ARTÍCULOS SOBRE LA HISTORIA DE MANZANARES

15 de noviembre de 2024

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DE MANZANARES 

CARTA DIRIGIDA A LAS ENTIDADES BANCARIAS LOCALES POR LOS RESPONSABLES DEL COMITÉ DE CONTROL DE LA BODEGA LARIOS S.A.


CARTA  (1)

Manzanares 12 de julio de 1937

En 25 de diciembre último y por haber desaparecido el dueño o representante de la casa Larios S.A. y a tenor de disposiciones vigentes en aquella fecha, se incautó por los obreros de la casa U.G.T. y C.N.T. de dicha industria, fundamentando esta decisión en el abandono en que quedaba sumida y el perjuicio que lógicamente se ocasionaría a la economía nacional si los trabajadores con su impulso no daban nueva vida a las actividades comerciales de la casa de referencia. (2)
Se siguieron entonces todos los trámites precisos, nombrándose un Comisión Provincial Administrativa encargada de la dirección y administración, dándole el carácter de provisional porque por entonces se estaba estudiando la colectivización general de la industria vinícola y a ella habría que unir la colectividad de la casa Larios S.A. por ser intereses comunes de todos los trabajadores de esta industria.
Posteriormente, y debido a las gestiones realizadas por una Comisión que oportunamente se designó y que se trasladó a Valencia, se suspendieron los trámites de colectivización general de la industria vinícola, y en tal estado quedó la situación de la casa Larios S.A.,  llevando el peso de la dirección y administración la comisión provisional antes citada, si bien la retirada de fondos de los Bancos solo podía hacerla Vicente Rodríguez Medina, por ser la única persona autorizada por la empresa capitalista desaparecida. (3)
Vistas estas anormalidades, que para Vds. suponen inconvenientes para la debida marcha de las entidades que representan, hemos acordado hacer en plazo brevísimo las gestiones oportunas para amoldar la incautación hecha con arreglo a los preceptos legales vigentes sobre la materia que se han iniciado ya, y, en tanto llegan a feliz término las mismas, seguirá actuando la Comisión Provisional Administrativa con amplias facultades para resolver todos los asuntos que se susciten, cuya Comisión tiene el aval de todos los Sindicatos que suscriben el presente escrito, cuya Comisión abrirá a su nombre una cuenta en cada entidad bancaria local, haciendo todas las operaciones financieras con toda la responsabilidad comercial que se necesite y con la garantía de estos Sindicatos que en todo momento vigilarán de cerca la marcha de la industria y la conveniencia de retirada o ingresos de cantidades para su normal desenvolvimiento. Dicha Comisión estará formada por los siguientes compañeros: Antonio Guijarro Parada, Martín Romero-Nieva Martínez, Juan José López Casado, Ángel Capilla Roncero, Alfonso González García y Antonio Márquez Romero, figurando como representantes de estos camaradas para la retirada e ingreso de cantidades, y demás operaciones que hayan de llevarse a la práctica con esa entidad bancaria para la buena marcha de la industria, Antonio Guijarro Parada y Martín Romero-Nieva Martínez, los cuales firmarán todos los documentos relacionados con la vida comercial de la casa de referencia con la firma: POR LA COMISIÓN PROVINCIAL ADMINISTRATIVA DE LA CASA LARIOS S.A. Y en caso de ausencia o enfermedad de alguno de estos camaradas firmará en su puesto Juan José López Casado. (4)
Esperamos de vosotros reconozcáis el acuerdo de estos Sindicatos con los cual colaboraréis en el engrandecimiento de la economía nacional al facilitar a estos compañeros los medios económicos que les permitan desenvolver su trabajo para el mejor resultado de la obra de los trabajadores, advirtiéndoos que tan pronto se encuentre esta casa incautada con arreglo a las nuevas normas se os comunicará para vuestro conocimiento y demás efectos.
Sin otro particular de momento, quedamos vuestros afectísimos.

Firmas y sellos

POR LA SOCIEDAD DE OBREROS BODEGUEROS DE UGT
Presidente: Antonio Sánchez Córdoba
Secretario: P.O. Bernardo Callejas

POR LA SOCIEDAD DE TONELEROS DE UGT
Presidente: Cayetano Inarejo 
Secretario: Jesús Albandea

POR EL SINDICATO DE COMERCIO Y OFICINAS DE UGT
Vicepresidente: A. Martín
Secretario: Ilegible

POR EL SINDICATO DE BODEGUEROS DE CNT
Secretario: Alfonso García

POR EL SINDICATO DE COMERCIO, INDUSTRIA Y ARTES GRÁFICAS CNT
Vicesecretario: Ilegible

NOTAS
1.- Este documento se encuentra adjunto al sumario número 27.612, abierto en los primeros meses de posguerra a Antonio Guijarro Parada y custodiado en el Archivo Histórico de la Defensa. Se trata de una carta dirigida a los directores de las tres sucursales bancarias con oficina abierta en Manzanares, Banco Hispanoamericano, Banco Español de Crédito y Banco Central, comunicando la nueva situación administrativa de la principal bodega de la localidad. 
2.- Ciertamente Manuel Puyuelo Domenet, gerente de la empresa, había desaparecido. No porque hubiese huído o abandonado el cargo como pretenden hacer ver los sindicalistas. Llevaba muerto desde el 29 de septiembre de 1936, fecha en que  fue asesinado por órdenes del Comité de Defensa. 
3.- El gobierno de la República, instalado en Valencia, no admitió la colectivización de empresas, sino el control por parte de los Sindicatos en colaboración con sus legítimos propietarios cuando fuera posible. 
A Vicente Rodríguez Medina, químico enólogo de la empresa, le fueron retirados los poderes para mover fondos otorgados por los marqueses de Larios.
4.- Personajes y empleos de los miembros del Comité de Control.
Antonio Guijarro Parada: Bodeguero. Afiliado a UGT. 
Acusado de ser el inductor del asesinato del gerente, fue fusilado el 20 de julio de 1939.
Martín Romero-Nieva Martínez: Jefe de oficina. Afiliado a UGT.
Juan José López Casado: Mecanógrafo. Afiliado a CNT.
Ángel Capilla Roncero: Encargado de la tonelería. Afiliado a UGT.
Alfonso González García. Afiliado a UGT.
Antonio Márquez Romero: Encargado del personal. Afiliado a UGT.
Responsables de los Sindicatos
Antonio Sánchez de Pablo Córdoba. Bodeguero en la industria de Raimundo Mira. Presidente del Sindicato y del  Comité Central para el control de la riqueza vinícola de Manzanares. Fusilado al terminar la guerra.
El secretario de la Sociedad de Obreros Bodegueros era en ese momento Tomás Bermúdez Sánchez de la Blanca, bodeguero en la firma Conca Hermanos S. A.,  pero firma por orden Bernardo Callejas, bodeguero en la empresa de Pedro Peña Taravilla.
Cayetano Inarejo Granados, tonelero en la bodega de Vicente Muñoz Romero-Nieva.
Jesús Albandea, tonelero en la bodega de Federico Ripoll Viñols.





28 de octubre de 2024

CONCEJALES MÓNÁRQUICOS EN LA PRIMERA CORPORACIÓN MUNICIPAL DE LA 2ª REPÚBLICA

En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 el partido más votado en Manzanares fue Unión Monárquica, consiguiendo ocho concejalías. A pesar del triunfo electoral de los partidarios de Alfonso XIII, la coalición republicano socialista se hizo con el poder en el ayuntamiento al sumar catorce escaños. El cambio de modelo de Estado determinó que la coexistencia dentro de la Corporación de republicanos y monárquicos no resultara fácil. Al principio hubo cierto acoso por parte de los ediles socialistas que se fue suavizando ante la necesidad de alcanzar un mínimo consenso en aras de gestionar los intereses de los ciudadanos.
A raíz de la revolución de Asturias, el ayuntamiento de elección popular quedó disuelto ante la sospecha de connivencia con los sublevados y sustituido por otro de centro derecha elegido por el gobernador civil.
Cuando el 17 de noviembre de 1934 se constituyó el Comité Local de Renovación Española, partido antirrepublicano de extrema derecha, todos los concejales monárquicos se afiliaron a la nueva organización.
Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones generales de febrero de 1936 se repusieron los ayuntamientos cesados dos años antes. No obstante, en marzo, los concejales monárquicos y los representantes de Derecha Liberal Republicana fueron cesados de forma irregular al ser considerados enemigos del régimen.
Durante el proceso revolucionario que siguió al levantamiento militar, los militantes de RE serían perseguidos con verdadera saña. De los ocho ediles de Unión Monárquica elegidos en 1931, cuatro fueron asesinados, otros permanecieron escondidos en el pueblo hasta su detención e ingreso en la prisión de Ciudad Real y alguno pudo huir de Manzanares.

1.- Antonio Valle Rodríguez
Nació el 13 de enero de 1895. Hijo de Juan José Valle López de Pablo y Antonia Rodríguez Alcolea (AP L-56 F-180).
Casado con Rosa Caballero Sánchez-Migallón el 4 de septiembre de 1921(AP L-24 F-268). Tuvo dos hijos: Antonia y Juan José.
Profesión: Agricultor con tierras propias.
Militancia: Unión Monárquica y Renovación Española.
Asesinado en el cementerio la noche del 29 al 30 de septiembre de 1936 por milicianos del Comité de Defensa. Tenía 41 años.

CARGOS QUE OCUPÓ
Concejal monárquico de la primera corporación municipal de la 2ª República. Cesado el ayuntamiento por orden gubernativa el 11 de octubre de 1934. Repuesto en su cargo el 20 de febrero de 1936 y cesado el 5 de marzo por orden del gobierno.
Tesorero de la agrupación local de Renovación Española en 1934.

2.- Enrique Ochoa de Quesada


Nació circunstancialmente en Valencia el 15 de marzo de 1881. Hijo de Luis Ochoa Galiano, natural de Almansa-Albacete, y de Antonia de Quesada Arcocha, del Noble Valle de Orozco (Vizcaya).
Casado con María Dolores González-Elipe Rossique el 21 de junio de 1902 (AP L-22 F-53v). Tuvo cinco hijos: Antonio, Martín, Rafael, Ignacio y María Luisa.
Profesión: Terrateniente e industrial bodeguero y aceitero. Mayor contribuyente en 1913.
Militancia: Partido Conservador, Unión Monárquica, Acción Popular Agraria Manchega y Renovación Española.
Logró huir de Manzanares y permaneció oculto durante toda la guerra.
Falleció el 27 de mayo de 1939 a los 58 años (RC L-52 F-111).

CARGOS QUE OCUPÓ
Presidente del Comité Local de Unión Patriótica en 1926.
Presidente del 5º ayuntamiento de la dictadura de Primo de Rivera. Ocupó la alcaldía desde el 23 de julio de 1927 al 25 de febrero de 1930. Destituido al caer el gobierno de Miguel Primo de Rivera.
Concejal del ayuntamiento constituido el 12 de abril de 1930 en calidad de gran contribuyente.
Concejal monárquico de la primera corporación municipal de la 2ª República. Cesado el ayuntamiento por orden gubernativa el 11 de octubre de 1934. Repuesto en su cargo el 20 de febrero de 1936 y cesado el 5 de marzo del mismo mes por orden del gobierno.

