ARTÍCULOS SOBRE LA HISTORIA DE MANZANARES

23 de mayo de 2021

D. MANUEL GONZÁLEZ DE JONTE CORRADI

Biografía abreviada de un personaje singular
 
Manuel González de Jonte Corradi nació en Madrid el 24 de febrero de 1888. Su padre era el doctor Manuel González de Jonte Buigas y su madre Blanca Corradi Anduaga. (1)
Aunque no tenemos certeza absoluta, parece que hizo sus estudios de bachillerato con los escolapios en las escuelas Pías de San Antón.
En 1905, siendo todavía un adolescente, ingresó como alumno en la Academia de Infantería de Toledo para iniciar su formación militar. Después de tres años de estudios bajo la estricta disciplina castrense se incorporó como subteniente a su primer destino: el Regimiento Inmemorial del Rey con base en Leganés.
Tras el ataque perpetrado por los moros al ferrocarril minero de Melilla, en julio de 1909, su regimiento fue movilizado y enviado como refuerzo a la zona formando parte de la 1ª Brigada de la División Orgánica expedicionaria. Embarcado en Málaga en el buque “León XIII” alcanzó la costa africana el 4 de agosto, quedando acantonado en Cabrerizas Altas. Inmediatamente comenzaron los servicios de escolta a convoyes, así como misiones de vigilancia, reconocimiento del territorio, defensa de las aldeas leales y hostigamiento a las cabilas rebeldes.
Bajo las órdenes del general Francisco Aguilera Egea, el joven oficial participó en la defensa del campamento de Zoco El Arba, en la parte occidental de la mar Chica, y en las refriegas sostenidas a finales de agosto en Akerman y Mayen Mohu-Brian, operaciones que terminaron con la pacificación temporal de la cabila de Quebdana. Al mes siguiente intervino en la toma del monte Tauima, alcazaba de Zeluán y en incontables escaramuzas en las tetas de Nador, Atlatén y monte Gurugú. (2)
En marzo de 1910 formó parte de la columna mandada por el general Navarro, recorriendo la cabila de Beni-Sidel con objeto de reducir los impulsos belicosos de los habitantes de la zona, instigados por el cabecilla Abd el Kader.
Cuando  se logró controlar el levantamiento en los territorios próximos a Melilla, el Regimiento Inmemorial recibió orden de volver a la península después de nueve meses de actividades en el norte de África.
El 29 de abril regresaba don Manuel a su antiguo cuartel, fogueado en la guerra  y endurecido por la vida en campaña. Estando de guarnición en Leganés recibió la Cruz de 1ª Clase al Mérito Militar con distintivo rojo, concedida por su distinguido comportamiento en la defensa de los campamentos de Nador durante los días 18 y 19 de octubre, así como el ascenso a teniente con fecha 13 de julio de 1910. (3)
Por disposición de sus superiores, a mediados de noviembre era enviado a Alemania en calidad de observador militar. Su misión consistía en estudiar los métodos de instrucción de reclutas aplicados en el ejército prusiano del Kaiser Guillermo, tan admirado por los sectores germanófilos encabezados por el propio Alfonso XIII.
Incorporado al Regimiento Magdebourg 66 permaneció en comisión de servicio casi un año, mereciendo el reconocimiento del mando por los brillantes resultados de su actuación. Estando en Alemania recibió  la Cruz de 1ª Clase de María Cristina por los servicios prestados en la operación que tuvo como resultado  la ocupación de Sebt, Segangán y otros poblados de la meseta de Atlatén el 26 de noviembre de 1909.
Finalizada la comisión de servicio encomendada, en octubre de 1911 regresó a Madrid quedando de guarnición en la capital. La aburrida vida cuartelera no debía satisfacer las inquietudes del activo teniente. En julio de 1913 se incorporó a la Escuela Superior de Guerra para especializarse en Topografía. En noviembre de ese mismo año asciende a capitán y conoce a la que habría de ser su esposa, Manuela Chacón-Salinas del Forcayo, hija de don Agatino Chacón-Salinas Castelli y de doña María de las Mercedes del Forcayo Pintado, marqueses de Salinas. Contrajo matrimonio en Madrid el 16 de julio de 1915 quedando así vinculado estrechamente a Manzanares. (4)

Manuela Chacón-Salinas

Una vez finalizados sus estudios, en 1916 se incorporó a la Comisión Geográfica de Marruecos con base en Melilla, pero a los pocos meses tuvo que abandonar el puesto por motivos de salud. Comienza entonces un periplo por varios destinos, entre ellos la Comisión Geográfica del Norte de España, Capitanía General de la 1ª Región Militar, Comisión Geográfica de los Pirineos, Comisión Geográfica del Tajo, Regimiento de Artillería de Campaña nº 4 y Regimiento de Lanceros del Príncipe.
En febrero de 1919 tuvo el honor de ser agregado a la Casa Militar del rey Alfonso XIII como preceptor del Príncipe de Asturias. Durante varios años se codeó con la nobleza y miembros del gobierno, conquistando con su fidelidad la amistad y confianza de la familia Real a la que acompañaba con frecuencia durante sus vacaciones estivales en Santander o San Sebastián.
En octubre de 1923, recién implantada la dictadura de Primo de Rivera, termina su función docente y queda adscrito a Capitanía de la 1ª Región Militar sin ocupación concreta. Tras meses de inactividad solicitó el paso a la escala de reserva gratuita con el empleo de comandante, petición que le sería concedida a finales de octubre de 1924. (5)

 

