Ante la evidente necesidad de sustituir la precaria Plaza de Toros instalada en la bodega La Torre, la Corporación presidida por D. Pedro Antonio González-Calero Sánchez-Carrascosa buscó un patrocinador dispuesto a construir a sus expensas un nuevo coso taurino a cambio de la autorización perpetua para explotar el recinto organizando espectáculos taurinos en las ferias y fiestas o fuera de ellas. La persona que consiguió la concesión fue D. Isidro Bautista Shwart, un rico propietario de Madrid, quien, con este objeto, adquirió a mediados de 1899 a D. Agatino Chacón, Marqués de Salinas, un trozo de terreno con noria en término de Manzanares a la izquierda de la carretera de Andalucía y sitio que llaman Cuesta del Cristo de las Agonías. Lindaba por saliente con el camino alto de los molinos, y por mediodía con la huerta de los herederos de D. Antonio Caballero y con el resto de la finca que se reservaba D. Agatino Chacón. La superficie total era de dos fanegas, siete celemines y dos cuartillos equivalentes a una hectárea sesenta y nueve áreas y tres centiáreas, según reza en la escritura otorgada ante el notario D. José Criado Fdez.-Pacheco el 28 de marzo de 1900. La venta se realizó en 2.583 pesetas, aunque la mitad del importe fue cedida por el Marqués a cambio del privilegio de usar con preferencia el palco situado inmediatamente a la izquierda del de la Presidencia, señalado con el n.° 1, comprometiéndose a abonar el precio que en cada ocasión fuera asignado por la empresa arrendataria. (1)
El proyecto fue realizado por el joven Ingeniero de Caminos D. Diego Lanzas Gómez. Las ejecución de las obras se sacó a subasta bajo un estricto pliego de condiciones, siendo el rematante Manuel Cava. Para la realización de los trabajos se formó una sociedad en la que participaron los principales maestros albañiles de la ciudad con sus cuadrillas, dirigidos por Remigio Guijarro Ayuso, y el maestro carpintero Juan Antonio García del Vao. Como presidente figuraba Manuel Caba, Ildefonso Pedrero como secretario y Juan José González Roncero, presidente del Círculo Mercantil, como tesorero. (2)
El proyecto fue realizado por el joven Ingeniero de Caminos D. Diego Lanzas Gómez. Las ejecución de las obras se sacó a subasta bajo un estricto pliego de condiciones, siendo el rematante Manuel Cava. Para la realización de los trabajos se formó una sociedad en la que participaron los principales maestros albañiles de la ciudad con sus cuadrillas, dirigidos por Remigio Guijarro Ayuso, y el maestro carpintero Juan Antonio García del Vao. Como presidente figuraba Manuel Caba, Ildefonso Pedrero como secretario y Juan José González Roncero, presidente del Círculo Mercantil, como tesorero. (2)
Los trabajos comenzaron de inmediato y se ejecutaron de forma acelerada ya que la nueva Plaza debía estar lista para dar corridas en las ferias de agosto y apenas disponían de cinco meses para la edificación. (3)
Desde el momento en que se iniciaron los trabajos de explanación se comenzó a especular sobre el cartel con que se inauguraría el nuevo templo local del toreo. Para el mes de julio ya estaba cerrado el cartel de ferias y contratados toreros y cuadrillas. La prensa del día 12 publicaba la información recibida de Bernardino Torres, corresponsal local del periódico El Liberal, en los términos siguientes: (4)
La combinación de las corridas de feria, 8 y 9 de Agosto, es la siguiente:
Día 8. Toros de Ibarra; matadores, Algabeño y Lagartijillo.
Día 9. Reses de D. Félix Gómez; lidiadas por Machaquito y Lagartijo.
Se asegura que el ganado es de cinco años y de inmejorables condiciones.
Trátase de conseguir que la compañía de ferrocarriles conceda billetes á precios reducidos valederos por tres días, desde Madrid, Córdoba y Ciudad Real, en vez de trenes especiales.
La feria promete ser superiorísima.—Torres
La inauguración de la nueva Plaza de Manzanares, en la que no se omitió gasto alguno con el fin de que resultara cómoda y espaciosa para el público, levantó una gran expectativa en los pueblos de la zona e incluso en ciudades como Córdoba, Ciudad Real, Puertollano y Madrid desde donde los aficionados podían desplazarse fácilmente mediante el ferrocarril.