3.- Juan Sáez Mancebo
Nació el 3 de mayo de 1889 en Villar de Chinchilla (Albacete). Al inscribirlo en el Registro Civil de Chinchilla le pusieron por nombres Progreso Garibaldi y Juan de la Emancipación (RC L-24 F-58v). Era hijo de Benito Sáez Yañez y Rosario Mancebo Sáez, ambos de Igueruela (Albacete).
Casado con Margarita González-Elipe Abad el 26 de mayo de 1915 (AP L-24 F-76v). Dejó un hijo llamado Benito que sería gobernador civil de Albacete entre 1973 y 1976.
Profesión: Agente comercial y corresponsal de ABC en la comarca.
Militancia: Unión Monárquica y Renovación Española.
Asesinado en la madrugada del 8 de agosto de 1936 en el camino de San Marcos por los milicianos que asaltaron la prisión del Partido donde se encontraba detenido desde el 27 de julio.

CARGOS QUE OCUPÓ
Vocal del Comité Local de Unión Patriótica en 1926.
Segundo teniente en el 5º ayuntamiento de la dictadura de Primo de Rivera, bajo la presidencia de Enrique Ochoa de Quesada (1927-1930).
Concejal monárquico de la primera corporación municipal de la 2ª República. Cesado el ayuntamiento por orden gubernativa el 11 de octubre de 1934. Repuesto en su cargo el 20 de febrero de 1936 y cesado el 5 de marzo del mismo mes por orden del gobierno.

4.- Juan José Fernández-Arroyo Albandea
Nació el 18 de noviembre de 1886. Hijo de Antonio Fernández-Arroyo Sánchez-Gil y Josefa Albandea Domínguez (AP L-53 F-263v).
Casado con Vicenta López de la Manzanara Peñuelas el 21 de julio de 1912 (AP L-23 F-159).
Profesión: Industrial
Militancia: Unión Monárquica y Renovación Española.
Asesinado en la madrugada del 8 de agosto de 1936 en el camino de San Marcos por los milicianos que asaltaron la prisión del Partido donde se encontraba detenido desde el 26 de julio. Tenía 49 años.

CARGOS QUE OCUPÓ
Concejal monárquico de la primera corporación municipal de la 2ª República. Cesado el ayuntamiento por orden gubernativa el 11 de octubre de 1934. Repuesto en su cargo el 20 de febrero de 1936 y cesado el 5 de marzo del mismo mes por orden del gobierno.

5.- Juan Mascaraque González-Calero


Nació el 6 de marzo de 1888. Hijo de Gabriel Mascaraque Roncero y Ángela González-Calero Roncero (AP L-54 F-30).
Casado con Micaela Úbeda Mazarro el 1 enero 1913 (RC L-17 F-154). Tuvo dos hijos: Gabriel y María de los Ángeles.
Profesión: Terrateniente.
Militancia: Unión Monárquica y Renovación Española.
Permaneció oculto en Manzanares durante toda la guerra.
Murió el 22 de abril de 1944 (AP L-29 F-215v).

CARGOS QUE OCUPÓ
Concejal monárquico de la primera corporación municipal de la 2ª República. Cesado el ayuntamiento por orden gubernativa el 11 de octubre de 1934. Repuesto en su cargo el 20 de febrero de 1936 y cesado el 5 de marzo por orden del gobierno.
Vicepresidente primero de la agrupación local de Renovación Española presidida por Manuel González de Jonte Corradi.
Primer alcalde de la dictadura franquista desde el 31 de marzo de 1939 al 19 de agosto de 1940.

6.- Luciano Infante Zúñiga


Nació el 18 de agosto de 1893. Hijo de Antonio Infante Escobar y Josefa Zúñiga Moreno (AP L-56 F-23v).
Casado el 4 de febrero de 1917 con María Gracia Peña González-Calero (AP L-24 F-126). De los ocho hijos que tuvo le sobrevivieron cinco: Antonio, Miguel, Luciano, Manuel y José.
Profesión: Corredor de vinos y cereales. Hacia 1929 fue nombrado gerente de la pequeña planta de fabricación de asfalto que la Sociedad Española Puricelli S.A. montó en Manzanares por influencia de Manuel González de Jonte. Se mantuvo en el puesto hasta el inicio de la guerra civil.
Militancia: Unión Monárquica y Renovación Española. En los años previos a la guerra fue presidente del Círculo Católico, puesto que ya ocupara su padre desde 1912.
Salvo algún momento de peligro al inicio del proceso revolucionario, pasó la guerra con cierta tranquilidad hasta su detención en 1938 y traslado a la prisión provincial de Ciudad Real donde permaneció varios meses.
Falleció el 4 de abril de 1943 (AP L-29 F-183). Tenía 49 años.

CARGOS QUE OCUPÓ
Concejal del 4º ayuntamiento de la dictadura de Primo de Rivera bajo la presidencia de Agustín Serrano González.
Concejal monárquico de la primera corporación municipal de la 2ª República. Cesado el ayuntamiento por orden gubernativa el 11 de octubre de 1934. Repuesto en su cargo el 20 de febrero de 1936 y cesado el 5 de marzo del mismo mes por orden del gobierno.
Vicepresidente segundo de la agrupación local de Renovación Española en 1934.
Primer teniente de alcalde en el ayuntamiento franquista constituido el 31 de marzo de 1939.
Jefe local de Falange Española desde abril de 1939 a junio de 1940.

7.- Matías Ruiz-Escribano Fernández-Pacheco
Nació el 24 de marzo de 1895. Hijo de Matías Ruiz-Escribano Roncero y María Fernández-Pacheco Noblejas (AP L-56 F-209v).
Casado el 7 de mayo de 1925 con Antonina del Castillo Crespo (AP L-25 F-115v).
Profesión: Propietario agrícola.
Militancia: Unión Monárquica.
Asesinado en la madrugada del 8 de agosto de 1936 en el camino de San Marcos por los milicianos que asaltaron la prisión del Partido donde se encontraba detenido. Tenía 41 años.

CARGOS QUE OCUPÓ
Concejal monárquico de la primera corporación municipal de la 2ª República. Cesado el ayuntamiento por orden gubernativa el 11 de octubre de 1934. Repuesto en su cargo el 20 de febrero de 1936 y cesado el 5 de marzo del mismo mes por orden del gobierno.
Directivo de la Asociación Patronal de Agricultores.

8.- José Ruiz de Martín Esteban González-Calero
Nació el 22 de octubre de 1868. Hijo de Bernabé Ruiz de Martín Esteban Ruiz del Moral y de Apolonia González-Calero Navas (AP L-48 F-274v).
Casado el 24 de abril de 1893 con María Caballero Peñalosa. (AP L-20 F-199v). Le sobrevivieron tres hijos: Bernabé, Alfonso y Josefa.
Profesión:
Militancia: Unión Monárquica.
Se ignora cómo pudo escapar a la persecución desatada durante el periodo revolucionario.
Falleció el 29 de agosto de 1941 a los 72 años de edad (AP L-29 F-129).

CARGOS QUE OCUPÓ
Concejal monárquico de la primera corporación municipal de la 2ª República. Cesado con todo el ayuntamiento por orden gubernativa el 11 de octubre de 1934. Repuesto en su cargo el 20 de febrero de 1936 y vuelto a cesar el 5 de marzo del mismo mes por orden del gobierno.
Su hijo Alfonso Ruiz de Martín Esteban Caballero, fue también vocal de la directiva de Renovación Española en 1934 y tuvo que permanecer oculto durante toda la guerra para salvar la vida. Tras la victoria de Franco fue nombrado tercer teniente de alcalde en el primer ayuntamiento de la dictadura.

26 de octubre de 2024

 MICROBIOGRAFÍAS DE CONCEJALES PERTENECIENTES A LA COALICIÓN REPUBLICANO-SOCIALISTA QUE FORMARON PARTE DE LA PRIMERA CORPORACIÓN MUNICIPAL DE LA II REPÚBLICA 


PERSONAJES EN PIE DE IZQUIERDA A DERECHA

1.- Francisco Maeso Taravilla
Nació el 6 de septiembre de 1880. Hijo de Ignacio Maeso Carrión y Teresa Taravilla Sánchez de la Blanca (AP L-51 F-334v).
El 13 de noviembre de 1904 contrajo matrimonio con Catalina González-Román Taravilla (AP L-22 F-132). Tuvo dos hijos: Miguel y Palmira, pero solo le sobrevivió ésta última.
Profesión: Corredor de vinos; comisionista. Encargado de relaciones comerciales en la empresa Conca Hermanos S.A.
Militante del PRRS y más tarde de Izquierda Republicana.
Murió fusilado en Ciudad Real el 30 de octubre de 1939.

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Primer teniente de alcalde en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por José Roncero Rodríguez.
Alcalde desde el 2 de julio de 1931 al 14 de julio de 1932, fecha en que presentó su dimisión.
Segundo teniente de alcalde en la Corporación Municipal del Frente Popular formada en marzo de 1936 y presidida por Eugenio Cobos Chicharro.
Presidente de la Diputación de Ciudad Real desde el 17 de marzo al 19 de octubre de 1936.
Gobernador accidental de la provincia en momentos puntuales de los primeros meses de guerra.
Representante de IR en el Comité de Defensa provincial al declararse la guerra.
Miembro de la Junta Provincial para la protección y Salvamento del Patrimonio Artístico.

2.- Eugenio Cobos Chicharro
Nació en Torredonjimeno (Jaén) el 12 de abril de 1903. Hijo de Juan Francisco Cobos Arroyo, natural de La Rambla (Córdoba), y de Antonia Chicharro Rus, de Úbeda (Jaén).
Casado con Carmen Poveda Baeza, natural de Cartagena (Murcia). Tuvo cinco hijos: Carmen, Antonio, Eugenio, Teresa y Juan.
Profesión: Empleado de la empresa ferroviaria MZA.
Militante del Partido Socialista Obrero Español.
Falleció el 27 de mayo de 1938 a los 47 años de edad a causa de una aortitis (RC L-51 F-215v).

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Concejal en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por José Roncero Rodríguez.
Alcalde desde el 12 de enero de 1933 al 11 de octubre de 1934 cuando el ayuntamiento fue cesado por orden gubernativa.
Repuesto como alcalde el 17 de febrero de 1936 se mantuvo como alcalde de la Corporación del Frente Popular hasta su muerte en 1938.
Presidente del Comité Local del Frente Popular.

3.- Bernardo Sánchez de la Serrana Caba
Nació el 23 de enero de 1883. Hijo de José Sánchez de la Serrana Núñez-Hoyo y de Felipa Caba Alises (AP L-52 F-202v).
Contrajo matrimonio con Antonia Alarcón Salas el 31 de mayo de 1907 (AP L-23 F-34). Tuvo dos hijos José y Felipa.
Profesión: Maestro albañil y contable.
Militante del Partido Socialista Obrero Español y UGT.
Falleció el 19 de noviembre de 1970 (AP L-39 F-100v).

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Vocal obrero en la Junta Local de Reformas Sociales en 1923.
Vocal de la Agrupación Local del PSOE en 1925 y tesorero en 1930.
Vocal obrero en el Consejo de Trabajo en 1930.
Concejal en la primera Corporación Municipal de la 2ª República.
Concejal en la Corporación Municipal del Frente Popular formada en marzo de 1936 y presidida por Eugenio Cobos Chicharro.
Miembro de la Comisión de Policía Rural en 1936.
Vocal de la Junta Directiva de la Casa del Pueblo en 1936.
Dejó de ser concejal en junio de 1936.
En 1937 era contable en la bodega de Antonio Fernández-Pacheco González-Calero y actuaba como secretario del comité de control de UGT. Posiblemente la connivencia con el propietario que se encontraba camuflado en Madrid le facilitó al terminar la contienda los avales necesarios para no sufrir represión. 
Su hijo José, arquitecto técnico, murió a causa de la tuberculosis después de pasar por varias cárceles.

