ARTÍCULOS HISTÓRICOS

8 de mayo de 2012

D. ALFONSO GÓMEZ-BARBÉ INAREJOS

Una vida consagrada a la milicia

Publicado el año 2003

A las diez y media de la mañana del 4 de abril de 1858 nacía en la villa de Manzanares un niño al que se puso por nombre Alfonso Isidoro. Dos días más tarde quedaba inscrito en el registro del Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción como hijo natural de Isabel Inarejos Mancebo, de 24 años de edad, procedente de Villanueva de los Infantes y domiciliada en la calle Toledo. (1)
Nada sabemos sobre la infancia de Al­fonso salvo que, a los tres años, el pa­dre, Manuel Gómez-Barbe Díaz-Pinés, de 57 años, viudo de María de la Concepción Sánchez-Migallón, agobiado por los re­mordimientos y encontrándose in artí­culo mortis a causa de una enfermedad asmática, decidió regularizar la situación de su joven amante. El 19 de abril de 1861, dos días antes de morir, contraía matrimonio con Isabel, legitimando así el fruto de sus dilatadas relaciones ex­tramatrimoniales. (2)  En el testamento, otorgado ante el escribano José Án­gel García en diciembre de 1858, a los pocos meses de nacer Alfonso, ya se de­claraba a éste heredero de todos sus bie­nes (3).
La adolescencia del muchacho de­bió transcurrir bajo los cuidados y atenciones de su madre y abuelos hasta que al cumplir los 18 años se incorporó a la Academia de Infantería de Toledo. En ella recibiría la formación militar básica ter­minando los estudios en 1881 con el grado de alférez.
Su primer destino fue el Batallón Cazadores de Figueras n°6, pasando luego al Batallón Cazadores de Barcelona n°3. Durante su estancia en Cataluña se dedicó a servicios de guar­nición y vigilancia con motivo de haber­se declarado en 1882 el estado de guerra ante la reactivación de algunas partidas carlistas.
En los meses de marzo y abril de 1884 participó, bajo las órdenes del co­ronel Julio Camprubí, en las opera­ciones efectuadas para capturar a un gru­po de militares pro republicanos que de­sertaron en Santa Coloma de Farners. El gobierno de Cánovas se mostró tan ge­neroso con los perseguidores como cruel con los sublevados. Así pues, en reconocimiento a los méritos contraídos durante la acción, nuestro paisano fue ascendido a tenien­te (4).
El amor sorprendió al apuesto ofi­cial en Barcelona, donde, el año 1885, se casó con Eugenia Laura López-Esco­bar, unión de la que no llegaría a tener descendencia.
Apenas llevaba año y medio de ma­trimonio cuando, por Real Orden de 25 de octubre de 1886, era destinado a Fi­lipinas. El 1 de diciembre de 1886 embarcaba en la ciudad condal rumbo a las islas y desembarcaba en Manila el 6 de enero del año siguiente. Una vez allí se incorporó al Regimiento de Artillería de la ciudad, pero al poco tiempo se vio afectado por una serie de enfermedades tropicales que le mantuvieron postrado e inactivo durante meses. En agosto de 1888 pasó a formar parte del 2° Tercio de la Guardia Civil, mandando una sec­ción de la 4ª compañía acuartelada en Trinidad. Por aquellos años comenzaban a actuar los primeros  grupos de guerrilleros que buscaban la independencia del país. Durante cinco años, el teniente Gómez-Barbé se dedicó con gran eficacia a perseguir a los insurgentes lo­grando batir o capturar va­rias partidas de rebeldes que asaltaban los pueblos saqueándolos en busca de ví­veres y armas.


Centro histórico de Trinidad (Cuba) donde estaba acantonada la 4ª compañía del 2º Tercio de la Guardia Civil que mandaba el teniente Gómez-Barbé