La animación del pueblo era inmensa y se esperaba una gran afluencia de forasteros. Dado que el pueblo carecía de infraestructuras para atender a un número tan elevado de visitantes el gerente del Círculo Mercantil decidió instalar un restaurante en que se pudieran servir hasta cien cubiertos a la vez. Para ello contó con la colaboración del Sr. Pizarroso, propietario de uno de los principales hoteles de Ciudad Real. (5)
La feria, anunciada para los días 5 a 10 de agosto, prometía ser animadísima y se habían instalado mayor número de casetas que en años anteriores. Todos los que visitaban el nuevo coso hacían grandes elogios del propietario por el entusiasmo y desprendimiento con que había llevado a cabo la construcción de un edificio que en nada tenía que envidiar a las plazas de muchas capitales, resultando sólida, espaciosa y con excelentes instalaciones. Por su parte la Compañía de ferrocarriles M. Z. A. organizó trenes especiales desde varios puntos, con rebaja de precios en los billetes de ida y vuelta. (6)
La feria había comenzado. Ya estaban los toros en los corrales y todo estaba preparado para la corrida grande cuando sobrevino un imprevisto muy serio. El afamado torero José García Rodríguez “El Algabeño” resultó herido por un toro en Badajoz haciendo imposible su actuación en Manzanares como estaba anunciado. El empresario recurrió a todos sus contactos tratando de sustituir al Algabeño por otro matador de similar caché que fuera aceptado sin problemas por el público. Las urgentes gestiones realizadas tuvieron éxito al contactar con Ricardo Torres Reina “Bombita Chico” quien aceptó gustosamente torear en el pueblo acompañado por la cuadrilla del maltrecho José García. (6)
El famoso crítico taurino Mariano del Todo y Herrero, más conocido como “Don Cándido”, envió a la prensa su crónica telegráfica sobre la corrida del día 8 en los términos siguientes: (8)
Corrida del 8 de agosto
PRIMERO. Corcito, negro. Toma tres varas de Trescalés, tres de Chano, una de ellas superior, y dos de Varillas. Dos jacos muertos.
Berrinches coloca par y medio al cuarteo y Taravilla uno bueno. Lagartijillo toma la res con dos naturales, uno cambiado, uno de pecho y tres con la derecha, y despacha a Corcito, do una media estocada, El matador iba de verde y oro.
SEGUNDO. Vicario, negro, astillado del izquierdo, burriciego. Lo pican Badila, Varillas y Trescalés. Fenecen tres pencos indecorosos. Perdigón coloca dos pares al cuarteo, Patatero uno superior. Bombita Chico, que viste de aceituna y oro, da cuatro naturales, dos de pecho, tres con la derecha y uno en redondo, y pincha en hueso. Dos naturales y una media estocada. Descabella al primer intento.
TERCERO. Aguador, negro. Toma una buena vara de Chano y otra do Trescalés, pero se acobarda y huye, y el presidente ordena que le pongan banderillas de fuego. Lagartijillo, sin preparación, lo despacha de un bajonazo.
CUARTO. Paulito. Corniabiero. Bombita le lancea bastante movido pero toma una vara.
Como el anterior es también fogueado. Barullo monumental. Bombita después de uno cambiado, uno de pecho, cinco con la derecha y uno en redondo, le despacha de media estocada buena.
QUINTO. Lechuzo, cornibrocho. Toma tres lanzazos do Varillas, y dos de Chano superiores. Cae un caballo. Lo parean Taravilla y Berrinches. Lagartijillo, después de dos naturales, uno de pecho, cinco con la derecha y uno en redondo, suelta una estocada. Vuelve a pasar, y despacha a Lechuzo de media estocada, entrando regular.
SEXTO. Sardinito. Después de las varas de reglamento, bastante buenas algunas de ellas, le banderillean Rodas y Patatero y pasa a manos de Bombita, que lo trasteó como pudo y le despachó de un pinchazo y una estocada, perfilándose.
El puntillero acertó, corno siempre, a la primera.