4.- José González-Calero Parra
Nació el 12 de septiembre de 1891. Hijo de Alfonso González-Calero Rubio-Manzanares y de Trinidad Parra Rodríguez (AP L-55 F-119v).
Casado con María Soledad López Corzo (AP L-24 F-159v). Tuvo cuatro hijos: Trinidad, José, María y Julio.
Profesión: Industrial
Militante del PRRS y posteriormente de Izquierda Republicana.
Fusilado el 22 de octubre de 1939.

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Presidente y cofundador de la Agrupación Local del Partido Republicano Radical Socialista en 1930.
Cuarto teniente de alcalde en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por José Roncero Rodríguez.
Cuarto teniente de alcalde en la Corporación Municipal del Frente Popular formada en marzo de 1936 y presidida por Eugenio Cobos Chicharro.
Miembro de la Comisión de Policía Rural encargada de vigilar el cumplimiento de la legislación republicana en 1936.
Vicepresidente de la Agrupación Local de Izquierda Republicana.
Miembro del Comité Local del Frente Popular.
Miembro del Consejo Municipal durante la guerra.

5.- Vicente Moraleda Sosa
Nació el 22 de marzo de 1877. Hijo de Francisco Moraleda López-Villalta, natural de Membrilla, y de Braulia Sosa García, de Daimiel (AP L-50 F-335).
El 11 de septiembre de 1909 se casó con Joaquina Calero Antequera, viuda de José María Abad (AP L-33 F-71). De ese primer matrimonio tuvo tres hijos: Francisco, José y Vicente.
Al enviudar, volvió a casarse el 8 de agosto de 1917 con Dolores Guerrero Guijarro, viuda de Eugenio Noblejas (AP L-24 F-140v y 141). Con ella tuvo un único hijo llamado Miguel.
Profesión: Artesano fabricante y reparador de sillas, sillones y camapés.
Militancia: PSOE y UGT
Murió fusilado el 15 de junio de 1939. Su hijo Vicente Moraleda Calero también fue ejecutado el 5 de junio de 1940.

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
En las elecciones municipales de 1922 ya fue candidato a concejal en representación de la Casa del Pueblo, aunque fue derrotado.
Presidente de la Agrupación Local del PSOE en 1924, 1930 y 1933.
Presidente de la Junta Directiva de la Casa del Pueblo en 1924 y 1930.
Presidente de la Federación Local de Trabajadores entre 1926 y 1933.
Representó a la Sección de Oficios Varios y a la Federación de Trabajadores de Manzanares en el XVI Congreso de la UGT celebrado en septiembre de 1928.
Tercer teniente de alcalde en la primera 1ª Corporación Municipal de la República presidida por José Roncero Rodríguez.
Tercer teniente de alcalde en la Corporación Municipal del Frente Popular formada en marzo de 1936 presidida por Eugenio Cobos Chicharro.
Juez Municipal en 1938.

6.- Antonio Fernández-Pacheco Fernández-Pacheco
Nació el 8 de enero de 1899. Hijo del industrial bodeguero Antonio Fernández-Pacheco González-Calero y de su segunda esposa Vicenta Fernández-Pacheco Alises (AP L-58 F-73).
Casado con María González-Elipe Abad el 12 de noviembre de 1925 (AP L-25 F-127). Tuvo dos hijos Alicia y Rubén.
Profesión: Empleado en la bodega de sus padres. Propietario agrícola.
Militancia: Derecha Liberal Republicana.
Murió el año 1982 en Valencia a causa de un accidente mientras visitaba a su hija Alicia. Se enterró en el cementerio de Chiva.

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Concejal en el 5º ayuntamiento de la dictadura de Primo de Rivera.
Presidente y fundador de la Agrupación Local de Derecha Liberal Republicana, convertida luego en Partido Progresista.
Segundo teniente de alcalde en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por José Roncero Rodríguez. 
Cesado al quedar disuelto el ayuntamiento el 11 de octubre de 1934. Repuesto el 20 de febrero de 1936 y vuelto a cesar por el gobernador civil el 5 de marzo del mismo año.

7.- Lisardo Carrión Romero
Nació el 1 de noviembre de 1882. Hijo de Agustín Carrión Jiménez y Bernarda Romero Criado (AP L-52 F-179v).
Casado con Apolonia Parrado Díaz-Portales el 10 de mayo de 1909 (AL L-23 F-63v). Tuvo seis hijos: Bernardo, Inés, Agustín, Josefa, Micaela y José.
Profesión: Hortelano.
Militancia: Partido Socialista Obrero Español y UGT.
Murió fusilado el 12 de noviembre de 1940.

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Vocal de la Agrupación Local del PSOE en 1930.
Presidente de la Federación Local de Trabajadores de la Tierra (FLTT) en 1931.
Concejal en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por José Roncero Rodríguez. Presidió la Comisión de Instrucción Pública.
Concejal en la Corporación Municipal del Frente Popular formada en marzo de 1936 y presidida por Eugenio Cobos Chicharro.
Presidente de la Comisión Municipal de Policía Rural para la vigilancia del cumplimiento de la nueva legislación republicana.
Vocal obrero en la Junta Local para la Reforma Agraria.
Secretario de la Federación Local de Trabajadores de la Tierra (FLTT) en 1932.
Vicepresidente del Jurado Mixto de Trabajo Rural de Manzanares en 1932 y presidente del mismo en 1933.
Presidente del Jurado Mixto de Bodegueros en 1933.
Organizador de las milicias populares de la Casa del Pueblo al producirse el levantamiento militar.
Miembro del Consejo Municipal y del Comité Local del Frente Popular por UGT en 1936.
Presidente del Consejo de Administración de la Colectividad Mixta CNT/UGT en 1936 y 1937.
Vocal de la Junta Calificadora de Desafectos a la República en 1936.
Vicepresidente 1º del Consejo Municipal en 1938.

PERSONAJES SENTADOS DE IZQUIERDA A DERECHA

8.- Juan Antonio García del Pozo Carrera
Nació el 31 de marzo de 1893. Hijo de José García del Pozo Tejuelo y Vicenta Carrera Fernández de Simón (AP L-55 F-353v).
Casado con Antonia Lozano Rodríguez el 21 de marzo de 1920 (AP L-24 F-224v). Tuvo tres hijos: Vicenta, José y Concepción.
Profesión: Comerciante. Copropietario de la ferretería “Las Dos Llaves”.
Militancia: Partido Derecha Liberal Republicana, convertido más tarde en el Partido Republicano Progresista.
Falleció el 4 de febrero de 1970 (AP L-35 F-74v).

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Concejal en la primera Corporación Municipal de la 2ª República.
Segundo teniente de alcalde en la Corporación Municipal de transición formada en enero de 1936 presidida por Francisco Capilla García-Noblejas.
Cesado al quedar disuelto el ayuntamiento el 11 de octubre de 1934. Repuesto el 20 de febrero de 1936 y vuelto a cesar por el gobernador civil el 5 de marzo del mismo año.

9.- José María Fernández-Pacheco Durán
Nació el 22 de julio de 1891 (AP L-55 F-107). Hijo de Antonio Fernández-Pacheco Maeso y Ana María Durán Callejas.
Casado el 2 de agosto de 1914 con María de la Cruz Lama López, natural de Doña Mencía-Córdoba (AP L-24 F-50v). Le sobrevivieron diez hijos: Antonio, Vicenta, Crispín, Ascensión, José María, Amelia, María, Rubén, Roberto y Luz.
Profesión: Industrial bodeguero y contable. Tenía arrendada la bodega de Antonio Fernández de Simón López en calle Toledo 47.
Militancia: Partido Republicano Radical Socialista, convertido después en Izquierda Republicana.
Falleció el 16 de diciembre de 1971 (AP L-34 F-152)

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Concejal en el 4º ayuntamiento de Manzanares durante la dictadura de Primo de Rivera, presidido por Agustín Serrano González.
Concejal en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por José Roncero Rodríguez.
Concejal en la Corporación Municipal del Frente Popular formada en marzo de 1936 y presidida por Eugenio Cobos Chicharro. Dejó de ser miembro del Consejo Municipal a partir de la remodelación del 7 de noviembre de 1936.
Procesado al finalizar la guerra, fue condenado a treinta años y un día por ser uno de los fundadores de Izquierda Republicana. Estuvo preso en el penal del Puerto de Santa María. Gracias a los avales conseguidos por la familia, el 12 de diciembre de 1942 fue puesto en libertad condicional sin destierro y pudo regresar a su casa.

10.- Francisco Fernández de Simón León
Nació el 12 de abril de 1903. Hijo de Juan Fernández de Simón Jiménez y Josefa León Cortés, natural de Madrid. (AP L-60 F-99v).
Casado con la maestra Encarnación Maxiá Zurita el 13 de junio de 1930 (AP L-25 F-293v). Tuvo un hijo llamado Juan.
Profesión: Oficial en la notaría de don Pablo Perales Bazo.
Militancia: Perteneció a Derecha Liberal Republicana y Partido progresista. En 1932 evolucionó hacia la izquierda y se incorporó al Partido Republicano Radical Socialista, convertido después en Izquierda Republicana.
Fusilado el 12 de noviembre de 1939 (RC L-53 F-43v).

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Concejal en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por su correligionario José Roncero Rodríguez.
Alcalde desde el 30 de julio de 1932 al 10 de enero de 1933, fecha en que presentó su dimisión.
Vicepresidente de las Juventudes Republicanas Radical Socialistas en 1932.
Quinto teniente de alcalde en la Corporación Municipal del Frente Popular formada en marzo de 1936 y presidida por Eugenio Cobos Chicharro.
Secretario del Comité Local del Frente Popular.

11.- Juan José Carrión Camacho
Nació el 19 de marzo de 1894 (AP L-56 F-93). Hijo de Manuel Fermín Carrión Jiménez y Ramona Camacho Casero.
Unido con María Teresa Navarro Muñoz. Dejó seis hijos: Palmira, Floreal (Ángel), Aurora, Manuel, Ignacio y Juan José.
Profesión: Pocero
Militancia: Partido Socialista Obrero Español, del que fue expulsado en 1932 por discrepancias internas. Quedó como concejal independiente hasta que en octubre de 1933 se incorporó al Partido Republicano Radical.
Asesinado el 2 de noviembre de 1936 en Carrión de Calatrava por milicianos del Comité de Defensa tras una saca de la cárcel de Ciudad Real donde se encontraba detenido (RC L-53 F-88v). Terminada la guerra sus restos fueron inhumados en la basílica del Valle de los Caídos.

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Líder obrero en la Casa del Pueblo desde su fundación y en el Centro Obrero de orientación anarcosindicalista.
Secretario de la Federación Local de Trabajadores en 1926.
Quinto teniente de alcalde en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por José Roncero Rodríguez.
Concejal por el Partido Republicano Radical en la Corporación presidida por Antonio Rodríguez Noblejas en 1934.
Segundo teniente de alcalde en la Corporación Municipal presidida por Vicente Muñoz Romero-Nieva en 1935.

12.- Pedro Gallego Sánchez-Gil
Nació el 4 de enero de 1891. Hijo de Fernando Gallego Bolaños y Juana Sánchez-Gil Nieto-Sandoval (AP L-55 F-10).
Casado con Dolores Manzanares Moreno el 13 de febrero de 1922. Tuvo cuatro hijos: Fernando, Antonio, Juana y Teresa.
Profesión: Industrial tejero.
Militancia: Partido Socialista Obrero Español y UGT.
Fusilado el 15 de junio de 1939.