En octubre de 1893 em­barcó de nuevo rumbo a la península y fijó su residencia en Madrid siendo desti­nado al Regimiento de Co­vadonga, con base en Lega­nés, donde tuvo lugar su nom­bramiento como capitán el 13 de julio de 1894. Acos­tumbrado a la acción, la abu­rrida vida cuartelera en la capital resultaba insufrible para el valeroso oficial, por ello decidió voluntariamen­te solicitar el traslado a Cuba donde se había reanudado la guerra. El 30 de octubre de 1895 partió desde Cádiz ha­cia su nuevo destino, desem­barcando en la Habana el 15 de septiembre.
Coincidió su llegada a la colonia con la aventura expedicionaria de Antonio Maceo que, atravesando la trocha Mariel-Majada, consiguió llegar a la parte más occidental de la isla burlando la vigilancia de los espa­ñoles. Inmediatamente se incorporó al primer batallón del Regimiento del Rey y comenzó a prestar servicios de recono­cimiento y emboscadas. El 24 de no­viembre entró por primera vez en com­bate contra los mambises en Santa Ma­ría de Caovillas, continuando bajo las órdenes del general Luis Prats la persecución y hostigamiento incesante de las partidas enemigas. El 8 de enero de 1896 mandaba las tropas de vanguar­dia de su columna cuando se enfrentó, en el sitio llamado Palomino, con un nu­meroso grupo de insurgentes mandado por Maceo. En la refriega resultó herido grave de un balazo en la pierna izquier­da, aunque, con gran arrojo, continuó al frente de sus tropas hasta el final del combate. Por su distinguido comportamiento  en  esta acción  de  guerra  sería ascendido a comandante (5).
Tras una larga convalecencia en el hospital de La Habana, en noviembre era destinado al primer batallón del Regimiento de Infantería de Cuenca n° 27, unidad que formaba par­te de la columna expedicionaria manda­da por el coronel don Luis Molina, cuya misión era perseguir y castigar al ene­migo que actuaba por la accidentada provincia de Matanzas. En estos meses intervino en multitud de enfrentamien­tos y escaramuzas, recibiendo la Cruz de 2ª clase al Mérito Militar con distin­tivo rojo por su valentía en los combates que tuvieron lugar en los montes de San Román el día 31 de diciembre. El parte de guerra indicaba:

Fuerzas de Cuenca y de la séptima zona (comandante Gómez-Barbé) encontraron ayer tar­de reunidas las partidas de Felino Álvarez y Barreta, en número de ciento a ciento cincuenta rebeldes monta­dos, con los que sostuvieron en potrero Sociedad media hora de fuego, retirándose aquellos e internándose en los montes Bulfor, en cuyo punto la volvieron a batir, dispersándolas completamente.

Todo el año 1897 lo pasó comba­tiendo en la espe­sura de la manigua contra las partidas de Betancourt, Cle­mente Gómez, Águila, Aran­go y otros cabecillas rebel­des a los que causó notables daños. El parte del día 23 de mayo decía: (6)

El coronel Moli­na batió el veintidós en Suá­rez y Hoyo Colorado las par­tidas de Clemente Gómez, Rojas y Tabares, que conta­ban unos cien hombres a pie y algunos caballos. Desalojó a los rebeldes de sus posiciones, tomadas a la bayoneta por la compañía de van­guardia del batallón de Cuenca, manda­da por el comandante Barbé, causando al enemigo bastantes bajas.