Entrada: llenas las cuatro quintas partes de la Plaza.
El ganado disgustó al público. La corrida, sosa. El empresario, perdiendo las simpatías que le demostró el público.
Loa maestros, sin ninguna filigrana,
Picando, Chano. En banderillas, Patatero.
La corrida no ha correspondido a los precios.
Los veterinarios propusieron que fuesen desechados dos toros.
La presidencia bien. CÁNDIDO
En definitiva la primera corrida que se dio en la nueva Plaza de Toros de Manzanares no dio satisfacción a las grandes expectativas que había levantado entre los aficionados. La gente quedó muy decepcionada por recibir tan poco espectáculo a cambio de precios tan elevados como 80 pesetas un palco, 10 la barrera, cinco la entrada de sombra y 2,50 la de sol, cantidades a las que había que sumar un impuesto especial conocido como “timbre”.
La causa principal del desastre fue la mala calidad del ganado de Ibarra, pero tampoco la gente de coleta, excepto algún picador, estuvo a la altura que se esperaba de ellos.
El desencanto de la corrida inaugural hizo que el público se retrajera en la del día siguiente y la función se verificó poco menos que en familia, pues no habría en la Plaza más de 2.600 espectadores, es decir una cuarta parte del aforo. Tampoco fue muy edificante la actitud prepotente del alcalde, quien, en un acto de autoritarismo, ordenó mantener cerradas las puertas de la Plaza e intervenir las taquillas con presencia de guardia municipal al entender que el empresario no había abonado los impuestos correspondientes. Luego se demostró que hubo un mal entendido ya que ni siquiera se había expedido el recibo de pago por la oficina de recaudación.
Al final todo se aclaró y pudo darse la corrida pero se había llegado a una situación tan desagradable como absurda que trascendió a la prensa. El propio crítico taurino “Don Cándido” escribía sobre el incidente: (9) Esas informalidades, por no darles el calificativo que merecen, sólo pueden ocurrir en este país donde todo desafuero es permitido a la autoridad aunque con ello se perjudiquen intereses y derechos de particulares.
Para conocer los detalles de la segunda corrida de ferias, a cargo de los espadas cordobeses Rafael González Madrid "Machaquito" y su inseparable compañero Rafael Molina Martínez "Lagartijo Chico" recurriremos a la crónica enviada por el crítico que firma como PEPE a la revista “El Toreo”, publicada el día 13 de agosto. (10)
Corrida del 9 de Agosto
Ésta dio principio á la hora anunciada, ocupando su sitio en la Presidencia la Autoridad municipal.
Las cuadrillas, precedidas de un alguacilillo, hicieron el paseo, y cuando cambiaron los capoles de lujo por los de faena, y los picadores tomaron posiciones, se dio suelta al primer bicho de la corrida.
Atendía por Escribiente, señalado con el núm. 1 y fue de pelo retinto.
Salió con pies, saltando por frente a la puerta de caballos.
De Formalito y Quilín tomó seis varas, derribándolos dos veces. Machaquito y Lagartijo, muy bien en los quites.
Chatín y Mojino adornaron a Escribiente con tres pares al cuarteo.
Machaquito, que lucía torno verde y oro, después de cumplimentar a la Presidencia, pasó á entendérselas con el colmenareño.
Desde cerca y parando le dio dos pases naturales, dos cambiados, dos con la derecha, el segundo por bajo, y uno de pecho, y entrando con coraje a volapié, atizó una estocada en lo alto, algo tendida, que hizo doblar á Escribiente. Palmas y la oreja del toro.
El segundo bicho se llamaba Pelón, núm. 4, de pelo retinto v astillado del derecho.
De salida lo tomó de capa Lagartijo, dándole tres verónicas movidas.
De Bomba y Montalvo tomó cinco puyazos, a cambio de tres caídas y dos jacos para el arrastre. En los quites, oportunos los dos matadores, que se hicieron aplaudir.
Quedado pasó el bicho a banderillas y Chiquilín le clavó dos pares a la media vuelta. Y Recalcao clavó otro entero bastante aceptable.
Sonaron los clarines, y Lagartijo, que vestía de luto riguroso, pronunció algunas palabras ante la Presidencia.