Manuel González de Jonte en junio de 1923 

Comienza entonces para González de Jonte una nueva andadura como persona civil. Aunque mantuvo casa abierta en Madrid, se estableció con su esposa en Manzanares. Fijó la residencia en la casa palacio de su suegra, viuda desde 1920, haciéndose cargo de las explotaciones agrarias de la familia y de la gerencia de la empresa de aguas de Siles. Una vez en el pueblo pronto tendió redes de influencia, aglutinando en torno a su figura a la burguesía monárquica de la localidad encabezada por Enrique y Martín Ochoa de Quesada, Juan Mascaraque González-Calero, Juan Sáez Mancebo y otros.
Participó intensamente en los conciliábulos previos a la constitución de los ayuntamientos de la Dictadura, Comité de Unión Patriótica y Somatén de Manzanares. Gracias a su intervención logró que el Príncipe de Asturias, don Alfonso de Borbón, junto con su hermano, el infante don Jaime, asistieran a la entrega de la bandera del Somatén local, acto celebrado el 31 de mayo de 1925. El evento adquirió una enorme relevancia al contar con la presencia de las más altas autoridades civiles, militares y eclesiásticas de la región. Entre ellas se encontraban el Capitán General de la 1ª Región Militar, el Comandante General de los Somatenes, Gobernador Civil, Obispo de la Diócesis, Presidentes de la Diputación y Audiencia provincial y Teniente Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil. Doña Manuela Chacón-Salinas actuó como madrina de honor, pronunciando un emocionado discurso patriótico. (6)

Acto de bendición de la bandera del Somatén de Manzanares

A pesar de su alejamiento de la Corte, Jonte nunca perdió contacto con la Casa Real. Entre los servicios a la corona podemos citar su decisiva intervención en la fundación del matadero industrial de Mérida, del que Alfonso XIII sacaría sustanciosos dividendos al ser uno de los principales accionistas. González de Jonte fue nombrado consejero delegado de la empresa Productos de la Ganadería Extremeña de Mérida S.A. que gestionaba el matadero. El 12 de diciembre de 1929 se constituyó en Madrid la Asociación Nacional de Fabricantes de Productos Derivados del Cerdo, cuyo objeto era defender los intereses del sector. Don Manuel formó parte de la Junta Directiva actuando como secretario de la misma. (7)
Otra prueba de la estrecha relación de Jonte con el rey eran las frecuentes estancias del monarca y sus hijos en la mansión de la calle del Carmen, convertida en centro de operaciones durante las partidas de caza organizadas en la finca “Los Hoyuelos”, término municipal de Montiel. Entre 1925 y 1929 se repitieron con cierta frecuencia las expediciones cinegéticas de Alfonso XIII, acompañado a veces por el príncipe de Asturias o el infante don Jaime. Durante los días que permaneció en Manzanares a primeros de diciembre de 1926, aprovechó para conocer algunas bodegas de la localidad y la ermita de Nuestro Padre Jesús del Perdón, Patrón de la ciudad. (8)
Mientras tanto, el ambiente político español seguía degradándose. Arreciaban las críticas hacia el régimen dictatorial de Primo de Rivera. En su imparable caída podía arrastrar a la monarquía que lo había respaldado. Unas simples elecciones municipales pusieron en evidencia que la mayoría del pueblo apostaba decididamente por un cambio de régimen. Alfonso XIII optó por abandonar España exiliándose a Roma. El 14 de abril de 1931 se proclamaba con enorme entusiasmo la Segunda República.

Mansión de los marqueses de Salinas en calle del Carmen.  Último domicilio social de la agrupación local de Renovación Española.
 