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Afiliado a la Sociedad de Oficios Varios desde 1915.
Asistió como delegado por Manzanares al Congreso Extraordinario de la UGT, celebrado en 1927, donde se acordó romper la colaboración con la dictadura de Primo de Rivera.
Candidato de la Casa del Pueblo a las elecciones municipales de 1922. No resultó elegido.
Vocal obrero en la Junta Local de Reformas Sociales. Año 1923.
Presidente de la Agrupación Local del PSOE en 1925 y 1931.
Presidente de la Federación Local de Trabajadores en 1926.
Representó a la Agrupación Socialista de Manzanares en los Congresos Extraordinarios del PSOE de 1927 y 1931, así como en el XIII Congreso celebrado en 1932 donde largo Caballero desplazó a Julián Besteiro como presidente de la Comisión Ejecutiva.
Concejal en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por José Roncero Rodríguez y portavoz de la minoría socialista.
Miembro de la Diputación Provincial por el partido de Manzanares.
Miembro de la Comisión Municipal de policía Rural para vigilar el cumplimiento de la nueva legislación republicana.
Primer teniente de alcalde tras la remodelación de la Corporación en enero de 1933.
Primer teniente de alcalde en la Corporación Municipal del Frente Popular formada en marzo de 1936 y presidida por Eugenio Cobos Chicharro. Ejerció como alcalde accidental en varias ocasiones.
Miembro del Comité Local del Frente Popular en 1936.
Miembro del Consejo Municipal constituido en noviembre de 1936.
Presidente del Tribunal Popular en 1936.
Presidente de la Federación Local de Trabajadores en 1937.
Vicepresidente 1º en el Consejo Municipal tras la remodelación de abril de 1937.
Vocal del Consejo Municipal en representación de UGT y vicepresidente 1º del mismo tras la remodelación de septiembre de 1938.

13.- José Roncero Rodríguez
Nació el 29 de septiembre de 1888. Hijo de Pedro Roncero León y Teresa Rodríguez Márquez-Villarejo.
Contrajo matrimonio con Josefa Díaz-Pinés Lezcano (AP L-24 F-159v). Dejó tres hijos: Pedro, Teresa y Bernardo.
Profesión: Comerciante de productos químicos de uso enológico y propietario agrícola.
Militancia: Estuvo afiliado al partido Derecha liberal Repúblicana, convertido más tarde en Partido Progresista.
Falleció el 27 de diciembre de 1967 (RC L-69 F-56).

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Presidente de la Comunidad de Labradores en 1931.
Alcalde presidente de la primera Corporación Municipal de la 2ª República. Dimitió el 30 de junio de 1931.
Cesado al quedar disuelto el ayuntamiento el 11 de octubre de 1934. Repuesto el 20 de febrero de 1936 y vuelto a cesar por el gobernador civil el 5 de marzo del mismo año.

14.- Juan López Corzo
Nació el 13 de marzo de 1889 en Albuñol (Granada). Hijo de Juan López Craviotto y Enriqueta Corzo Muñoz (RC Albuñol L-23 F-103).
Casado en Manzanares con Teresa Úbeda Lozano el 7 de octubre de 1913. Tuvo una hija llamada Teresa López Úbeda.
Casado de segundas con su prima hermana Bienvenida López Corzo. Tuvo otra hija llamada Bienvenida López López.
Profesión: Calderero constructor de alquitaras y equipos de destilación para vinos y alcoholes.
Militancia: Partido Republicano Radical Socialista y posteriormente a Izquierda Republicana.
Fusilado el 16 de noviembre de 1939.

ACTIVIDAD POLÍTICA O SINDICAL
Fundador y primer presidente de la Agrupación Local del Partido Republicano Radical Socialista en 1930.
Concejal en la primera Corporación Municipal de la 2ª República presidida por José Roncero Rodríguez.
Miembro de la Comisión Municipal de policía Rural para vigilar el cumplimiento de la nueva legislación republicana.
Concejal en la Corporación Municipal del Frente Popular formada en marzo de 1936 y presidida por Eugenio Cobos Chicharro.
Miembro del Comité Local del Frente Popular en representación de Izquierda Republicana.
Miembro del Consejo Municipal constituido en noviembre de 1936.

27 de septiembre de 2024

TRES FOTOGRAFÍAS CENTENARIAS PARA LA HISTORIA

1.- GRUPO DE SEÑORAS DE LA ALTA BURGUESÍA MANZANAREÑA.
Datada aproximadamente hacia 1895.



SENTADAS. DE IZQUIERDA A DERECHA

1.- Josefa García-Noblejas Quevedo
Hija de Antonio García-Noblejas Díaz-Pinés y Matilde Quevedo Rodríguez. Nació en Manzanares el 7 de marzo de 1883. Casada el 4 de julio 1908 con José González-Elipe Rossique “El niño Pepe” Dejó una hija llamada Matilde que nació el 8 octubre 1915. Murió en Madrid el 5 mayo 1923 con 40 años. Se enterró en Manzanares.

2.- Dolores Rossique Egea
Natural de Cartagena. Nació hacia 1848. Hija de Francisco Rossique y Hernández, Comandante Infantería de Marina, y de Mª Dolores Egea y Timón.
Casada con Antonio González-Elipe González-Elipe. Tuvo cinco hijos: María, Josefa, Dolores, Juana y José (Niño Pepe). Suegra de la número 1. Falleció el 2 agosto 1917.

3.- Juana González-Elipe Rossique
Hija de Antonio González-Elipe y González-Elipe y María de los Dolores Rossique Egea. Nació el 28 de abril de 1875. Casada el 2 de abril de 1899 con Ángel Carrasco González-Elipe, marino militar natural de Puerto Real. Tuvo seis hijos: María, Francisco, Dolores, Carmen, Rosario y Antonio. Murió 4 noviembre 1908 a los 33 años

EN PIE. DE IZQUIERDA A DERECHA

1.- Ángela García-Noblejas Quevedo
Hija de Antonio García-Noblejas Díaz-Pinés y Matilde Quevedo Rodríguez. Nació en Madrid el 1 de marzo de 1881. Contrajo matrimonio el 2 de mayo de 1906 con su primo Ángel García-Noblejas López.

2.- María González-Elipe Rossique
Hija de Antonio González-Elipe y González-Elipe y María de los Dolores Rossique Egea. Nació el 19 de julio de 1876. Casada con Martín Ochoa de Quesada el 11 de febrero de 1900. Dejó 9 hijos: Luís, Jesús, Baltasar, Antonia, Joaquina, Ramón, Carmen, Enrique y Dolores. Murió 26 febrero 1924 con 43 años.

3.- Josefa González-Elipe Rossique
Hija de Antonio González-Elipe y González-Elipe y María de los Dolores Rossique Egea. Nació en Cartagena el 3 de julio de 1880. Casada con Jesús García-Noblejas Quevedo el 29 de junio de 1903. Tuvo ocho hijos: Matilde, Antonio, Isabel, Francisco, Antonia, Teresa, Tomás y Jesús. Murió 20 febrero 1931 con 49 años

4.- Dolores González-Elipe Rossique
Hija de Antonio González-Elipe y González-Elipe y María de los Dolores Rossique Egea. Nació el 25 de noviembre de 1882. Casada con Enrique Ochoa de Quesada en 1902. Tuvo 5 hijos: Antonio, Martín, Rafael, Ignacio y María Luisa. Falleció el 28 de mayo de 1939.

2.- POTENTADOS Y ARISTÓCRATAS RECIBEN AL HIJO DEL ALMIRANTE CERVERA.
Fotografía realizada en el patio de la mansión del marqués de Salinas cerca de 1910.


EN PIE, DE IZQUIERDA A DERECHA

1.- Tomás García-Noblejas Quevedo
Hijo de Antonio García-Noblejas Díaz-Pinés y Matilde Quevedo Rodríguez-Manzanares. Nació el 19 de septiembre de 1885. Casado el 6 de junio de 1913 con su prima hermana María García-Noblejas Quesada. Tuvo cinco hijos: Milagros, Vicente, José Antonio María del Carmen y Juan Ramón
Ingeniero industrial. Coautor del proyecto de suministro de aguas potables y alcantarillado para Manzanares.
Murió el 4 de diciembre de 1936 asesinado en Paracuellos del Jarama.

2.- Francisco Mansilla Mansilla
Hijo de Ramón mansilla Cabrero y Catalina Mansilla Delegido. Nació el 17 de abril de 1875 en El Bonete (Albacete). Abogado, notario, terrateniente e industrial bodeguero. Casado con Alejandra Juan Hernández. Tuvo cuatro hijos: Francisco, Josefa, María y Manuela. Murió en Madrid el 17 de febrero de 1953 y se enterró en Manzanares.

3.- Antonio Díaz-Pinés Díaz-Pinés
Hijo de Antonio Díaz-Pinés Mazarro y Bárbara Díaz-Pinés Camacho. Nació el 21 de enero de 1881. Terrateniente e industrial bodeguero. Casado con Ana María Úbeda Mazarro. Dejó un hijo llamado Antonio. Falleció el 2 de abril de 1956.

4.- Arsenio Martínez-Campos de la Viesca
Hijo de Ramón Martínez-Campos Rivera, teniente coronel de Caballería y María Clotilde de la Viesca Roiz de la Parra. Nació el 11 de mayo de 1889 en Madrid. Militar y político. Marqués de la Viesca. Casado el 27 de febrero de 1919 con María Dolores Rodríguez-Garzón Limón. Tuvo una hija llamada María Pilar. Falleció el 29 de diciembre de 1956.

SENTADOS, DE IZQUIERDA A DERECHA

1.- Manuel Corchado Medrano
Hijo de José María Corchado y Fernanda Soriano (ambos de Almodóvar del Campo). Nació en Almodóvar el 21 de diciembre de 1868. Terrateniente e industrial bodeguero. Casado en Manzanares el 6 de junio de 1896 con Joaquina Soriano Álvarez de la Barreda. Tuvo seis hijos: Antonio, Tomás, Pedro, Manuel, Carmen y Fernanda. Falleció en Madrid el 4 de mayo de 1924.

2.- Pedro Arias Moreno
Hijo de Eusebio Arias Ortiz (natural de Tomelloso) y de Eugenia Moreno Huertas (natural de Socuéllamos). Nació en Socuéllamos el 19 de octubre de 1850.
Abogado, terrateniente, político e industrial bodeguero.
Contrajo matrimonio en Manzanares el 2 de marzo de 1879 con María de los Ángeles Mulleras García. No les sobrevivió ningún hijo. Murió en Socuéllamos el 29 de octubre de 1925.

3.- No identificado

4.- Agatino Chacón-Salinas Castelli
Hijo de Tomás Chacón-Salinas Publícola (marqués de Salinas) y Manuela Castelli Valguarnera (baronesa de Ponte). Nació en Palermo (Sicilia) en 1841. Contrajo matrimonio en Ciudad Real con María de las Mercedes del Forcallo Pintado. Tuvo una hija llamada Manuela. Terrateniente, propietario e industrial. Marqués de Salinas. Falleció el 25 de julio de 1920.

5.- Ángel Cervera Jácome
Hijo del almirante Pascual Cervera Topete. Nació en 1867 y falleció en Puerto Real (Cádiz) el 18 de septiembre de 1953.

6.- No identificado

3.- FAMILIA DEL "CIEGO MULLERAS"
Fechada 1912/1913 y realizada en el patio de la mansión familiar ubicada en calle Durán 2, esquina a calle del Carmen.



