales José Sanjurjo y Emilio Esteban-Infante.
Impregnado
del ambiente rifeño, en 1913 publicaba su pequeña novela titulada “Episodios de
la guerra de África contados por mi caballo” dentro de la colección El Libro Popular.
Hombre extraordinariamente culto, los años limaron el
carácter impetuoso de su juventud y le convirtieron en una persona liberal,
abierta a todas las ideas y alejada de cualquier fanatismo. Durante
muchos años frecuentó los círculos culturales de la capital y se relacionó con
sus élites intelectuales: escritores, autores, artistas. Entre sus amigos más
entrañables cabe citar a José Bergamín y a los hermanos Álvarez Quintero.
Como periodista profesional, y vocal de la Asociación
de la Prensa de Madrid, siguió trabajando en “El Liberal” ocupándose de la
crítica de espectáculos, especialmente teatro y zarzuela, llegando a gozar de
gran prestigio por su acertado criterio e imparcialidad.
En 1927 lo encontramos colaborando en la revista
cómico-satírica “Cosquillas” donde,
bajo el pseudónimo “Belorcio”, compartía páginas con Miguel Mihura, Ramón Martínez
Álvarez, Picó, Pablo Torremocha, Miguel Santos, Fidel Prado, etc.
Asimismo, fue coguionista, junto a su hermano Julio,
de la película “La terrible lección”,
dirigida en 1927 por Fernando Delgado de Lara y patrocinada por el Ministerio de la
Gobernación con la idea de mentalizar al público sobre las terribles
consecuencias de las enfermedades venéreas. En ella intervinieron como actores
los prestigiosos doctores Isidro Sánchez-Covisa y Julio Bejarano. (6)
Doctor D. Julio Bejarano Lozano |
Por razones de trabajo mantenía estrecha relación con
el mundo del espectáculo y conocía a la mayoría de compositores, actores, tenores,
tiples y empresarios de teatro y zarzuela de Madrid. Un día le presentaron a
una chica muy joven, la mezzosoprano valenciana Selica Pérez Carpio y quedó
deslumbrado por sus virtudes artísticas. Con sumo gusto colaboró en la
organización del homenaje que se tributó a la famosa cantante de zarzuela en
mayo de 1929. (7) Aquella relación meramente profesional se trocaría después en sincera
amistad y acabaría en apasionado romance a pesar de tener una diferencia de
edad de más de veinte años. Separado de su primera mujer, Leopoldo contrajo matrimonio
con Selica en julio de 1934. (8) Fruto de este enlace nacería una niña a la que
pusieron por nombre Selica, al igual que su madre.
Tras el fallido intento de golpe de Estado
protagonizado por el general Sanjurjo en agosto de 1932, el militar africanista
fue encarcelado, juzgado y condenado a muerte. Leopoldo, sin compartir las
ideas golpistas del exdirector de Carabineros, antepuso su fidelidad de amigo y
le visitó en presidio confortándole y animándole al tiempo que utilizaba sus
influencias para que fuera indultado. Con este motivo, en 1935 escribiría el opúsculo
titulado “Sanjurjo, un general expatriado”
dentro de la serie Biografías Populares.
Gracias a la Ley de Amnistía promulgada el 24 de abril
de 1934, pudo solicitar y obtener la reincorporación al Ejército. Por acuerdo
del Consejo de Ministros se le volvía a reconocer su grado de teniente, si bien
pasaba a la reserva al tener la edad correspondiente para ello. (9) Posiblemente para mostrar su gratitud, obtuvo una
audiencia con el presidente del Gobierno, Alejandro Lerroux, antiguo correligionario de Unión Republicana, quien
lo recibió en enero de 1935. (10)
Sensible
ante la injusticia, viniera de donde viniera, mostró abiertamente su
indignación y apoyo a Manuel Azaña, cuando fue detenido y encarcelado en
octubre de 1934 acusado arteramente de connivencia con los independentistas
catalanes.