Es de suponer la enorme decepción que todos estos acontecimientos causarían en el acendrado espíritu monárquico de González de Jonte, viendo además cómo sus correligionarios perdían el poder en el ayuntamiento de Manzanares. Su carácter altivo no pudo sufrir aquella alteración del orden tradicional y se dispuso a participar en cualquier movimiento que tuviera como objetivo derribar el nuevo régimen.
Junto con otros oficiales y aristócratas conspiró activamente asistiendo a las reuniones preparatorias del golpe de Estado liderado por el general Sanjurjo. El  10 de agosto de 1932, mientras los manzanareños disfrutaban de sus ferias y fiestas, los golpistas intentaron apoderarse violentamente del Ministerio de la Guerra y del Palacio de Comunicaciones de Madrid. Aquel intento resultó un completo fracaso dada la falta de apoyo de otras unidades militares y la repulsa de la inmensa mayoría del pueblo. Jonte, junto con otros sublevados, fue detenido, juzgado y deportado a Villa Cisneros, un remoto lugar en el antiguo Sahara Español.
Aquel extrañamiento habría de durar muy poco. Jonte formó parte de la junta organizadora de la evasión. Aprovechando la relajación de la vigilancia con motivo de la nochevieja de 1932, logró escapar junto con otros veintiocho encausados sobornando con 225.000 pesetas al capitán de la goleta francesa “Aviateur Le Brix”. En el pequeño velero bretón navegaron casi tres mil kilómetros sorteando fuertes tormentas que estuvieron a punto de hundir la nave. Después de catorce días de singladura desembarcaron en el puerto de Sesimbra, en el sur de Portugal, pasando después a Lisboa donde permanecieron exiliados a la espera de mejor oportunidad. (9)
Durante su estancia en Lisboa González de Jonte siguió urdiendo conspiraciones. En el verano de 1933 trató de convencer a su amigo José Fernández de Villa-Abrille Calivara, jefe de la VI División Orgánica con cabecera en Burgos, para que encabezara un golpe de Estado. El general despreció enérgicamente tal propuesta y respondió de forma categórica posicionándose a favor de la República: Yo no puedo aceptar honradamente, porque mi lealtad es total, absoluta, y por lo tanto defenderé siempre, hasta la muerte, todos sus gobiernos. (10)
La llegada al poder de la coalición de derechas, tras las elecciones generales de noviembre de aquel año, hizo posible la aplicación de una amnistía que permitió a todos los inculpados retornar a sus lugares de origen. (11)
Resentido por las penalidades pasadas, cuando Jonte vuelve a Manzanares radicaliza su posición antirrepublicana y pasa a militar activamente en la ultraderecha. En consecuencia, el 17 de noviembre de 1934 fundaba el Comité Local de Renovación Española del que sería su presidente. Los objetivos de su agresiva militancia seguían siendo los mismos que le llevaron a la deportación: propiciar por cualquier medio el derrocamiento del régimen republicano y restaurar la monarquía.
Infiltrados en el Circulo “La Unión”, los dirigentes de Renovación ocasionaron varios escándalos al pretender mangonear a los socios y convertir dicha entidad en sede de la agrupación política ultraderechista. La intervención del Gobernador Civil desbarató sus planes y se vieron obligados a instalar el partido en otro local alquilado en calle Toledo 1. La inauguración del nuevo centro social tuvo lugar el domingo 24 de febrero de 1935 con la asistencia de Antonio Goicoechea Cosculluela, presidente nacional de RE, a quien acompañaban varios diputados nacionales del partido, miembros de la directiva provincial y un grupo de amigos traídos desde Madrid para compensar la falta de militancia local. (12)
Don Manuel despreciaba la República a pesar del gobierno de derechas que ostentaba entonces el poder. No obstante, durante la campaña que precedió las elecciones generales de febrero hizo cuanto pudo para evitar el triunfo del Frente Popular. Participando en el juego democrático llegó a intervenir como presentador en el mitin que su partido celebró en el Gran Teatro el 8 de diciembre de 1935 con la participación de Francisco Moreno Herrera, marqués de la Eliseda; Alfredo Serrano Jover, diputado por Madrid,  y Alfonso Senra Bernárdez, redactor del diario ultraconservador La Nación. (13)
La victoria de la coalición de izquierdas llenó de indignación y rabia a los monárquicos, quienes por boca de Calvo Sotelo y otros dirigentes pedían abiertamente la intervención del ejército para subvertir por la fuerza el resultado de las votaciones.
Las autoridades locales sospechaban de las actividades de González de Jonte. Su mansión de la calle del Carmen fue registrada en varias ocasiones por la Guardia Municipal en prevención de cualquier movimiento subversivo. La policía no consiguió encontrar el pequeño arsenal que tenía camuflado en los sótanos del edificio, pero en una de las redadas le encontraron una pistola de pequeño calibre, marca Royal, para la que carecía del permiso correspondiente. El 17 de marzo don Manuel era procesado y recluido provisionalmente en la prisión del Partido. Tres días más tarde la sede de Renovación quedaba clausurada.
La pena que se impuso a Jonte por tenencia ilícita de armas fue de seis meses y un día de reclusión, así como el pago de las costas del proceso. Cumplió parcialmente la condena en la cárcel de Ciudad Real, teniendo la suerte de conseguir la libertad condicional el 8 de julio de 1936. (14)
Conocedor del movimiento que se avecinaba, y consciente de las escasas posibilidades que un levantamiento de la derecha tendría en Manzanares, decidió marcharse a Madrid donde pensó que serían más eficaces sus servicios. No podía imaginar que la enérgica reacción popular  iba a impedir también el éxito de los sublevados en la capital de la República.
El fracaso del intento golpista en la zona centro dejó a González Jonte en una situación muy delicada. De hecho, el 7 de agosto fue detenido por la policía durante un barrido por los barrios aristocráticos de Madrid en busca de posibles colaboradores o simpatizantes con el golpe de Estado. Ingresó en las antiguas Escuelas Pías de San Antón, un soberbio edificio que había sido habilitado como prisión por la Dirección General de Seguridad. Allí quedaron recluidas centenares de personas que por su extracción social, militancia política o carácter religioso pudieran constituir un peligro para la República. El recinto quedó bajo la responsabilidad de funcionarios de prisiones, pero en agosto fueron milicianos anarcosindicalistas los que se hicieron con el control de los internos, bajo el mando de los sargentos Victoriano de la Paz González  y Gonzalo García Beltrán. La Guardia de Asalto se ocupaba de la vigilancia exterior y del mantenimiento del orden en el interior.
El 28 de octubre se encontraba de servicio el agente Antonio Criado Cano-Huerta “Coraza”, natural de Manzanares, quien durante el apoyo al reparto del rancho reconoció entre los internos a Manuel González de Jonte. Inmediatamente fue conducido a una estancia donde le esperaba Criado y varios milicianos. Durante el desagradable interrogatorio el guardia procuró zaherir al preso contándole con cierta jactancia cómo habían saqueado su casa y asesinado a varios de sus más íntimos colaboradores de Renovación Española, anunciándole que pronto llegaría su hora de rendir cuentas ante el pueblo.
Criado informó a los milicianos sobre la identidad del comandante, sus antecedentes golpistas y su absoluta hostilidad hacia la República, convenciendo al sargento García Beltrán para que permitiera su traslado sin dar conocimiento a las autoridades carcelarias. Desde la prisión comunicaron telefónicamente al Comité del Frente Popular de Manzanares la localización del líder de Renovación y se concertó su recogida para el día siguiente. (15)
Otro interno escuchó aquella conversación e informó a Jonte sobre las perversas intenciones de los milicianos. Con la complicidad de algún funcionario pudo acceder al teléfono desde el que intentó desesperadamente llamar a varios amigos suyos para que le prestasen ayuda. Sobre las dos de la tarde consiguió contactar con Félix Schlayer, encargado de negocios de la embajada Noruega en Madrid, a quien comunicó el grave peligro que corría su vida. Schlayer se interesó por el asunto y habló directamente al ministro de la Gobernación, cargo que ocupaba don Ángel Galarza Gago, informándole del caso y exigiéndole que impidiera aquel asesinato anunciado. De no hacerlo, su imagen quedaría comprometida cuando la prensa internacional se hiciera eco de la noticia. (16)
El ministro, un jurista militante de Izquierda Republicana, accedió a la petición de Schlayer y ordenó al director general de Seguridad trasladar urgentemente a Jonte desde San Antón a las dependencias de la Puerta del Sol.
Al anochecer de ese mismo día, cuando había cambiado el turno de la guardia miliciana, varios agentes de policía se personaron en la prisión con la documentación pertinente y se llevaron con ellos al atribulado comandante. 