Con motivo de la guerra declarada por Estados Unidos contra España, cuyo propósito era anexionarse la isla y con­trolar el comercio del azúcar, en marzo de 1898 el alto mando designó al co­mandante Gómez-Barbé como ayudan­te de campo del general Luis Molina, con la misión de dirigir obras de fortifi­cación en el norte de la isla, a fin de pre­venir posibles desembarcos en aquella zona. Lamentablemente, la batalla na­val de Santiago, que terminó con la des­trucción de la escuadra del almirante Cervera, hizo inútil continuar la resis­tencia en tierra. Por el tratado de París, España perdió el resto de su imperio colonial ultramarino y Gómez-Barbé, como el resto de los militares españoles que lucharon en Cuba, sufrió la humilla­ción de tener que abandonar aquellas tierras que tanta sangre, sufrimientos y lágrimas habían costado.
Junto con otros mandos del ejército colonial, en enero de 1899 era repatriado a la península. Tras el desembarco en Cádiz regresó por fin a su domicilio en Madrid. A los pocos días recibía el ascenso a teniente coronel en recom­pensa a los méritos de guerra contraí­dos en la acción de Las Piedras, ocu­rridos el 14 de enero del año anterior.
El superávit de jefes y oficiales con­centrados en la península tras el desastre del noventa y ocho hizo que Gó­mez-Barbé estuviera en situación de excedente en la 1ª Región Militar hasta noviembre de 1900, fecha en que fue destinado al Regimiento de Reserva de Ávila.
En octubre del año siguiente consiguió ser trasladado al Regimiento de Infantería Cova­donga n°40, con guarnición en Madrid, donde disfrutó unos años de estabili­dad, rota en mayo de 1904 cuando se le nombró jefe del Batallón Cazadores de Ciudad Rodrigo n° 7, ubicado en Los Barrios (Cádiz), dedicado a la vigilancia y protección del campo de Gibraltar, permanentemente en tensión a causa de las agitaciones campesinas promovidas a causa del hambre y la injusticia social.
El 15 de febrero de 1907 fallecía Eugenia Lau­ra en su domicilio de la calle Maldonado de Los Barrios. Fue una fiel compañera durante la azarosa vida castrense de su marido. Don Alfonso permaneció al mando del Batallón n° 7 y como Comandante Militar de la Plaza de Los Ba­rrios hasta enero de 1909 cuando, al alcanzar el empleo de coronel, se le des­tinó a la Zona de Reclutamiento de Ali­cante. Además, atendiendo a la eficacia en los servicios prestados, se le conce­dió la placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
Tras un año en tierras levantinas, en febrero de 1910 se le con­fiaba el mando del Regimiento de Infan­tería Sicilia n°7, acantonado en la pla­za de San Sebastián. Incorporado a su nuevo destino tuvo que reprimir las violenlas huelgas que en julio de aquel año tuvieron lugar en Bilbao. Al crearse la Escuela Militar de San Sebastián fue nombrado director de la misma, cargo que compatibilizó hasta 1915 con el mando del regimiento, haciéndose car­go en varias ocasiones, de forma interi­na, de la 1ª Brigada de la 11ª División y actuando otras como Gobernador Militar de Guipúzcoa. 
En octubre de 1915 fue promovido al empleo de general de Brigada, permaneciendo en San Sebastián hasta marzo de 1917, fecha en que se le con­fió el mando de la 1ª Brigada de la 10ª División con sede en Pamplona. A su lle­gada a la capital de Navarra tuvo que asumir además de forma interina el Go­bierno Militar de la provincia en unos momentos especialmente delicados al encontrarse la zona en estado de guerra con motivo de la huelga general revolu­cionaria.

 
General Alfonso Gómez-Barbé. Portada de la revista Vida Manchega n°150. Año 1915. Gentileza del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha.

En marzo de 1921 ascendió a gene­ral de División y se le encomendó el mando de la 16ª con base en León, don­de fijó su residencia. Al igual que en Navarra tuvo que asumir el mando de la referida unidad y hacerse cargo tempo­ralmente del Gobierno Militar de la pla­za y provincia. (7)
El 9 de julio, contando ya con 63 años, contrajo nuevo matri­monio en la capital leonesa con la María del Rosario Márquez Rodríguez, quien le acompañaría en los últimos años de su vida (8).
En abril de 1924 cesaba en sus funcio­nes de mando directo, pasando a la re­serva por cumplir la edad reglamenta­ria. Inmediatamente el Di­rectorio Militar presidido por Primo de Rivera le nombró Gobernador Civil de León. (9) Posteriormente se le designaría como miembro del Con­sejo Supremo de Guerra y Marina, máxi­mo órgano judicial propio de la jurisdic­ción militar, enton­ces separada de la civil, circunstancia que le obligó a trasladar de nuevo su residencia a Madrid. En este empleo pasó los dos últimos años de servicio a España aquel manzanare­ño, cuyo valor probado, sentido de la responsabilidad y aptitudes para el mando, le hicieron alcanzar los más altos grados de la carrera militar.

NOTAS
1.- Libro de Bautismos nº 45. Página 267 vuelta. Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
2.- Libro de Desposorios nº 17. Páginas 147 v. a 149. Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
3.- Libro de Defunciones nº 18. Página 132 v. Archivo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
4.-BARRET BOHIGAS, Inés y AGUILERA SERRANO, Pietat. La sublevación militar republicana en Santa Coloma de Farners.   Archivo Histórico Comarcal de Santa Coloma (Gerona). Caja 5, carpeta 8.
5.- Hoja de Servicios de D. Alfonso Gómez-Barbé Inarejos. Estado Mayor General del Ejército. Archivo General Militar de Segovia.
6.- WEILER, Valeriano. Mi mando en Cuba. Tomo III. Páginas 210, 211,214 y tomo IV. Página 384.
7.- Hoja de Servicios de D. Alfonso Gómez-Barbé Inarejos. Estado Mayor General del Ejercito. Archivo General Militar de Segovia.
8.- Diario de León. 9 de julio de 1921. Página 2.
9.- Diario ABC del 13 de abril de 1924. Página 17. Madrid.




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