EL CIEGO MULLERAS
Se llamaba Antonio Sánchez-Cantalejo García y nació el 6 de octubre de 1856. Fueron sus padres Manuel Sánchez-Cantalejo García de la Calera, nacido en Membrilla, y Lorenza García Díaz-Huete, natural de Tomelloso.
Antonio apenas llegó a conocer a su padre, ya que falleció cuando apenas contaba año y medio. Manuel era uno de los  principales terratenientes de la comarca y murió el 21 de marzo de 1858, con solo 31 años, a consecuencia de la complicación de una pierna fracturada en un accidente. 
Cuando el tiempo permitió superar el dolor de la pérdida, la madre decidió contraer nuevo matrimonio. Y vino a casarse con su cuñado, José Mulleras López, el 24 de diciembre de 1863. José tenía una magnífica posición social y económica, ya que era uno de los principales comerciantes de la villa y propietario de numerosos inmuebles, pero el 2 de enero de 1856 había quedado viudo al fallecer su esposa, Polonia García Díaz-Huete, afectada por una tisis galopante. Como consecuencia del nuevo enlace, el tío Mulleras se convirtió  en padrastro para Antonio y Francisca, su única hermana.
La vida sonreía al joven Antonio e inició la carrera de Derecho en la Universidad Central de Madrid. Lamentablemente un glaucoma hizo que perdiera la vista de forma fulminante, truncando sus estudios y alterando las expectativas de futuro. Era novio por entonces con Antonia García-Noblejas González-Elipe, una distinguida señorita perteneciente a otra destacada estirpe manzanareña. La familia de Antonia intentó disuadirla  de contraer matrimonio con un invidente, pero el amor pudo más que cualquier otra consideración y se casaron el 3 de mayo de 1884 llegando a engendrar trece hijos de los que les sobrevivieron diez.
El vasto patrimonio heredado de su padre permitió a la numerosa familia vivir desahogadamente, no en vano el año 1908  figuraba como el undécimo mayor contribuyente de la localidad. 
Las limitaciones causadas por la falta de visión no impidieron a Antonio desarrollar un fecundo mundo interior dedicado a la reflexión, la música y la poesía. El conocido como "Ciego Mulleras" falleció el 20 de enero de 1919 a los 69 años de edad. 

HIJOS POR ORDEN DE NACIMIENTO

1.- María Asunción. Nacida el 14 de octubre de 1887 (AP L-53 F-378). Casada con José Valero Dorado el 14 de septiembre de 1919. Falleció el 3 de septiembre de 1981.

2.- Manuel. Nacido el 15 de septiembre de 1889 (AP L-54 F-228). Casado con María Lillo León Azorí el 26 de septiembre de 1914. Falleció el 31 de enero de 1964.

3-4.- Mellizos Antonio y Salvador. Nacieron el 14 de noviembre de 1890 (AP L-54 F-381). Salvador murió el 14 de julio de 1891 a los siete meses de su alumbramiento. En la foto sólo aparece Antonio.

5.- María Dolores. Nació el 26 de mayo de 1892 (AP L-55 F-225). Falleció el 6 de agosto de 1927.

6.- Joaquín. Nació el 16 de septiembre de 1893 (AP L-56 F-30). Contrajo matrimonio con Juana López-Peláez Martínez el 9 de febrero de 1918. falleció en marzo de 1970.

7.- Agueda. Nació el 18 de octubre de 1895 y murió al poco tiempo. No aparece en la fotografía.

8.- Salvador. Nació el 3 de octubre de 1897.

9.- Antonia. Nació el 14 de agosto de 1899. Murió al poco tiempo. No aparece en la fotografía.

10.- Tomás. nació el 22 de mayo de 1901. Contrajo matrimonio con María Asunción Martín Vicente el 27 de diciembre de 1930. Falleció el 1 de abril de 1995.

11.- Ángel. Nació el 18 de septiembre de 1902 (AP L-60 F-37). Contrajo matrimonio con Dolores Rubio-Manzanares Nuño el 12 de septiembre de 1933. Falleció el 29 de noviembre de 1986.

12.- María Jesús. Nació el 9 de febrero de 1905 (AP L-60 F-282). Falleció el 24 de agosto de 1988.

13.- Rosalía. Nació el 23 de abril de 1909. Casada con Ángel Fernández-Pacheco Fernández-Pacheco. Falleció el 13 de marzo de 1961.

Mansión de los Sánchez-Cantalejo García-Noblejas
Mansión de los Sánchez-Cantalejo García-Noblejas




29 de agosto de 2024

CONFERENCIA "LA OTRA MIRADA"

REFLEXIONES SOBRE EL ENCUENTRO DEL PÁRROCO PEDRO ÁLVAREZ DE SOTOMAYOR RUBIO CON UN GENERAL FRANCÉS

Antonio Bermúdez García-Moreno

AGRADECIMIENTO
Muy buenos días. En primer lugar, deseo agradecer a los organizadores de Tertulia XV su amable invitación para intervenir en este foro donde han participado personas de gran relevancia en sus respectivos campos profesionales. Yo, que he trabajado en el campo de la enseñanza de la Química, voy a tratar hoy un tema muy alejado de mi especialidad, pero sobre el que he reflexionado bastante y escrito algunos artículos.

PRESENTACIÓN DEL TEMA
Hoy vamos a analizar una leyenda, un mito que ha llegado a nosotros a través de un procedimiento tan poco fiable como es la transmisión oral a través de varias generaciones. Ese relato, seguramente conocido por todos ustedes, apunta que, durante la llamada guerra de Independencia, el párroco de Manzanares, Pedro Álvarez de Sotomayor Rubio, enterado de que un general francés de alto rango pasaría por el camino Real de Andalucía, y pensando que ordenaría masacrar a los vecinos de la villa por el asalto al hospital francés ocurrido el 6 de junio de 1808, decidió salir al paso de la comitiva militar al frente de un grupo de fieles que transportaban la imagen del Cristo Arrodillado del Perdón. Pretendía con aquel gesto implorar al general el perdón para sus feligreses, ofreciendo incluso su vida para evitarles cualquier daño. El general, conmovido por las súplicas del sacerdote, concedió a la villa el perdón que solicitaba y, como muestra de buena voluntad, entregó su fajín a la imagen.
Aquel encuentro del párroco con el general francés ha sido considerado como un hecho absolutamente trascendente para nuestro pueblo. Incluso hay quien le ha atribuído un carácter milagroso por la mediación que pudiera haber tenido la imagen en el pretendido perdón. Algunos historiadores han entendido que de ese acontecimiento deriva el título de Patrón de Manzanares que representa la actual talla de Jesús del Perdón, como sucesora de aquella otra, protagonista de los hechos, destruida durante el proceso revolucionario de 1936.

EXPLICACIÓN
Ante la total ausencia de documentación contemporánea sobre el famoso encuentro, intentaré explicar los antecedentes y el marco en el que se produjeron los citados hechos, exponiendo mis conclusiones personales, derivadas de un ejercicio de racionalidad que pretende un acercamiento a la verdad desde la lógica de las cosas, apartando toda influencia dogmática o interés espúrio.

HECHOS HISTÓRICOS
Es conocido que, por decisión expresa de Napoleón, entre los días 23 y 27 de mayo de 1808 la 1ª División del Cuerpo de Ejército de Observación de la Gironda, formado por casi 30.000 hombres y mandado por el general Pierre Dupont, partió de Toledo y Aranjuez con dirección a Cádiz con órdenes precisas de proteger a la flota del almirante Rossilly asediada por los ingleses. Las tropas de vanguardia, concretamente la Brigada de Dragones del general Ythier-Sailvaine Privé, aparecieron en Manzanares en la tarde del jueves 26. Durante varias jornadas siguieron llegando a la villa diferentes unidades que, tras descansar brevemente, reanudaban la marcha despertando la lógica expectación del vecindario.
El general en jefe se unió a la vanguardia y permaneció en la villa de Manzanares los días 27 y 28, decidiendo en ese momento establecer un hospital para atender a sus enfermos y lesionados. Para ello eligió como mejor ubicación las dependencias del hoy desaparecido convento de Carmelitas, que existió al final de la calle del Carmen, a la que dio nombre. El mismo general refiere estos hechos en el despacho enviado al mariscal Murat en la mañana del 28 de ese mismo mes. En él escribe: (1)
He hecho establecer un hospital en Manzanares. Dejaremos allí un centenar de hombres heridos o ligeramente enfermos.
Aunque no dice más, es lógico suponer que junto a los enfermos quedaría algún personal sanitario y auxiliar, más la guardia correspondiente. Recordemos que esa tropa no había entrado aún en combate, por lo que la mayoría de los soldados sufrían enfermedades comunes, escoceduras o rozaduras leves, a consecuencia de las largas marchas a pie, y numerosas afecciones gastrointestinales debidas al consumo de aguas insalubres.
El número de hospitalizados se duplicó en los días siguientes como demuestra el documento enviado por la Junta Local de Gobierno a la Junta Superior de Armamento, fechado el 23 de septiembre de 1808 y redactado por el propio Álvarez de Sotomayor. En uno de sus párrafos afirma: (2)
Todas las tropas hicieron descanso y algunas divisiones como de mil hombres estuvieron acantonadas, y el general en jefe estableció un hospital general el 28 del mismo, quedando al principio 200 enfermos…

Colegio de Religiosas Concepcionistas de Santo Domingo, edificado en 1906 sobre el solar que ocupara el Convento de Carmelitas Descalzos desde 1587 hasta 1809.