Félix Schlayer                                          Manuel Galarza
 
Cuando en la mañana del 29 de octubre los milicianos se incorporaron a sus puestos, comprobaron que Jonte ya no estaba en la cárcel. Ello desató una tempestad de rabia e indignación al verse burlados y sus planes desbaratados. Similar decepción debieron sufrir los agentes desplazados desde Manzanares para recoger al dirigente de RE, quienes tuvieron que volverse de vacío. (17)
Lo lógico hubiera sido retener a Jonte en los calabozos de la DGS o trasladarlo a otro establecimiento penitenciario donde se pudiera garantizar su seguridad  hasta ser juzgado. Sin embargo, el mismo día 29 por la noche fue puesto en libertad para ser acogido como refugiado en la embajada de Noruega.
Al frente de la Dirección General de Seguridad se encontraba Manuel Muñoz Martínez, militante de Izquierda Republicana. Cabe preguntarse ¿cómo pudo liberar alegremente a un elemento tan peligroso como don Manuel, enemigo declarado del régimen e instigador del golpe? Jonte y Muñoz eran de la misma edad, ambos eran comandantes de Infantería retirados y es probable que se conocieran personalmente. Muñoz atravesaba una delicada situación personal. Tenía a toda su familia encarcelada por los nacionales en Chiclana y necesitaba ayuda para trasladarlos a zona republicana.  Por otra parte, las tropas rebeldes estaban a las puertas de Madrid y el futuro se presentaba demasiado incierto. Tal vez se impuso en aquel momento el quid pro quo; hoy por ti, mañana por mí. (18)

Manuel Muñoz Martínez, exdiputado por IR. Director General de Seguridad del 31-VII al 31-XII de 1936.

En cualquier caso, la intervención de Schlayer resultó providencial para González de Jonte. De haber llegado a Manzanares lo habrían asesinado con toda seguridad, pero de haber continuado en San Antón hubiera sido fusilado en Paracuellos del Jarama durante las sacas que empezaron una semana más tarde, como ocurrió con sus compañeros de cautiverio.
Nueve meses de forzada reclusión en la embajada dieron tiempo a González de Jonte para estudiar la forma de pasar a la zona controlada por los militares rebeldes. Su intención era incorporarse al ejército sublevado y participar activamente en la lucha contra la República. De acuerdo con el plan elaborado, el 27 de julio de 1937 se desplazó hasta la legación cubana. El cónsul, Rafael Menacho Vicente, había preparado un pasaporte falso a nombre de Marcelo Chacón Salinas con el que le resultaría fácil cruzar las líneas. Al salir de la sede diplomática tuvo la mala suerte de toparse con un grupo de guardias de Asalto que ejercían labores de vigilancia en la zona. Uno de los agentes era Pedro Cano-Conde Cano-Huerta, también natural de Manzanares, quien conocía perfectamente a Jonte por ser vecino de calle en el pueblo. (19) Consciente de la peligrosidad del personaje procedió a detenerlo sin atender a las alegaciones y disimulos que aquel esgrimía. El Sr. Menacho, que había sido testigo del hecho, intentó apoyar al supuesto Marcelo sin conseguirlo. Lo único que pudo hacer, a fin garantizar su seguridad durante el traslado, fue acompañarlo hasta la comisaría de Buenavista. Podemos imaginar la escena representada ante el comisario Luis Omaña Díaz. Mientras Jonte, apoyado por el cónsul, afirmaba ser un súbdito cubano, Pedro, fuera de sí, juraba que era un peligroso fascista camuflado al que habría que pegar cuatro tiros. Finalmente se impuso la autoridad del guardia de Asalto y González de Jonte quedó en los calabozos hasta que pudo comprobarse su verdadera identidad. Después de prestar declaración, ingresó de nuevo en la cárcel habilitada de San Antón, a disposición del Juzgado de Urgencia nº 8, acusado de ser el jefe local de Renovación Española en Manzanares y estar implicado en la preparación del golpe de Estado contra la República. (20)
El hecho de que un simple campesino convertido en guardia hubiera desbaratado sus planes; la vergüenza de verse desenmascarado e insultado ante el comisario, debieron resultar tan humillantes para el altivo carácter del conmandante que mantuvo viva en su memoria aquella afrenta durante toda la guerra, dispuesto a tomarse la revancha si llegaba la ocasión.
Cuando se supo en Manzanares la detención del jefe local de Renovación Española, los miembros de la Comisión Ejecutiva de la Casa del Pueblo enviaron al juez documentación con acusaciones gravísimas, manifestando su intención de personarse en el juicio como testigos de cargo. Las pruebas aportadas eran tan demoledoras que obligaron al juzgado nº 8 a inhibirse en favor de un tribunal superior con competencias para imponer condenas que podían llegar hasta la pena de muerte. (21)
Consciente de las graves consecuencias que podría tener aquella segunda detención, Jonte buscó desesperadamente la forma de fugarse aprovechando el conocimiento que tenía del edificio desde sus tiempos de estudiante. La noche del 16 de octubre lograba escapar de la prisión por los tejados en compañía de Modesto Gosálvez-Fuentes Manresa, ingeniero y exdiputado de la CEDA, y del joven Antonio Sánchez Nuño, natural de Moral de Calatrava. La vecina de un edificio próximo observó sus correrías y dio la voz de alarma. Tras una persecución a tiros por las calles adyacentes, los evadidos pudieron ser capturados en la de Fuencarral, llevados a la comisaría de la calle San Mateo y devueltos posteriormente a sus celdas. Aquel intento de fuga sería un cargo más que sumar a su expediente, junto a los de conspiración y rebelión. (22)
 

Edificio de las Escuelas Pías de San Antón, haciendo esquina en las calles Hortaleza y Santa Brígida.