Una vez cumplido este requisito mandó retirar la gente y, desde cerca y parando, dio tres pases naturales, uno de pecho, otro con la derecha y uno alto, para una estocada corta, bien señalada, que hizo doblar a la res. Ovación y la oreja.
Castaño, núm. 5, era el nombre del tercero, que fue de pelo retinto.
Tardeando tomó cuatro varas de los picadores de tanda, a los que derribó dos veces.
Entre Mojino y Mancheguito pusieron cuatro pares de rehiletes a Castaño.
Machaquito cogió los trastos, dando al de D. Félix tres naturales, sufriendo un desarme y cuatro con la derecha para un pinchazo.
Y después de varios pases, dos pinchazos y una estocada delantera, descabelló a pulso al primer intento.
Cuarto, de nombre Perseguido, núm. 6, y de pelo castaño.
De Montalvo y Bomba aceptó cinco puyazos, derribándoles tres veces y dejando un jamelgo para el arrastre.
Recalcao clavó un par al cuarteo y otro a la media vuelta. Y Cantimplas metió otro entero al cuarteo.
Por segunda vez empuñó los trastos Lagartijo, y con arte dio a Perseguido cinco pases naturales, dos con la derecha y dos por alto, y después de un pinchazo cogiendo hueso, largó una estocada honda, descabellando al primer intento. Palmas.
El que se lidió en quinto lugar tenía por nombre Retinto, y así era de pelo, estando marcado con el número 21.
De los de aúpa tomó cinco varas, derribándoles cuatro veces. A los quites acudieron con gran solicitud los matadores, escuchando palmas.
Pareado por .Mancheguito y Chatín con los tres pares de ordenanza, pasó a manos de Machaquito, que se deshizo de su enemigo después de un trasteo de muleta sin parar, de varios pinchazos, una estocada corta y tendida, y un certero descabello a pulso.
El que cerró plaza atendía por Palillero, número 22, que fue de pelo castaño. Con voluntad tomó seis varas de los de tanda, a los que derriba cuatro veces, matándoles dos caballos.
Machaquito y Lagartijo muy bien en los quites. Y para terminar uno torearon al alimón, concluyéndolo arrodillándose ante la cara del toro, quedando abrazados. Gran ovación.
A petición del público cogieron los palos los matadores, clavando Lagartijo un buen par de frente, que le valió palmas. Y Machaquito, después de varias preparaciones de efecto, clavó dos buenos pares, que le valieron palmas.
Lagartijo puso fin a la corrida con una bonita faena de muleta, un pinchazo en hueso y dos medias estocadas.
Y con esto terminó la fiesta, saliendo el público satisfecho de la corrida.
PEPE
La combinación de las corridas de feria, 8 y 9 de Agosto, es la siguiente:
Día 8. Toros de Ibarra; matadores, Algabeño y Lagartijillo.
Día 9. Reses de D. Félix Gómez; lidiadas por Machaquito y Lagartijo.
Se asegura que el ganado es de cinco años y de inmejorables condiciones.
Trátase de conseguir que la compañía de ferrocarriles conceda billetes á precios reducidos valederos por tres días, desde Madrid, Córdoba y Ciudad Real, en vez de trenes especiales.
La feria promete ser superiorísima.—Torres
La inauguración de la nueva Plaza de Manzanares, en la que no se omitió gasto alguno con el fin de que resultara cómoda y espaciosa para el público, levantó una gran expectativa en los pueblos de la zona e incluso en ciudades como Córdoba, Ciudad Real, Puertollano y Madrid desde donde los aficionados podían desplazarse fácilmente mediante el ferrocarril.