Al
producirse el golpe de Estado de 1936, Leopoldo se incorporó a las Milicias de
Prensa y Propaganda. Por su formación y ascendencia republicana quedó asignado
al Estado Mayor del Ministerio de Defensa con la categoría de coronel hasta agosto de
1937. (11) En septiembre de ese mismo año fue nombrado Comandante Militar de
Manzanares, residiendo en la sede de la nueva Comandancia instalada en la casa
número 26 de la calle Empedrada. (12)
De
su estancia en nuestro pueblo no quedan hechos memorables. El coronel Bejarano
cumplió sus obligaciones castrenses, procurando evitar nuevos desmanes de elementos
incontrolados. En este sentido favoreció a algunas familias conservadoras protegiéndolas
de las amenazas o coacciones de los izquierdistas más fanáticos.
En
octubre de 1938 fue destinado a Ciudad Leal (como entonces se llamaba Ciudad
Real) donde se hizo cargo de la Comandancia Militar de la capital. En su nuevo destino se comportó
con el mismo tacto y moderación que en Manzanares.
(13) Selica le visitaba en los diferentes
destinos siempre que lo permitían sus compromisos artísticos, deslumbrando a los
lugareños con su donaire y belleza.
Al
finalizar la guerra, Leopoldo Bejarano fue detenido, encarcelado y sometido a
juicio sumarísimo el 4 de octubre de 1939 en el Juzgado Especial de Ejecutorias
de Jefes y Oficiales de Córdoba. Afortunadamente consiguió el testimonio
favorable de algunas personas de derechas a las que había protegido. No
obstante, lo que resultó decisivo en el ánimo de los jueces fue el telegrama
enviado por el general Millán-Astray declarando el apoyo prestado al general
Sanjurjo durante su detención, así como los esfuerzos del encausado para conseguir el
indulto del militar golpista. Atendiendo a la categoría de su principal avalista
la sentencia fue muy suave, resultando condenado a la pena de tres años y un
día de prisión militar, pena que no llegó a
cumplir al ser inmediatamente indultado. Lo que sí se llevó a cabo fue su expulsión del ejército al ser considerado culpable de un delito de
negligencia al no haber apoyado al Movimiento Nacional. (14)
En
septiembre de 1943, pocos días antes de cumplir 64 años, volvió a ser detenido.
La policía encontró fotografías, documentos
comprometedores y algún periódico clandestino durante el registro practicado en el establecimiento “Fotografía Mendoza”,
situado en la calle del Carmen 14 de Madrid y regentado por el reportero de guerra
republicano José María Díaz Rodríguez-Casariego. Sometido a interrogatorio,
el arrendatario del local declaró que allí se reunían varios exmilitares del
bando perdedor para cambiar impresiones acerca de la marcha de la guerra
mundial. Su intención era crear una organización que evitase la caída de
España en manos del comunismo en caso de que los aliados derrocaran a Franco. A
consecuencia de estas pesquisas se detuvo a diez personas,
entre las que se encontraba Leopoldo Bejarano.
Durante
el juicio celebrado el 10 de octubre de 1944 ante el Tribunal Especial de
Delitos de Comunismo, se consideró probado
que los inculpados hacían circular noticias y rumores desfigurados y
tendenciosos dirigidos a perjudicar el crédito de la Autoridad del Estado. Aunque los hechos no revestían especial gravedad condenaron a Bejarano a dos
años de prisión al considerarlo reincidente. (15)
Aun
tendría que afrontar otra sentencia del Tribunal de Represión de los Delitos de
Masonería, quedando marcado definitivamente por su condición de “enemigo del
régimen”. A pesar de tantas adversidades y desengaños murió en Madrid
el 18 de mayo de 1964 a los 85 años de edad. (16)
NOTAS
2.- Periódico
ABC del 20 de mayo de 1964, página 92
3.- Cansinos-Asséns,
Rafael.
La novela de un literato. Volumen II. Madrid, Alianza Editorial, 1985,
pp.304. Caracteriza a Bejarano como «camorrista, célebre por sus duelos y
pendencias».