El caso de Manuel González de Jonte pasó al Juzgado Especial de la Rebelión y Sedición Militar nº 7. El juez instructor era don Luis Veloso Bazán quien resultaría determinante en la suerte que corrió el comandante a lo largo de los meses siguientes.
El Sr. Veloso pertenecía a una familia aristocrática de Madrid vinculada a la judicatura. En febrero de 1933 había tomado posesión como juez de primera instancia en Manzanares y seguía ejerciendo  al iniciarse el alzamiento. En los primeros días de efervescencia revolucionaria los escopeteros asaltaron el juzgado en busca de armas y municiones allí depositadas. Registraron incluso los aposentos particulares del juez sin tener el más mínimo respeto ni consideración hacia su persona. (23) Temiendo por su integridad física y buscando la seguridad de su familia, el Sr. Veloso optó por abandonar su plaza y marcharse a Madrid. En la capital sus allegados le procuraron nuevo empleo, poniéndole al frente de uno de los juzgados del Tribunal Popular Especial. Las vivencias y atropellos sufridos en Manzanares condicionarían el  ejercicio de su profesión a lo largo de la guerra.
Veloso conocía bien la personalidad e inclinaciones políticas de Manuel González de Jonte, ya que tuvo que instruir el sumario abierto contra él por tenencia ilícita de armas el año anterior. Ahora los cargos eran de mucha más gravedad: conspiración, adhesión y auxilio a la rebelión e intento de fuga. A estas acusaciones se unían las planteadas por la ejecutiva de la Casa del Pueblo de Manzanares con pruebas demoledoras.  
Abrumado por los desmanes ocurridos durante el proceso revolucionario, el juez decidió tomar partido. En el caso de Jonte actuó con evidente parcialidad intentando favorecer al acusado. Su primera decisión fue sacarlo fuera de la capital, donde corría mayor peligro, enviándolo al Reformatorio de Adultos de Alicante. En cuanto al sumario, simplemente quedó “dormido” al paralizar su instrucción. De acuerdo con las disposiciones del juez, el detenido fue trasladado hasta la prisión alicantina, ingresando en dicha institución el 5 de noviembre de 1937. (24)
En abril de 1938 desparecieron los juzgados especiales contra la rebelión y los sumarios pasaron a los juzgados ordinarios. En la revisión de casos pendientes detectaron la situación irregular en que se encontraba el preso González de Jonte. En junio, la Audiencia de Madrid pedía al instructor que explicase las causas por las que tenía paralizado el expediente. Era evidente que ya no era posible dilatar por más tiempo la retención de la causa y Jonte tendría que ser juzgado en breve plazo. (25)
Ante la situación de riesgo inminente los influyentes amigos de don Manuel movieron hilos en las más altas instancias consiguiendo que fuera incluido en un canje de prisioneros. El 7 de septiembre, la Dirección General de Prisiones comunicaba por telegrama al director del Reformatorio de Adultos que el recluso González de Jonte quedaba a disposición de don José Giral Pereira, ministro sin cartera encargado del intercambio de personas. Una semana más tarde se ordenaba el traslado desde Alicante al depósito de presos de Gandía donde quedó a disposición del cónsul británico de Valencia. El 20 de septiembre de 1938 era recogido por Mr. Abington Goodden, quien le acompañó hasta al destructor “Imperial”. A bordo de este navío abandonó Jonte la zona republicana desembarcando poco después en Marsella.  (26)

Destructor británico que transportó a González de Jonte fuera de la zona republicana.

A través de Francia don Manuel pudo alcanzar por fin la zona franquista. El 9 de octubre se presentaba en el Gobierno Militar de San Sebastián e inmediatamente partía para Burgos donde se encontraba el cuartel general de Franco. Reingresó en la escala activa como comandante y quedó a disposición del general jefe del Ejército del Sur, quien le destinó a la 2ª División de Caballería en calidad de jefe de Estado Mayor. Apenas llevaba mes y medio en ese puesto cuando fue reclamado por el Cuartel General del Caudillo; sus conocimientos del idioma alemán le convertían en el hombre idóneo para actuar como enlace con el general Von Richtofen, jefe de la Legión Condor. (27)
Aunque había pasado buena parte de la guerra recluido, aún tendría tiempo don Manuel de asistir a las últimas campañas ofensivas de los nacionales ascendido a teniente coronel. Coordinando los requerimientos de apoyo aéreo de las tropas de infantería con la aviación alemana, participó en la ruptura de la cabeza de puente sobre el río Segre en Balaguer, toma de Camarasa, Cubellas, Esplugas de Francoli, Valls, Tarragona y Barcelona. Por los méritos contraídos en su nuevo destino recibiría la Cruz del Mérito Militar de la Orden del Águila Alemana. También fue condecorado con la Medalla de Sufrimientos por la Patria por haber padecido prisión en zona roja. (28)
Al terminar la guerra Jonte regresó a Manzanares. Encontró su casa saqueada y convertida en Cuartel General de la 63 División. En los días que siguieron a la “liberación” del pueblo influyó decisivamente en la constitución del primer ayuntamiento franquista. Como alcalde designó a Juan Mascaraque González-Calero, antiguo militante de Renovación y uno de sus principales colaboradores, que había logrado sobrevivir permaneciendo oculto durante el dominio rojo.
En abril de 1940 Jonte fue destinado a la Escuela de Estado Mayor como profesor de alemán. En ella impartió clase hasta finales de 1941, quedando en situación de disponible forzoso al ser ascendido a coronel. En este periodo don Manuel, animado por su esposa “Nené”, como cariñosamente le llamaban, se entregó apasionadamente a impulsar la reconstrucción del templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en íntima colaboración con el párroco Dimas González-Calero y el nuevo alcalde José Calero Rabadán. Sus amistades y contactos en Madrid hicieron posible la elaboración del proyecto y la concesión de una importante subvención estatal.
En marzo de 1942, recibió instrucciones del Jefe del Estado Mayor del Ejército para su incorporación a la División Española de Voluntarios bajo las órdenes directas del general Emilio Esteban-Infantes Martín. El 5 de junio cruzaba la frontera de Irún. Una vez en Rusia asumió la jefatura de la Coordinación de Servicios de Retaguardia de la  División Española de Voluntarios.
Apenas había transcurrido mes y medio de su partida cuando el 27 de julio fallecía doña Manuela Chacón-Salinas, su fiel esposa de la que no tuvo descendencia. Jonte no pudo asistir al sepelio y hubo de permanecer en su puesto hasta la repatriación de las fuerzas divisionarias en julio de 1943.
En Rusia ganaría las Cruces del Mérito de Guerra de 1ª y 2ª Clase otorgadas por el III Reich. Al poco tiempo le fue otorgada también la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo por parte del gobierno de Franco. (29)

El coronel D. Manuel González de Jonte y Corradi durante la inauguración del monumento erigido en la plaza de Manzanares a los Caídos por Dios y por España el 21 de mayo de 1944.