Pasada aquella primera oleada de franceses, el día 5 de junio llegaron a Manzanares nuevas tropas de refuerzo que debían unirse a las de Dupont. Se trataba de unos 500 hombres a caballo, mandados por el general de brigada Louis Liger-Belair, quienes pernoctaron esa noche en la villa.
Al día siguiente, dicha unidad continuó su camino hacia Andalucía, pero no lograron pasar de Valdepeñas ante la decidida resistencia ofrecida por sus habitantes. Durante todo el día 6 de junio tuvieron lugar en la vecina villa intensos combates que causaron decenas de muertos y heridos en los dos bandos. Los valdepeñeros enviaron emisarios a varios pueblos de la comarca solicitando ayuda desesperadamente. Que sepamos ninguno la envió. Al menos los manzanareños lo intentaron. Para combatir a los invasores se precisaban armas y alguien pensó que en el hospital francés se podía conseguir un centenar de fusiles.
Un numeroso grupo de personas marchó desde la plaza pública hacia el convento, instigados por algunos religiosos carmelitas indignados por haber ocupado los franceses parte de su casa. Entre aquella marea humana abundaban los jornaleros forasteros que se encontraban en la plaza esperando a ser contratados para las faenas de siega y recolección de la cosecha de cereales.
Al observar el avance de aquel numeroso grupo de paisanos en actitud agresiva, los miembros de la guardia parece que efectuaron algunos disparos disuasorios al aire y cerraron las puertas del recinto. La multitud enfervorizada las abrió a hachazos y arrolló cuanto se le puso por delante. Ante semejante avalancha los soldados quedaron paralizados y, pensando que las gentes se limitarían a robar sus armas y equipos, no opusieron mayor resistencia. Lo prueba el hecho de que no hubiera ninguna muerte violenta entre los civiles. Sin embargo, un grupo de exaltados no se contentó con tomar el armamento y la munición; en aquellos momentos de excitación arremetió violentamente contra guardias y enfermos asesinando despiadadamente a muchos de ellos. El número de víctimas nunca se ha podido determinar con exactitud.
En la parroquia de Santa María del Prado de Ciudad Real (parroquia de La Merced) se conserva un manuscrito redactado al finalizar la guerra por cinco destacados personajes de la villa a petición del Alcalde Mayor, con intención de colaborar en la edición de una historia de la provincia. Sus páginas recogen aquel desgraciado suceso del modo siguiente: (3)
En el primer impulso, y tratando de armarse con más ventaja, van todos al hospital militar, y no creyendo pudiese la guardia tener la osadía de resistirlos se presentan desarmados, les intiman entreguen sus fusiles y los de los enfermos, pero imprudente la guardia dispara sobre el paisanaje y algunos enfermos, desde las ventanas, tratan de ofender y sostenerse; entonces faltó la tolerancia y rompiendo por todo estorbo y sin temor de balas ni bayonetas, unos paisanos desarmados y ofendidos atropellan cuanto encuentran y se verificó una escena de sangre muy difícil de explicar, muriendo en la confusión algunos infelices que por la enfermedad estaban incapaces de pelear y de huir. No fue posible al pronto evitar estas desgracias, pero al segundo momento dando lugar la ira a la compasión fueron puestos en seguro los demás y asistidos y curados con humanidad.
Es evidente que los autores disimulan la gravedad de los hechos y tratan de justificar a sus convecinos que no iban desarmados, sino armados con hachas, horcas, hoces y navajas. Interesadamente califican la conducta de los militares franceses como imprudente, olvidando las ordenanzas que obligan a un soldado en servicio de guardia, y trata de minimizar las salvajadas cometidas durante el asalto al hospital que ciertamente suponían un desdoro para la villa. Si hemos de creer el manuscrito, únicamente la intervención de otros religiosos del convento consiguió detener la matanza con imperiosas exhortaciones y súplicas, protegiendo a otros soldados enfermos o heridos de la furia popular.
Sin pretender exonerar de culpa a los manzanareños, alguno de los cuales escandalizó con el frío relato de sus asesinatos a don Antonio Alcalá Galiano cuando se hospedó en una de las posadas de la localidad, es razonable pensar que los principales protagonistas de la masacre fueran los segadores forasteros, pues, al no tener propiedades ni familia en la villa, no sintieron la necesidad de refrenar sus instintos, ni tuvieron la menor preocupación por las consecuencias que pudieran derivarse de hechos tan graves.
La saña con que se llevaron a cabo aquellos crímenes espantó a la mayor parte de los vecinos de Manzanares. Fuertemente impresionados por el alcance insospechado que tomaron los acontecimientos, la mayoría de los que fueron al convento regresaron acongojados a sus casas. De esta forma, el propósito inicial de acudir en ayuda de Valdepeñas se truncó definitivamente. Aquellas gentes ni estaban organizadas, ni sabrían manejar un fusil, ni contaban con suficientes medios de transporte para acudir en auxilio de los valdepeñeros con la rapidez que las circunstancias exigían. En cualquier caso hubieran tenido que dar un gran rodeo, dado que el camino real estaba controlado por el enemigo.
A raíz del asalto al hospital, asesinato de heridos y robo del armamento, los notables del lugar, autoridades y personas conscientes, quedaron completamente horrorizados y convencidos de que, antes o después, sobrevendrían durísimas represalias contra la población.
Las primeras fuerzas francesas que llegaron a Manzanares tras el cruel asalto al hospital estaban formadas por un pequeño destacamento de sólo sesenta dragones, mandado por el general Claude Roize. Las autoridades, absolutamente angustiadas, se apresuraron a salir a su encuentro para explicarle los hechos, disculpar a los vecinos e invitarle a entrar en la villa, que aseguraron había recuperado la tranquilidad tras la huída de los revoltosos. Entre ellos estaban el alcalde mayor, José Miret Sádaba, acompañado seguramente por Sotomayor en calidad de vocal de la Junta de Gobierno. También salió el conde de Casa Valiente, teniente coronel de Caballería retirado, acompañado del capitán de Estado Mayor Chamerian, que había llegado a Manzanares el mismo día 6 portando importantes documentos y fue protegido por el conde de una posible agresión escondiéndolo en su propia casa.
Roize, que no llevaba planificada ninguna acción agresiva, ni tenía fuerza para ejecutarla, sabiendo que la insurrección se estaba extendiendo por toda la comarca se vio en la necesidad de prometer que nada sucedería a los vecinos si conservaban la calma y no provocaban a sus tropas. Aún así, su situación era tan precaria e insegura que estuvo a punto de retroceder hacia Villarta de San Juan.
El día 7 por la tarde, cuando ya estaba preparada la tropa para salir de Manzanares, fue advertido de la llegada por la carretera de Andalucía de las fuerzas de Liger-Belair, maltrechas y agotadas tras la prolongada jornada de combates en Valdepeñas, habiendo gastado toda la munición de que disponían y con numerosos heridos a los que atender.
En ese momento, con menos de 500 hombres útiles y disponiendo casi exclusivamente de armas blancas, los franceses no estaban en las mejores condiciones de tomar venganza por el asalto al hospital. Por otra parte, las explicaciones de las autoridades, notables y clero, transmitidas por el general Roize, unidas a los informes de los supervivientes, debieron resultar a Liger-Belair suficientemente convincentes para no adoptar represalia alguna durante la semana que permaneció en la villa. La prudencia aconsejó reiterar el compromiso de respetar al vecindario si no había nuevas agresiones contra sus hombres. Evidentemente no todo el mundo se fió de la palabra de los generales enemigos. Convencidos de que el castigo era inevitable, muchos vecinos abandonaron sus casas, refugiándose en quinterías y pueblos cercanos.
De todos estos sucesos tenemos referencias puntuales de los propios invasores. Así, en el despacho del general Claude Roize al general Belliard, Jefe del Estado Mayor en Madrid, redactado precipitadamente el mismo 7 de junio, indica: (4)
Al llegar a Manzanares supe que la revuelta de aquí había sido provocada por un individuo llegado a caballo desde el pueblo de Valdepeñas que había llegado sobre las 11 de la mañana gritando que los franceses degollaban en todas partes a los españoles; que los habitantes más exaltados y principalmente los de los alrededores, en número de 2.000 habían llegado al hospital, habían forzado las puertas, habían cogido todas las armas y las municiones de los enfermos, a una parte de los cuales habían herido y habían matado a una docena; que los padres llegaron para acabar con esta masacre, que ellos lograron pararla y dieron, tanto como pudieron, socorro a nuestros enfermos, que dieron a parte de ellos refugio en su convento. Estos últimos detalles me han sido confirmados por los mismos enfermos, quienes aseguran de común acuerdo que, sin las exhortaciones de los eclesiásticos a los revoltosos, ninguno de ellos hubiera podido salvarse.

General de Brigada Louis Michel Liger- Belair
Oleo atribuido a J.L. Bernuy

Por su parte, el joven teniente Maurice Marie de Tascher, primo de la emperatriz Josefina, que formaba parte de las fuerzas de Liger-Belair, escribía esa misma noche en su diario de campaña tras regresar de Valdepeñas: (5)
En Manzanares, los furiosos de dos ciudades vecinas, junto a algunos canallas de los alrededores, se han precipitado sobre el hospital, han degollado o mutilado a todos los enfermos, y se han apoderado de 200 fusiles franceses. El oficial de infantería que mandaba el hospital ha sido descuartizado y echado en una caldera. Mi pluma rehúsa escribir otros horrores. El hospital nada en sangre.
Aquí hemos de destacar la discrepancia de las propias fuentes francesas sobre el número de asesinados en el hospital; unas, refiriéndose a una docena, otras asegurando que las víctimas fueron mucho más numerosas. Por el momento es una incógnita que no estamos en condiciones de despejar.
En cuanto a fuentes españolas, aparte del citado Manuscrito de la Merced, contamos con el testimonio indirecto de uno de los individuos que participaron en la matanza. Éste trabajaba en la posada donde se hospedó don Antonio Alcalá Galiano mientras viajaba desde la Corte a Córdoba, a quien relató sus supuestas heroicidades. En sus memorias, el destacado escritor y político liberal cuenta el incidente con las siguientes palabras: (6)
Habíamos llegado a Manzanares donde teníamos que hacer noche. Recién establecidos en nuestro cuarto en la posada, se entró en él un criado de la misma, mocetón alto y fornido, y no de la mejor traza...Callados nosotros, él rompió el silencio diciéndonos: Aquí tienen ustedes el hombra que ha muerto más franceses en la Mancha. Enseguida comenzó a referirnos con jactancia hechos de bárbara y repugnante atrocidad, ponderando, sin duda, los que él había cometido, por juzgar, en su rudeza, los sucesos de sanguinaria crueldad pruebas de heroismo y amor a su patria. Como fuese cierto que, en el mismo Manzanares, hubiesen caído los habitantes sobre un depósito de enfermos de los franceses, dejado allí sin la suficiente custodia, y pasándolos todos a cuchillo, el mozo se jactaba de haber tenido parte principal en esta hazana y que uno de los pobres enfermos le pedía agua de tisana y que él le había respondido quitándole la vida con tormentos atroces. No llegaba nuestro patriotismo, aunque grande, a aprobar actos tan bárbaros, ni aun siquiera a oirlos con serenidad, como hacían en aquella época muchos, a quienes el odio endurecía el alma y ofuscaba el entendimiento.
En cualquier caso, la muerte horrenda que se dio a los enfermos del hospital, donde se llegó a extremos inenarrables, llevó al vecindario a la firme convicción de que, antes o después, los franceses vengarían cumplidamente aquella barbarie. Se extendió así entre la población un complejo de culpabilidad colectiva y la convicción de que tendrían que purgar sus culpas con grandes sufrimientos y con abundante sangre.
En aquellos azarosos días el terror embargaba a nuestros antepasados. El mismo oficial Maurice de Tascher apuntaba en su diario dos días más tarde el estado de ánimo de los naturales de la villa con las siguientes palabras: (7)
Los habitantes de Manzanares padecen ansias mortales, creyendo que nosotros sólo esperamos refuerzos para incendiar la ciudad.
Sin atreverse a proseguir el camino, y no sintiéndose demasiado seguros en Manzanares, los generales Liger Belair y Roize se replegaron el día 14 de junio hacia Madridejos, donde se unieron a la 2ª División del Cuerpo de Ejército de Observación de la Gironda que marchaba hacia el sur como refuerzo de Dupont.
El 22 de junio de 1808 la división mandada por el general Dominique-Honeré Vedel, con fuerzas numerosas, bien armadas y municionadas, avistó Manzanares. Fue entonces cuando verdaderamente la villa corrió peligro cierto de ser reducida a cenizas y castigados ejemplarmente sus habitantes. De sus malas intenciones nos informan las “Memorias de un Recluta de 1808” escritas por el furriel Louis Francois Gille que marchaba con esas tropas. El 23 de junio escribía: (8)
Antes de llegar a Manzanares nos encontramos un pequeño destacamento de tropas francesas, por el que supimos la triste noticia de que los enfermos que el general Dupont había dejado en esta ciudad habían sido masacrados. Hubo entonces un solo grito en todas las bocas. ¡Venganza! ¡venganza!, se repetía en todas partes. Este sentimiento animaba todos los corazones; incluso el general parecía compartirlo. Al fin divisamos la ciudad que había sido el teatro de un atentado tan horrible; los jefes apenas si podían contener el furor de los soldados. Un enviado se presentó y anunció al general que las autoridades estaban en camino para presentar las llaves de la ciudad: esta diputación no tardó en aparecer; estaba compuesta por el alcalde mayor, los alcaldes ordinarios, sus adjuntos, varios curas y algunos notables del lugar. Éstos suplicaron al general que les oyese y le aseguraron que los habitantes no habían participado en el crimen que había sido cometido, que sólo dos bandas formadas por campesinos y por monjes que los guiaban, habían sido los autores y que, pese a sus esfuerzos, no habían podido evitar que estos bandidos consumasen su fechoría; ellos ofrecieron todas las satisfacciones que se podían exigir. El general escuchó su proposición y les aseguró que la ciudad no sufriría ningún daño. Entramos y, para evitar conflictos entre los habitantes y los soldados, éstos últimos fueron obligados a permanecer en sus alojamientos.
Como indica este interesante documento, de nuevo las autoridades locales salieron al encuentro de aquella potente división, tratando de frenar con todo tipo de argumentos, explicaciones y súplicas, las ansias de revancha que albergaban los franceses. Poco hubieran logrado en aquella ocasión de no ser por la intervención del general Liger-Belair, quien hizo valer su compromiso con los vecinos de Manzanares ante un general de grado superior, consiguiendo persuadir a Vedel de la inocencia de la mayoría de los manzanareños. Con su actitud de caballero, haciendo honor a su palabra, logró aplacar los vehementes impulsos de sus camaradas, consiguiendo a duras penas que la razón imperase frente a la barbarie.
A pesar de la comprensión del general en jefe, la tropa, y especialmente el impetuoso general de brigada Pierre Poinsot, siguieron dispuestos a dar un escarmiento ejemplar a Manzanares, pero se dieron órdenes terminantes para evitarlo. En cualquier caso, la tensión del momento era terrible y buena parte de los vecinos, temiendo la venganza, abandonaron sus hogares refugiándose en los campos y villas cercanas. La tropa quedó acuartelada para evitar actos incontrolados, si bien tales medidas no pudieron impedir que se produjeran algunos saqueos, amenazas y atropellos de menor importancia.
En esa misma memoria se mantiene que algunos monjes, y en Manzanares no había otros que los Carmelitas, animaron a los paisanos a asaltar su propio convento, conocedores del armamento y munición que allí podían encontrar. Se deduce que la actuación de los Carmelitas no fue en absoluto homogénea, pues mientras unos incitaban a la plebe para asaltar su convento ocupado, otros procuraron detener la masacre que sobrevino a continuación.
La visión que los franceses de la división Vedel encontraron en el hospital fue espantosa. En las memorias del furriel Gille se escribe: (9)
Por encontrarse enfermo mi sargento mayor, nos vimos obligados a dejarlo en el hospital que se estableció de nuevo y que se encomendó a la responsabilidad de las autoridades. Yo le acompañé a ese lugar tan funesto: las puertas, rotas a hachazos, no habían sido todavía reparadas; las camas, los muros estaban aún manchados de sangre de nuestros desgraciados camaradas. Bajé a los patios y al huerto: allí me sobrecogió el espectáculo más espantoso que jamás había visto. Unos cincuenta cadáveres, que todavía no se habían podido enterrar, nos permitieron juzgar la barbarie de estos cobardes asesinos.
Otros detalles sobre el particular fueron recogidos en el diario del oficial de Cazadores Maurice de Tascher, quien, con la mayor imparcialidad, escribía el 22 de junio. (10)
Los soldados de la Guardia de París, así como los soldados de la 5ª Legión, habiendo encontrado alrededor del hospital los cadáveres de los franceses degollados el día 6, no han podido contener su rabia, excitada más por la sed de pillaje que por compasión hacia sus compañeros de armas. Piden a gritos el saqueo de la ciudad. Los curas y varios de los principales habitantes, que con su entrega heroica habían salvado a varios franceses en peligro de muerte, han sido insultados y han estado a punto de ser víctimas de estos locos.
La coincidencia de las informaciones suministradas por diferentes testigos oculares de distinto rango y unidad militar, sobre la presencia de restos humanos insepultos al llegar la división de Vedel a Manzanares, no nos permite dudar de su credibilidad; si bien no deja de sorprender que pasados dieciséis días del asalto, siete bajo control de los franceses, no se hubiera procedido todavía a su enterramiento. ¿Cómo es posible que en plena canícula de junio, ni las autoridades francesas ni las españolas hubieran ordenado inhumar los cadáveres de aquellos desventurados, si no por razones humanitarias, por las sanitarias? Confieso que sobre este punto no he conseguido encontrar explicación alguna que lo justifique.
Por fin, en la madrugada del día 24 de junio reanudaron la marcha hacia el sur las últimas unidades de Vedel. Con su marcha se relajó la tensión; el mayor peligro había pasado.
En lo sucesivo, otros muchos contingentes de tropas francesas transitarían u ocuparían la villa, entre ellos la división mandada por el general Jacques Nicolás Gobert, que llegó el 8 de julio siguiendo el mismo itinerario que las anteriores. Pero, a medida que transcurría el tiempo, se fueron difuminando las ansias de venganza por parte de los franceses. Los sucesos de Manzanares quedaron diluidos en el mar de tragedias ocurridas en otros muchos puntos de la geografía española. Por otra parte, la derrota de las fuerzas de Dupont en la batalla de Bailén, determinó que todos los soldados y muchos mandos con conocimiento directo de los sucesos de Manzanares o bien murieron en combate, o fueron hechos prisioneros, conducidos a Cádiz y posteriormente abandonados a su suerte en la isla de Cabrera, donde pereció la mayoría de ellos. Por el contrario, el vecindario de Manzanares, preso de un fuerte complejo de culpabilidad, siguió esperando y temiendo la venganza de los invasores por los crímenes del hospital.
A finales de 1808 los franceses se habían recuperado del golpe de Bailén. Con la presencia de un poderoso ejército, mandado por el propio Napoleón, volvieron a ocupar la capital de España. A los pocos meses se ordenó al 4º Cuerpo de Ejército, mandado por el general de división Horace François-Bastien Sebastiani de la Porta, ocupar toda La Mancha.
En sólo seis días, los franceses consiguieron llegar desde Toledo a Sierra Morena, tras vencer al ejército español del Conde de Cartaojal en la batalla de Ciudad Real, librada durante los días 26 y 27 de marzo de 1809. Los restos de tropas españolas cruzaron apresuradamente Despeñaperros, o huyeron hacia Levante, y la villa de Manzanares fue ocupada de nuevo el día 29 por tropas del Primer Regimiento de Cazadores, mandado por el coronel Régis Barthélemy Mouton-Duvernet. (11)