4.- Periódicos
El Liberal del 5 de mayo y El País del 9 de diciembre de 1910
5.- Boletín
del Gran Oriente Español del 28 de julio de 1910
6.- Julio Bejarano Lozano, nació en Madrid el 2 de
febrero de 1893. Estudió medicina en la Universidad Central y trabajó en la Beneficencia Municipal, en
el Hospital San Juan de Dios y en la Facultad de Medicina como profesor
agregado de Dermatología. En 1930 fue
becado para trabajar en el Instituto Pasteur de París investigando sobre la
lepra. Por sus estudios sobre esta enfermedad recibió la Legión de Honor. Obtuvo el cargo de Director general
de Sanidad en 1933. Presidente de la Academia Española de Dermatología y
Venereología desde 1931 hasta 1934. Al igual que su padre, fue también
presidente del Colegio de Médicos de Madrid de 1936 a 1937. Afiliado en la Agrupación Socialista de Madrid fue durante la guerra civil Jefe de los
Servicios Médicos de Sanidad del Ejército Republicano con el grado de general.
Tras la victoria de las fuerzas de Franco tuvo que exiliarse a México, siendo
fundador y jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de la Sociedad de
Beneficencia Española y presidente
de la Sociedad Mexicana de Dermatología. Publicó numerosas monografías sobre la
lepra, la sífilis y otras enfermedades venéreas. Falleció en México el 6 de
enero de 1966.
7.- Esta admirable
mezzosoprano, nacida en el valenciano pueblo de Jarafuel el 19 de septiembre de
1900, fue la reina indiscutible del género lírico durante más de treinta años.
Lo sorprendente es que Selica no sabía música ni había estudiando canto. Todo
lo aprendió por sí misma cuando, siendo niña, llevaba la cena a sus hermanas
mayores que trabajaban como coristas en el Teatro Ruzafa de Valencia. Allí
escuchó obras tanto de zarzuela grande como de género chico, que su excelente
memoria musical retenía fácilmente y luego cantaba a sus amigas. Ella misma se
fue procurando así un extenso repertorio llegando a estrenar unas ochenta
zarzuelas. En 1934 participó en el rodaje cinematográfico de “La verbena de la
Paloma”, dirigida por Benito Perojo, interpretando el papel de la “Señá Rita”,
al lado de Miguel Ligero, Roberto Rey, Raquel Rodrigo, Charito Leonís y Dolores
Cortés.
Su
padre, que era sastre y muy aficionado a la ópera, le puso el nombre de Selica,
igual que el de la protagonista de “La Africana”, de Giacomo Meyerbeer.
Retirada
desde 1976, Selica Pérez Carpio falleció en Madrid el 23 de mayo de 1984
8.- Periódico ABC
del 13 de julio de 1934.
9.- Periódico
ABC del 29 de diciembre de 1934, página 42
10.- Periódico
El Heraldo de Madrid del 16 de enero de 1935.
11.- Boletín
Oficial del Ministerio de Defensa Nacional. Valencia, 24 de agosto de 1937.
Página 449.
12.- BERMÚDEZ
GARCÍA-MORENO, Antonio. República y Guerra Civil. Manzanares 1931-1939. Tomo
II, página 148. En el libro aparecen tres errores. El primero es cambiar el
segundo apellido Lozano por Miranda. El segundo le atribuye el cargo de Inspector
General de Sanidad Militar al confundirlo con su hermano. El tercero cita enero
de 1939 como fecha en que se hace cargo de la Comandancia de Ciudad Real cuando
realmente fue en octubre de 1938.
13.- Periódico
La Vanguardia del 5 de octubre de 1938
14.- Acta de
la sentencia del Juicio Militar ratificada por la Auditoría Militar de Sevilla
el 13 de enero de 1940.
15.- Acta del
procedimiento sumarísimo nº 123.150 instruido contra Leopoldo Bejarano Lozano y
doce más, fechada el 26 de octubre de 1944. Suministrada por su hija Selica
Bejarano Pérez.
16.- Periódico
ABC del 20 de mayo de 1964
Excelente trabajo. Valoro su documentación.
ResponderEliminarFelicidades por su artículo
ResponderEliminarEstoy trabajando sobre los consejos de guerra de Leopoldo Bejarano Lozano. ¿Me podría facilitar el contacto con Selica Bejarano Pérez? Un cordial saludo.
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