 

En abril de 1944 se le designó para el mando de la Zona de Reclutamiento y Movilización n° 4 de Ciudad Real, un puesto cercano a sus propiedades de Manzanares. En repetidas ocasiones actuó como Gobernador Militar de la Plaza durante las ausencias del titular. Éste sería el último cargo que ostentaría antes de su retiro en febrero de 1950. Así acababa su carrera aquel militar autoritario y enérgico, de carácter vehemente, cuya azarosa vida terminó con la amargura de no ver cumplida su gran ilusión: un rey al frente de los destinos de España. Don Manuel falleció en Madrid el 16 de octubre de 1959 a los 71 años de edad.
 
LA REVANCHA
 
Con la victoria militar de los ejércitos de Franco llegaba para muchos la hora de tomarse la revancha por los padecimientos y persecuciones padecidas durante el dominio rojo. Al día siguiente de producirse la entrada de las tropas nacionales en Madrid, el teniente coronel González de Jonte presentaba en comisaría una denuncia contra los guardias de Asalto Pedro Cano-Conde y Antonio Criado a los que acusaba de participar en todos los desmanes e incendios ocurridos en Manzanares, así como haber intervenido en los asesinatos cometidos en el pueblo.
 
PEDRO CANO
Pedro Cano-Conde Cano-Huerta nació en Manzanares el 18 de diciembre de 1911. Era hijo de Pedro Cano-Conde Rodríguez y Miguela Cano-Huerta Criado, una familia de agricultores con tierras propias.
Residía en la plaza de San Blas, muy cerca de la mansión de los marqueses de Salinas.
Cuando fue movilizada su quinta solicitó ingresar en el Cuerpo de Seguridad y Asalto, siendo destinado a la 33ª compañía con sede en Madrid.
Al terminar la guerra Pedro seguía ejerciendo como sargento primero de la guardia de Seguridad después de haber sobrevivido a numerosos combates en los frentes de Madrid. Tras la denuncia de Jonte fue inmediatamente detenido. La Auditoría de Guerra del Ejército de Ocupación asignó el caso al Juzgado Militar nº 5 para instruir juicio sumarísimo de urgencia.
En los primeros meses de posguerra la acusación de un teniente coronel de Estado Mayor, perteneciente al bando vencedor, era más que suficiente para llevar a cualquiera al patíbulo sin más pruebas ni comprobaciones. Pedro fue acusado de un delito de “rebelión Militar” con el agravante de perversidad y trascendencia. El denunciante y el fiscal cargaron las tintas cuanto pudieron, acusándole de haber pertenecido al Comité de Defensa, ordenar 450 asesinatos, participar en el incendio de las iglesias y haber detenido y amenazado de muerte a Jonte. (30) Con tan monstruosas acusaciones, y sin posibilidad de defenderse, Pedro fue condenado a muerte en el consejo de guerra celebrado el 5 de mayo, cuando apenas había transcurrido un mes desde su detención. En lugar de ser fusilado se le dio la peor muerte posible, la de garrote. Tan terrible sentencia se ejecutó a las cuatro de la madrugada del 12 de julio de 1939 en la cárcel de Porlier. Tenía 27 años de edad. (31)

Pedro Cano-Conde en uniforme de sargento primero

 de la Guardia de Asalto

 