La animación del pueblo era inmensa y se esperaba una gran afluencia de forasteros. Dado que el pueblo carecía de infraestructuras para atender a un número tan elevado de visitantes el gerente del Círculo Mercantil decidió instalar un restaurante en que se pudieran servir hasta cien cubiertos a la vez. Para ello contó con la colaboración del Sr. Pizarroso, propietario de uno de los principales hoteles de Ciudad Real. (5)
La feria, anunciada para los días 5 a 10 de agosto, prometía ser animadísima y se habían instalado mayor número de casetas que en años anteriores. Todos los que visitaban el nuevo coso hacían grandes elogios del propietario por el entusiasmo y desprendimiento con que había llevado a cabo la construcción de un edificio que en nada tenía que envidiar a las plazas de muchas capitales, resultando sólida, espaciosa y con excelentes instalaciones. Por su parte la Compañía de ferrocarriles M. Z. A. organizó trenes especiales desde varios puntos, con rebaja de precios en los billetes de ida y vuelta. (6)
La feria había comenzado. Ya estaban los toros en los corrales y todo estaba preparado para la corrida grande cuando sobrevino un imprevisto muy serio. El afamado torero José García Rodríguez “El Algabeño” resultó herido por un toro en Badajoz haciendo imposible su actuación en Manzanares como estaba anunciado. El empresario recurrió a todos sus contactos tratando de sustituir al Algabeño por otro matador de similar caché que fuera aceptado sin problemas por el público. Las urgentes gestiones realizadas tuvieron éxito al contactar con Ricardo Torres Reina “Bombita Chico” quien aceptó gustosamente torear en el pueblo acompañado por la cuadrilla del maltrecho José García. (6)
Antonio Moreno Fernández "Lagartijillo" |
Ricardo Torres Reina "Bombita" |
El famoso crítico taurino Mariano del Todo y Herrero, más conocido como “Don Cándido”, envió a la prensa su crónica telegráfica sobre la corrida del día 8 en los términos siguientes: (8)
Corrida del 8 de agosto
PRIMERO. Corcito, negro. Toma tres varas de Trescalés, tres de Chano, una de ellas superior, y dos de Varillas. Dos jacos muertos.
Berrinches coloca par y medio al cuarteo y Taravilla uno bueno. Lagartijillo toma la res con dos naturales, uno cambiado, uno de pecho y tres con la derecha, y despacha a Corcito, do una media estocada, El matador iba de verde y oro.
SEGUNDO. Vicario, negro, astillado del izquierdo, burriciego. Lo pican Badila, Varillas y Trescalés. Fenecen tres pencos indecorosos. Perdigón coloca dos pares al cuarteo, Patatero uno superior. Bombita Chico, que viste de aceituna y oro, da cuatro naturales, dos de pecho, tres con la derecha y uno en redondo, y pincha en hueso. Dos naturales y una media estocada. Descabella al primer intento.
TERCERO. Aguador, negro. Toma una buena vara de Chano y otra do Trescalés, pero se acobarda y huye, y el presidente ordena que le pongan banderillas de fuego. Lagartijillo, sin preparación, lo despacha de un bajonazo.
CUARTO. Paulito. Corniabiero. Bombita le lancea bastante movido pero toma una vara.
Como el anterior es también fogueado. Barullo monumental. Bombita después de uno cambiado, uno de pecho, cinco con la derecha y uno en redondo, le despacha de media estocada buena.
QUINTO. Lechuzo, cornibrocho. Toma tres lanzazos do Varillas, y dos de Chano superiores. Cae un caballo. Lo parean Taravilla y Berrinches. Lagartijillo, después de dos naturales, uno de pecho, cinco con la derecha y uno en redondo, suelta una estocada. Vuelve a pasar, y despacha a Lechuzo de media estocada, entrando regular.
SEXTO. Sardinito. Después de las varas de reglamento, bastante buenas algunas de ellas, le banderillean Rodas y Patatero y pasa a manos de Bombita, que lo trasteó como pudo y le despachó de un pinchazo y una estocada, perfilándose.
El puntillero acertó, corno siempre, a la primera.
Entrada: llenas las cuatro quintas partes de la Plaza.
El ganado disgustó al público. La corrida, sosa. El empresario, perdiendo las simpatías que le demostró el público.
Loa maestros, sin ninguna filigrana,
Picando, Chano. En banderillas, Patatero.
La corrida no ha correspondido a los precios.
Los veterinarios propusieron que fuesen desechados dos toros.
La presidencia bien. CÁNDIDO
En definitiva la primera corrida que se dio en la nueva Plaza de Toros de Manzanares no dio satisfacción a las grandes expectativas que había levantado entre los aficionados. La gente quedó muy decepcionada por recibir tan poco espectáculo a cambio de precios tan elevados como 80 pesetas un palco, 10 la barrera, cinco la entrada de sombra y 2,50 la de sol, cantidades a las que había que sumar un impuesto especial conocido como “timbre”.