Coronel Régis Barthélemy Mouton-Duvernet

El mismo día del inicio de la batalla de Ciudad Real desertó de su puesto el alcalde mayor de Manzanares, recién nombrado tras el linchamiento en oscuras circunstancias de don Juan Joseph Miret Sádaba. Se trataba del abogado conquense don Vicente Fernández Castillo, quien, presa del pánico, abandonó a toda prisa la villa sin más explicaciones. En momentos tan críticos la Junta Local de Gobierno quedó descabezada, recayendo sobre el párroco, como primer vocal, la responsabilidad de representar y proteger al vecindario. (12)
Alcanzados todos sus objetivos militares y ocupados los principales pueblos manchegos, el general en jefe regresaba desde Valdepeñas a su cuartel general de Daimiel el día 31 de marzo, festividad del Viernes Santo. Al saber don Pedro Álvarez de Sotomayor que el general en jefe pasaría por Manzanares, supuso que ahora sí tomaría cumplida venganza por el asalto al hospital y por la resistencia ofrecida a las tropas enemigas en diciembre del año anterior. Fue entonces cuando decidió salir a su encuentro. Una de las versiones recogidas por tradición oral afirma que lo hizo acompañado de un grupo de fieles que portaban la imagen del Cristo Arrodillado del Perdón con el propósito de pedir clemencia para los vecinos, ofreciendo a cambio su vida si era necesario.

Boceto de lo que pudo haber sido un gran óleo sobre el famoso “encuentro” que el pintor manzanareño Alfonso Lozano Valle presentó en 1990 con motivo del 300 aniversario de la fundación de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Perdón. Lamentablemente la Junta de Gobierno rechazó el precio de medio millón de pesetas que pedía el artista.

La afirmación de que Sebastiani traía la idea premeditada de pasar a cuchillo a la población de Manzanares, como se ha venido contando, es absolutamente descabellada. Carece de todo fundamento y no tiene la menor consistencia. Si realmente el general francés hubiera tenido tal intención hubiera resultado absurdo anunciarlo, ya que habría provocado la huída general del vecindario. Además, la villa llevaba ya dos días bajo control enemigo y no había ocurrido ninguna muerte violenta. ¿De dónde sacó entonces Sotomayor tal convicción?. Personalmente pienso que aquella exagerada percepción de peligro se debió, una vez más, al complejo de culpabilidad arrastrado colectivamente por todo el vecindario desde el brutal asalto al hospital. Sotomayor, abrumado por la doble responsabilidad de ser en aquel momento la máxima autoridad civil y religiosa, decidió salir al paso del general francés tratando de evitar cualquier daño a sus feligreses.
Aquel breve y sorpresivo encuentro, fue para Sebastiani una pequeña anécdota de campaña, no recogida en ningún escrito ni memoria. Tras su rotunda victoria militar tuvo entonces la oportunidad de mostrarse benévolo, buscando ante todo el apaciguamiento de la zona ocupada. Posiblemente quedara conmovido por las súplicas de don Pedro y el terror que atenazaba a sus acompañantes. Así pues, actuando más como político que como general, tranquilizó al párroco, prometió que no habría ninguna represalia sobre la población si ésta se mantenía tranquila y entregó su fajín a la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón como gesto conciliador antes de proseguir su camino. (13)
Haciendo gala de una brillante táctica militar, el general Sebastiani realizó una impecable campaña contra las tropas regulares españolas, pero jamás ordenó operaciones de castigo contra la población civil, ni en El Viso, ni en Almuradiel, ni en Santa Cruz de Mudela, ni en Valdepeñas, ni en Villarta; a pesar de que en todas estas villas, o en sus proximidades, habían tenido lugar mortíferos asaltos a convoyes de heridos, ataques a pequeñas unidades, emboscadas y asesinatos de correos. Pensar que Sebastiani albergaba la idea del exterminio de los manzanareños no fue más que una suposición sin fundamento que, como producto del miedo a la venganza, quedó impregnando el imaginario colectivo de nuestros antepasados. Hay que pensar que buena parte de los varones en edad militar no estaban en la villa; unos se habían incorporado al ejército y otros formaban parte de las guerrillas. En consecuencia, asesinar masivamente a mujeres, niños y ancianos hubiera sido una acción salvaje, inútil y estratégicamente contraproducente.
Tras la rotunda victoria sobre el ejército español, el mayor interés de Sebastiani era ahora seducir a la población civil; atraerla por cualquier medio para que reconociera al rey José como monarca y aceptara la Constitución que Napoleón había preparado para los españoles. Era pues una actitud conciliadora, de mano tendida, como se desprende de la lectura de la carta que envió desde su cuartel general de Daimiel a Melchor Gaspar de Jovellanos, miembro de la Junta Superior de Defensa, unos días después de encontrarse con Sotomayor. El tono de las palabras escritas por el general Sebastiani no concuerda, en absoluto, con la imagen de un fanático capaz de masacrar a la población civil de Manzanares. (14)

Carta del general Sebastiani a Jovellanos, escrita a primeros de abril de 1809.

Descartada la intencionalidad genocida del general Sebastiani, ¿carece de valor el gesto de Sotomayor? En absoluto. Aunque estuviera equivocado en la percepción del peligro; aunque atribuyese al enemigo unas intenciones que no albergaba; a pesar de que otras autoridades y miembros del cabildo no estuvieran de acuerdo con su decisión, el intento de proteger a sus convecinos y feligreses, llegando al extremo de ofrecer su propia vida a cambio de evitarles cualquier daño, supone un acto de amor y generosidad extraordinario.

El mariscal de Francia, Horace-François-Bastien
Sebastiani de la Porta hacia 1810. Con 37 años.