ANTONIO CRIADO
Antonio Criado Cano-Huerta nació el 27 de agosto de 1912. Era hijo de  Gabriel Criado García y Vicenta Cano-Huerta Criado. Pertenecía también a una familia campesina de pequeños propietarios que tenían su residencia en calle del Carmen 13, contigua a la mansión de los marqueses de Salinas. A primeros del mes de octubre de 1936 fue movilizada su quinta y se incorporó a la Escuela de Tiro de Artillería de Campamento (Madrid), donde había realizado el servicio militar dos años antes. Al poco tiempo consiguió  ser admitido en el Cuerpo de Seguridad y Asalto, pasando a servir en la 23ª compañía. Su unidad participó en numerosos combates en los frentes próximos a Madrid defendiendo a la República.
Viendo que la guerra estaba perdida,  el 6 de marzo de 1939 se cruzó a las líneas nacionales por el sector de La Cuesta de la Reina. Hasta comprobar su identidad y actuación durante la guerra fue ingresado en el campo de prisioneros de Ciudad Rodrigo.
De alguna manera Manuel González de Jonte tuvo conocimiento de su paradero y viajó hasta la antigua ciudad salmantina para declarar en su contra ante el Comité de Clasificación de Prisioneros. Al estar bajo la jurisdicción de la VII Región Militar no pudo ejercer toda su influencia, pero movió los hilos para que el expediente pasara al auditor de la 1ª Región Militar por supuestos actos delictivos cometidos en Manzanares.
El detenido fue trasladado a la prisión habilitada en el manicomio de Alcalá de Henares donde permaneció mientras se instruía el sumario. El proceso se dilató en el tiempo entre declaraciones de acusado y acusador, oficios entre distintas instancias judiciales, requisitorias e informes solicitados al párroco, alcaldía y puesto de la Guardia Civil. El 31 de julio de 1941 Antonio Criado ingresaba en la prisión de Valdepeñas a disposición del juzgado militar de Manzanares. La lentitud en la instrucción del sumario, cuyas actuaciones indagatorias se prolongaron hasta febrero de 1942, resultó decisiva para la suerte de Antonio. El juicio se celebró en Ciudad Real el 5 de noviembre. En esas fechas Manuel González de Jonte, su principal acusador, se encontraba en Rusia. Los informes enviados por el alcalde de Manzanares y comandante del puesto de la Guardia Civil incluían acusaciones genéricas muy graves, pero sin aportar pruebas concretas ni testigos directos. El fiscal pidió pena de muerte, pero las imputaciones no resultaron concluyentes para el tribunal y tuvo la suerte de ser condenado a 30 años y un día. (32)
En febrero de 1943, Antonio Criado “Coraza” comenzó a cumplir su condena en la cárcel provincial. Al objeto de redimir pena por trabajo, en abril pasó a formar parte de un destacamento penal formado por medio centenar de reclusos, dedicado a cortar leña y fabricar carbón vegetal en la finca Hato Blanco, término de Almodóvar del Campo.
El 29 de junio, un grupo de cuarenta y dos presos logró darse a la fuga después de desarmar y maniatar a los guardias que los custodiaban. Entre los huidos había dos presos de Manzanares: Miguel Martín-Lara Guijarro “El chepa” y Antonio Criado Cano-Huerta “Coraza”. (33)
Muchos fugados se entregaron al poco tiempo, otros trataron de incorporarse a las guerrillas. Antonio Criado, conocido entonces como “El cuartelero” se unió en febrero de 1944 a un grupo de maquis que se movía por los montes de Toledo, Badajoz y noroeste de la provincia de Ciudad Real. La partida estaba dirigida por Honorio Molina Merino, miembro del Partido Comunista.  
Durante año y medio consiguieron sobrevivir asaltando cortijos para conseguir comida, pero la dureza de la vida en la sierra y la implacable persecución de la Guardia Civil obligó a disolver el grupo. Antonio Criado, junto con Juan Garrido Martín “Escarola” y José Fernández Uceda “Comandante”, buscaron el anonimato en los suburbios de Madrid. La organización clandestina del Sindicato del Transporte, dependiente del PC, les suministró documentación y  trabajo bajo una identidad falsa. Antonio pasó a llamarse Jesús Ferreiro Ferreiro, chofer conductor de taxi. (34)
A finales de octubre de 1945 los servicios de información de la Guardia Civil de Toledo consiguieron dar con su paradero. Todos los miembros de la célula fueron detenidos y procesados por el Juzgado Especial de Delitos de Comunismo y Espionaje. A los antecedentes de Criado se unieron ahora la fuga de Hato Blanco y la actividad guerrillera. En el consejo de guerra celebrado el 28 de febrero de 1947 en Alcalá de Henares fue condenado a muerte. La sentencia se cumplió por fusilamiento el 18 de abril de ese mismo año. (35)