La causa principal del desastre fue la mala calidad del ganado de Ibarra, pero tampoco la gente de coleta, excepto algún picador, estuvo a la altura que se esperaba de ellos.
El desencanto de la corrida inaugural hizo que el público se retrajera en la del día siguiente y la función se verificó poco menos que en familia, pues no habría en la Plaza más de 2.600 espectadores, es decir una cuarta parte del aforo. Tampoco fue muy edificante la actitud prepotente del alcalde, quien, en un acto de autoritarismo, ordenó mantener cerradas las puertas de la Plaza e intervenir las taquillas con presencia de guardia municipal al entender que el empresario no había abonado los impuestos correspondientes. Luego se demostró que hubo un mal entendido ya que ni siquiera se había expedido el recibo de pago por la oficina de recaudación.
Al final todo se aclaró y pudo darse la corrida pero se había llegado a una situación tan desagradable como absurda que trascendió a la prensa. El propio crítico taurino “Don Cándido” escribía sobre el incidente: (9) Esas informalidades, por no darles el calificativo que merecen, sólo pueden ocurrir en este país donde todo desafuero es permitido a la autoridad aunque con ello se perjudiquen intereses y derechos de particulares.
La suerte de varas, dibujo de Juan Lara |
Corrida del 9 de Agosto
Ésta dio principio á la hora anunciada, ocupando su sitio en la Presidencia la Autoridad municipal.
Las cuadrillas, precedidas de un alguacilillo, hicieron el paseo, y cuando cambiaron los capoles de lujo por los de faena, y los picadores tomaron posiciones, se dio suelta al primer bicho de la corrida.
Atendía por Escribiente, señalado con el núm. 1 y fue de pelo retinto.
Salió con pies, saltando por frente a la puerta de caballos.
De Formalito y Quilín tomó seis varas, derribándolos dos veces. Machaquito y Lagartijo, muy bien en los quites.
Chatín y Mojino adornaron a Escribiente con tres pares al cuarteo.
Machaquito, que lucía torno verde y oro, después de cumplimentar a la Presidencia, pasó á entendérselas con el colmenareño.
Desde cerca y parando le dio dos pases naturales, dos cambiados, dos con la derecha, el segundo por bajo, y uno de pecho, y entrando con coraje a volapié, atizó una estocada en lo alto, algo tendida, que hizo doblar á Escribiente. Palmas y la oreja del toro.
El segundo bicho se llamaba Pelón, núm. 4, de pelo retinto v astillado del derecho.
De salida lo tomó de capa Lagartijo, dándole tres verónicas movidas.
De Bomba y Montalvo tomó cinco puyazos, a cambio de tres caídas y dos jacos para el arrastre. En los quites, oportunos los dos matadores, que se hicieron aplaudir.
Quedado pasó el bicho a banderillas y Chiquilín le clavó dos pares a la media vuelta. Y Recalcao clavó otro entero bastante aceptable.
Sonaron los clarines, y Lagartijo, que vestía de luto riguroso, pronunció algunas palabras ante la Presidencia.
Una vez cumplido este requisito mandó retirar la gente y, desde cerca y parando, dio tres pases naturales, uno de pecho, otro con la derecha y uno alto, para una estocada corta, bien señalada, que hizo doblar a la res. Ovación y la oreja.
Castaño, núm. 5, era el nombre del tercero, que fue de pelo retinto.
Tardeando tomó cuatro varas de los picadores de tanda, a los que derribó dos veces.
Entre Mojino y Mancheguito pusieron cuatro pares de rehiletes a Castaño.
Machaquito cogió los trastos, dando al de D. Félix tres naturales, sufriendo un desarme y cuatro con la derecha para un pinchazo.
Y después de varios pases, dos pinchazos y una estocada delantera, descabelló a pulso al primer intento.
Cuarto, de nombre Perseguido, núm. 6, y de pelo castaño.
De Montalvo y Bomba aceptó cinco puyazos, derribándoles tres veces y dejando un jamelgo para el arrastre.