Para desgracia de los manzanareños de aquel tiempo, los hechos posteriores vendrían a eclipsar la grandeza de aquel acto de buena voluntad. En efecto, dos días más tarde las tropas que habían ocupado la villa, sin encontrar resistencia y sin cometer exceso alguno, fueron relevadas. Desde ese momento las promesas de Sebastiani quedaron relegadas al olvido. De ello nos informa detalladamente el Manuscrito de la Merced. (15)
Después de la batalla desgraciada de Ciudad Real, perdida el 27 de marzo 1809, el general Sebastiani, que mandaba el 4º Cuerpo de Ejército francés, acantonó en Manzanares la División Polaca al mando del general Valence, compuesta de los tres regimientos 4º, 7º y 9º, cuyo número ascendía a siete mil hombres y siete piezas de Artillería Holandesa. Su entrada fue el día 2 de abril de 1809, permaneciendo hasta el día 13 de junio, en cuya época sufrió todo género de saqueos, malos tratamientos y ruina de muchos edificios, especialmente el Convento de Carmelitas, cuya fábrica e Iglesia fueron destechados y quitadas todas sus maderas para reforzar el castillo y formación de empalizadas, sujetando a los paisanos, como en otro tiempo Faraón a los israelitas, a toda clase de trabajos con dureza, rigor y malos tratamientos. La cosecha de granos, abundante en el año anterior de 1808, fue conducida con 19 galeras o furgones a las villas de Daimiel, Solana y Membrilla para subsistencia de las otras divisiones francesas, o más bien para venderla. Entre los crueles y sanguinarios ninguno igualó entre los jefes enemigos al Coronel del Regimiento 9º de Polacos, el Príncipe Sokovski que se complacía en atormentar a la Junta con peticiones imposibles y amenazas llenas de terror, prisiones y otros insultos.

Imagen de Jesús con la Cruz a Cuestas, realizada en 1609, que acompañó al párroco Sotomayor en su encuentro con el general francés. Fue destruida en julio de 1936 durante el proceso revolucionario que siguió al golpe de Estado militar.

Tras aquel despótico comportamiento de los franceses, sometiendo al vecindario a todo tipo de amenazas, trabajos forzados, saqueos, destrucción de inmuebles, e incluso el asesinato del comerciante Ramón Merino Valdivieso, ¿por qué siguió la plebe pensando que la intervención de Sotomayor había salvado al pueblo? Según mi modesta opinión, porque el vecindario esperaba recibir un castigo mucho mayor al pesar fuertemente sobre las conciencias el complejo de culpabilidad por los crímenes cometidos en el hospital. Las gentes necesitaban liberarse de aquella abrumadora carga psicológica e interpretaron que el enemigo había perdonado los excesos de los exaltados patriotas gracias a la providencial intervención de Sotomayor y del Cristo Arrodillado que le acompañaba. Convirtieron así un encuentro intrascendente en un acontecimiento crucial para la propia supervivencia de la villa de Manzanares y de sus habitantes.
La decisión de Sotomayor de humillarse y pedir clemencia al general francés no fue compartida por ciertos sectores de la población, en especial por los miembros del cabildo eclesiástico. Así, los cinco personajes, tres sacerdotes, un profesor y un regidor, que redactaron en 1814 las Memorias para la Historia de la Villa de Manzanares, conociendo perfectamente los hechos, silenciaron intencionadamente la iniciativa del párroco al enumerar los principales acontecimientos ocurridos durante la guerra. El gesto del párroco tampoco fue citado en las Historias escritas durante los años siguientes. Nada aparece en la introducción histórica sobre la villa de Manzanares que el presbítero Diego Peñalosa Cantalejo escribiera en 1855 con motivo de la novena dedicada a Jesús del Perdón, ni en la parte referida a nuestro pueblo de la Crónica General de España, escrita por el académico de la Historia Cayetano Rossel en 1865, ni en la Crónica de la Provincia de Ciudad Real de José Hosta, publicada en ese mismo año, ni en el Diccionario Histórico de la provincia de Ciudad Real editado por Inocente Hervás y Buendía en 1899.

Fajín entregado a la imagen de Jesús Arrodillado
del Perdón por el general francés.

Probablemente aquel calculado silencio se debiera a que en el eufórico ambiente de posguerra la actuación del párroco no fuese bien vista. Los victoriosos excombatientes y ciertos sectores del clero vieron en el encuentro con Sebastiani cierta humillación ante el enemigo que convenía olvidar, máxime cuando las buenas palabras de Sebastiani no impidieron los innumerables saqueos, abusos y daños materiales que siguieron a la ocupación francesa de la villa por la siniestra división polaca. El hecho es que la iniciativa de Pedro Álvarez de Sotomayor se ocultó a nivel oficial y sólo permaneció viva en el recuerdo de las personas que le acompañaron, quienes, con el paso del tiempo, refirieron su particular percepción de los hechos a las siguientes generaciones.
Es mucho después de la muerte de don Pedro, ocurrida el 2 de enero de 1822, cuando florece el mito del perdón que salva la vida de los habitantes de la villa, asociando el gesto de Sotomayor con la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús Arrodillado del Perdón, hasta el punto de aclamarlo como Patrón de Manzanares en 1858. (16) Habría que esperar hasta 1870 para que la Corporación Municipal acordara dar el nombre de Sotomayor a una de las calles del pueblo, reconociendo de forma muy tardía el mérito de su intervención ante el general francés en favor de la villa de Manzanares.

Resumiendo mis palabras anteriores, puntualizo:
PRIMERO: Que es justamente al general Louis Michel Liger-Belair, y no a Horace Sebastiani, a quien los manzanareños deberíamos estar profundamente agradecidos, pues, de no ser por él, que mantuvo su palabra de caballero dada a las autoridades locales, la villa de Manzanares y nuestros antepasados hubiesen padecido la furia de la soldadesca, dispuesta a vengar indiscriminadamente a sus compatriotas asesinados cruelmente en el hospital militar. Además, Liger Belair ya había tenido un gesto similar de moderación y prudencia con la villa de Santa Cruz de Mudela donde se asesinó a 113 franceses el 5 de junio de 1808.
SEGUNDO: Que don Pedro Álvarez de Sotomayor merece el reconocimiento público por su magnanimidad al ofrendar su vida en defensa de sus feligreses, al margen de cualquier otra consideración.
TERCERO: Que la advocación del Perdón no deriva del encuentro del párroco con el general francés, pues ya la tenía aquella imagen un siglo antes.
CUARTO: Que el patronazgo de Jesús del Perdón se efectúo por aclamación en 1858, como se desprende del sermón escrito por el Obispo Carrascosa en 1864 conservado en el archivo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Aunque desconocemos realmente el motivo, bien pudo ser como resultado de conmemorarse el cincuentenario del comienzo de la guerra de Independencia, al entender las gentes que la actuación del párroco y la presencia de su adorada imagen les habían salvado de una represalia sangrienta.
QUINTO: Que la imagen de Jesús Nazareno Arrodillado del Perdón ya era objeto de especial veneración mucho antes de la Guerra de Independencia, y no precisa de la atribución de supuestos milagros para seguir siendo esperanza y consuelo de los afligidos; símbolo destacado de la fe que profesa una parte de los hijos de Manzanares.
Al carecer de mejores pruebas, he pretendido realizar un ejercicio de acercamiento a la verdad desde el razonamiento, huyendo de un mito demasiado arraigado en el acervo popular. Aquí quedan estas reflexiones para aquellas personas que atiendan más a la inteligencia que a la creencia; para quienes sean capaces de poner en duda afirmaciones categóricas, sustentadas en la inconsistente tradición oral, sin contar con el mínimo soporte documental, ni lógico, que las justifique.

NOTAS

1.- GARCÍA-NOBLEJAS, José Antonio. Manzanares. Guerra de la Independencia. IEM. En la página 80 reproduce el despacho enviado desde Manzanares el 28 de mayo de 1808 por el general Dupont al gran duque de Berg, conservado en el Archivo de la Guerra de París.
2.- ROMERO FERNÁNDEZ-PACHECO, Juan Ramón. Manzanares y los manzanareños ante la Guerra de la Independencia. Programa de Ferias y Fistas de 2008. Manzanares. Reproduce el documento enviado por la Junta de Gobierno local a la Junta Superior de Armamento, fechado el 23 de septiembre de 1808.
3.- Memorias para la Historia de la Villa de Manzanares, Provincia de La Mancha, hasta el año 1814. Manuscrito número 997 del conocido como Archivo de la Merced que estuvo en la parroquia de Santa María del Prado hasta su traslado al obispado de Ciudad Real. Su elaboración fue solicitada en 1914 por un historiador, hasta ahora desconocido, al entonces alcalde mayor de la villa, Josef Portes Puig, al objeto de escribir una Historia de la Provincia, proyecto que nunca se llegó a completar.
4.- HARO MALPESA, Juan. Guerra de la Independencia. La Mancha 1808. Gráficas Mata. Alcázar de San Juan. En la página 193 reproduce el despacho enviado el 7 de junio de 1808 por el general Roize al general Belliard.
5.- HARO MALPESA, Juan. Guerra de la Independencia. La Mancha 1808. Gráficas Mata. Alcázar de San Juan. En la página 159 reproduce las palabras que el oficial Maurice Charles Marie de Tascher escribió en su diario de campaña el mismo 7 de junio de 1808.
6.- ALCALÁ-GALIANO, Antonio. Memorias editadas por su hijo en 1886. Capítulo XIII.
7.- HARO MALPESA, Juan. Guerra de la Independencia. La Mancha 1808. Gráficas Mata. Alcázar de San Juan. En la página 160 cita las palabras que el oficial Maurice Charles Marie de Tascher escribió en su diario el 9 de junio de 1808 referentes al estado de ánimo de los vecinos de la villa de Manzanares.
8.- HARO MALPESA, Juan. Guerra de la Independencia. La Mancha 1808. Gráficas Mata. Alcázar de San Juan. En la página 180 reproduce las palabras que el cabo furriel Louis Francois Gille escribió en sus Mémories d´un Conscrit de 1808.
9.- HARO MALPESA, Juan. Guerra de la Independencia. La Mancha 1808. Gráficas Mata. Alcázar de San Juan. En la página 181 reproduce las palabras que el cabo furriel Louis Francois Gille escribió en sus Mémories d´un Conscrit de 1808.
10.- HARO MALPESA, Juan. Guerra de la Independencia. La Mancha 1808. Gráficas Mata. Alcázar de San Juan. En la página 164 cita las palabras que el oficial Maurice Charles Marie de Tascher escribió en su diario el 22 de junio de 1808 referentes al deseo de la soldadesca y varios generales franceses de dar un escarmiento a la villa de Manzanares.
11.- Anotación marginal en la partida de defunción de María Gómez-Pardo. Libro de Dedunciones número 11 del archivo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Manzanares.
12.- DÍAZ-PINTADO, Juan. La Junta de Gogierno de Manzanares (junio 1808-abril 1809). Programa de Ferias y Fiestas de 2004. Página 29. Manzanares.
13.El fajín entregado por Sebastiano esya conformado por una pieza de seda natural lisa, color verde hoja claro, de 3,35 metros de longitud por 0,72 de anchura. Se encuentra plegado a lo ancho en cuatro dobleces y rematado en sus extremos con flecos de siete centímetros de largo, mezcla de seda e hilos de plata.
14.- CEAN BERMÚDEZ, Juan Agustín. Memorias para la vida del Excmo. Sr. D. Gaspar Melchor de Jovellanos y noticias analíticas de sus obras. Madrid 1814.
15.- Memorias para la Historia de la Villa de Manzanares, Provincia de La Mancha, hasta el año 1814. Manuscrito número 997 del conocido como Archivo de la Merced.
16.- BERMÚDEZ GARCÍA-MORENO, Antonio. El Patronazgo de Nuestro Padre Jesús del Perdón. Programa de Fiestas Patronales de 1999. Haciendo referencia al sermón a San Vicente de Paúl, escrito por Pedro José Sánchez-Carrascosa Carrión el 24 de julio de 1864, conservado en el archivo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.

FOTOS DEL ACTO CELEBRADO EL 2-IV-2014 EN EL SALÓN NOBLE DE LA BODEGA VINÍCOLA DE CASTILLA