  Antonio Criado “Coraza” durante el servicio militar en 1934

FUENTES
1.- Registro Civil de Madrid. Tomo 64-3, folios 77v a 78v.
El abuelo paterno se llamaba Manuel González de Jonte Villamil. Fue un destacado médico y naturalista, autor del primer Manual de Botánica que se publicó en España. Ejerció unos años como profesor agregado de la Sección de Ciencias Naturales en la Universidad de Madrid. Más tarde se marchó a Cuba donde fue director científico del Jardín Botánico de La Habana y catedrático de Zoología, Mineralogía y Botánica en las Escuelas Profesionales Preparatorias para las Carreras Superiores.
2.- Hoja de Servicios del coronel Manuel González de Jonte. Legajo G-3472 Exp 0. Páginas 5 y 6. Archivo General Militar de Segovia.
3.- Hoja de Servicios del coronel Manuel González de Jonte. Legajo G-3472 Exp 0. Página 7. Archivo General Militar de Segovia.
4.- Hoja de Servicios del coronel Manuel González de Jonte. Legajo G-3472 Exp 0. Página 8. Archivo General Militar de Segovia.
5.- Hoja de Servicios del coronel Manuel González de Jonte. Legajo G-3472 Exp 0. Página 10. Archivo General Militar de Segovia.
6.- BERMÚDEZ GARCÍA-MORENO, Antonio. Manzanares bajo el reinado de Alfonso XIII, 1902-1931. Páginas 384-388.
https://drive.google.com/file/d/1Q4tVxHoGX111hqVagN5eYYGVlDEO3Cuq/view
7.- Periódico El Liberal del 14 de enero de 1927. Madrid.
Revista Madrid Científico nº 1.183, año 1927.
Periódico La Voz del 2 de enero de 1930. Madrid.
8.- El día 2 de diciembre de 1926, Alfonso XIII y sus acompañantes no pudieron salir de caza a causa de la fuerte nevada que cayó en esas fechas. Aprovechó entonces para visitar la bodega La Montaña y la ermita de Nuestro Padre Jesús del Perdón. Como deferencia al rey, la cofradía acordó nombrarle Mayordomo Mayor de la misma, entregándole un diploma y medalla de oro con la imagen del Cristo durante la visita que efectuó el monarca a Manzanares el 21 del mismo mes.
9.- PÉREZ MATEOS, Juan Antonio. Los confinados. Plaza &Janes. S.A. 1976. Páginas 74 a 76.
10.- ORTIZ VILLALBA, Juan. Sevilla 1936: del golpe militar a la guerra civil. Editorial Vistalegre, Córdoba. 1998. Páginas 53 y 54. Cita la carta del general Villa-Abrille a Manuel González de Jonte fechada en Burgos el 8 de agosto de 1933.
11.- Periódico El Socialista correspondiente al 11 de julio de 1934.
12.- BERMÚDEZ GARCÍA-MORENO, Antonio. República y Guerra Civil. Manzanares 1931-1939. Tomo I. Página 261, 262, 269 y 270.
https://ceclmdigital2.uclm.es/viewer.vm?id=0002364958&page=1&lang=es
Ante la reiterada falta de pago del alquiler, la agrupación política tuvo que abandonar el local por orden judicial, siéndole embargados los muebles para cubrir la deuda. A partir del mes de diciembre de 1935 la sede de RE quedó instalada en el domicilio particular de Manuel González de Jonte.
13.- Periódicos La Nación y Siglo Futuro del 9 de diciembre de 1935. Madrid.
14.-Sumario nº 44 del 14 de marzo de 1936. Libro Registro de Causas desde el nº 48 de 1934 al 104 de 1936. Juzgado de Primera Instancia de Manzanares.
Oficio 438 del Libro Registro de Entrada de Documentos de 1936 fechado el 17 de abril. Archivo Municipal de Manzanares.
Libros de Sentencias de la Audiencia Provincial de Ciudad Real. Sentencia 163 de 1936.
15.-Declaración de Manuel González de Jonte en el proceso contra Antonio Criado. Sumario 647, legajo 4820. Archivo Histórico General de la Defensa.
16.- MORAL RONCAL, Antonio. Diplomacia, humanitarismo y espionaje en la guerra civil española. Madrid, 2008. Página 506. Citando la declaración de Félix Schlayer realizada el día 7 de marzo de 1940.
Félix Schlayer era un ingeniero y empresario alemán que ejerció como cónsul honorario de Noruega en Madrid y San Sebastián durante la guerra civil. El Servicio de Información Militar le consideraba uno de los organizadores del espionaje faccioso en la zona bajo control de la República, donde se ocupaba de la evasión a gran escala de simpatizantes del alzamiento recurriendo a la falsificación de pasaportes y otros documentos.
17.- González de Jonte debió informarse al terminar la guerra sobre los miembros del Comité de Defensa que fueron a buscarlo hasta Madrid.  En una de sus declaraciones afirma que se trataba de Antonio Sánchez de Pablo Córdoba; Rafael López Pacheco, maestro natural de Huevar (Sevilla), y Gregorio Beño Barrera, natural de La Solana y vecino de Manzanares donde trabajaba como empleado en la sucursal del Banco Español de Crédito. Beño murió en combate, Antonio y Rafael fueron fusilados al terminar la guerra.
18.- Terminada la guerra, Manuel Muñoz pudo escapar a Francia, pero fue detenido por la Gestapo y extraditado a España con el beneplácito del gobierno colaboracionista de Vichy.  Sería fusilado frente a las tapias del cementerio del Este de Madrid el 1 de diciembre de 1942.
19.- Pedro Cano-Conde era primo de Antonio Criado. Siguiendo su ejemplo, cuando fue movilizado a primeros de junio de 1937 solicitó y consiguió su ingreso en el Cuerpo de Seguridad y Asalto.
20.- Periódico ABC correspondiente al 31 de julio de 1937. Madrid.
21.- CDMH_PS_MADRID_C2522_EXPP00009
La documentación enviada al juez no ha sido encontrada. Parece que se trataba de las listas de personas de izquierdas que pensaban eliminar en caso de haber triunfado el alzamiento en Manzanares. En el interrogatorio de Criado a Jonte en la cárcel de San Antón se hace mención de dichas listas.
22.- Archivo Histórico Nacional. FC. Causa General 1.526. Exp. 3, folio 95
Estando en comisaría, el Comité de Defensa de Manzanares volvió a solicitar la entrega de Jonte sin conseguirlo, segón se desprende del Sumario 169 abierto contra José Fernández-Pacheco Chacón (Archivo Histórico General de la Defensa).
23.- DEL REY REGUILLO, Fernando. Retaguardia roja: violencia y revolución en la guerra civil española. Editorial Galaxia Gutemberg. 2020. Página 90.
24.- Expediente nº 1773 instruido contra Manuel González de Jonte por delito de adhesión y auxilio a la rebelión. Archivo Histórico Nacional FC-Causa General 202. Exp. 27/4
25.-Expediente carcelario de Manuel González de Jonte. Signatura 19594-76. Archivo Histórico Provincial de Alicante.
26.- Expediente carcelario de Manuel González de Jonte. Signatura 19594-76. Archivo Histórico Provincial de Alicante.
27.- Según su expediente militar Manuel González de Jonte dominaba los idiomas alemán, francés e italiano.
28.- Hoja de Servicios del coronel Manuel González de Jonte. Legajo G-3472 Exp 0. Página 10. Archivo General Militar de Segovia.
29.- Hoja de Servicios del coronel Manuel González de Jonte. Legajo G-3472 Exp 0. Página 12. Archivo General Militar de Segovia.
30.- En Manzanares fueron asesinadas 95 personas durante el proceso revolucionario, veinte de ellas después de marcharse Antonio a Madrid. Ningún familiar de las víctimas acusó nunca a Pedro Cano en sus declaraciones de posguerra para la Causa General. Es evidente que su muerte se debió a la animadversión acumulada por Jonte contra su persona.
31.-Procedimiento sumarísimo de urgencia nº 162 contra Pedro Cano-Conde. Archivo Histórico General de la Defensa. Sumario 586. Legajo 5066.
32.- Sumario 647. Legajo 4.820. Archivo Histórico General de la Defensa.
33.- http://lahistoriaenlamemoria.blogspot.com/2015/06/memorial-castilla-la-mancha-ga.html
34.- MORENO GÓMEZ, Francisco. La resistencia armada contra Franco. 2001. Página 177.
35.- Declaración de Antonio Criado en la causa 133410. Archivo Histórico General de la Defensa.









3 comentarios:

  1. Espléndida la biografía de Manolo Jonte, merece un estudio más largo, una vida aventurera.

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    1. Muy interesante porque mi abuela fue dama de compañía de la marquesa en esos años y me contó algunas de esas cosas.

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  2. A través de esta biografía he podido confirmar cosas que me contó mi abuela ya que trabajó como dama de compañía de la marquesa en aquellos años.

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