Recalcao clavó un par al cuarteo y otro a la media vuelta. Y Cantimplas metió otro entero al cuarteo.
Por segunda vez empuñó los trastos Lagartijo, y con arte dio a Perseguido cinco pases naturales, dos con la derecha y dos por alto, y después de un pinchazo cogiendo hueso, largó una estocada honda, descabellando al primer intento. Palmas.
El que se lidió en quinto lugar tenía por nombre Retinto, y así era de pelo, estando marcado con el número 21.
De los de aúpa tomó cinco varas, derribándoles cuatro veces. A los quites acudieron con gran solicitud los matadores, escuchando palmas.
Pareado por .Mancheguito y Chatín con los tres pares de ordenanza, pasó a manos de Machaquito, que se deshizo de su enemigo después de un trasteo de muleta sin parar, de varios pinchazos, una estocada corta y tendida, y un certero descabello a pulso.
El que cerró plaza atendía por Palillero, número 22, que fue de pelo castaño. Con voluntad tomó seis varas de los de tanda, a los que derriba cuatro veces, matándoles dos caballos.
Machaquito y Lagartijo muy bien en los quites. Y para terminar uno torearon al alimón, concluyéndolo arrodillándose ante la cara del toro, quedando abrazados. Gran ovación.
A petición del público cogieron los palos los matadores, clavando Lagartijo un buen par de frente, que le valió palmas. Y Machaquito, después de varias preparaciones de efecto, clavó dos buenos pares, que le valieron palmas.
Lagartijo puso fin a la corrida con una bonita faena de muleta, un pinchazo en hueso y dos medias estocadas.
Y con esto terminó la fiesta, saliendo el público satisfecho de la corrida.
PEPE
Rafael Molina Martínez "Lagartijo Chico" |
Como ocurre en todas las facetas de la vida, la construcción de la nueva Plaza de Toros de Manzanares no fue bien vista por todo el mundo. Desde algunos foros se lanzaron críticas y comentarios irónicos sobre el edificio, al entender que el país necesitaba otro tipo de construcciones mucho más útiles desde el punto de vista social. Este es el caso del semanario Federal titulado “El Nuevo Régimen” en cuyas páginas se escribía: (11)
En Manzanares se ha inaugurado con grandes fiestas y solemnemente...
—¿Una escuela?
—No, señor.
— ¿Un canal?
—Tampoco.
—¿Una carretera?
—¡Vamos, hombre!
—¿Una granja a modelo?
—¿Quiere usted callarse? Una gran plaza de toros, para cuyo estreno se contó con Quinito y Conejito.
Acontecimientos de esta índole son los que aquí se necesitan para despertar las energías nacionales, según pregonan los que encuentran en la tauromaquia el consuelo de lo pasado y hasta el desquite para lo porvenir.
FUENTES
1.-
Carpeta de documentos sobre la Plaza de Toros. Archivo Municipal de Manzanares.
2.- Periódico El Daimieleño del 4 de febrero de 1900.
3.-
Posiblemente fueran las prisas el motivo del accidente que provocó la caída de
tres albañiles que trabajaban en la construcción de una de las murallas,
lesionando a otros dos que se encontraban debajo. Por fortuna las lesiones de
los cinco obreros no fueron de gravedad. Periódico El Liberal del 20 de abril
de 1900
4.-
Periódico El Liberal del 12 de julio de 1900
5.-
Periódicos El Liberal del 4 de agosto de 1900 y La Correspondencia de España
del 6 de agosto del mismo año.
6.-
Periódico El Globo del 29 de julio de 1900
7.-
Periódicos El Liberal del 7 de agosto y El Imparcial del 8 de agosto de 1900
8.-
Periódico El Liberal del 9 de agosto de 1900
9.-
Periódico El Liberal del 11 de agosto de 1900
10.-
Revista El Toreo del 13 de agosto de 1900
Este Rafael Molina Martínez, conocido como "Lagartijo chico" era sobrino del gran "califa" del toreo Rafael Molina Sánchez "Lagartijo", quien había fallecido el día 1 de agosto de ese mismo año.
11.-
Semanario Federal El Nuevo Régimen del 11 de agosto de 1900
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