Publicado en el número 342, correspondiente a
diciembre de 2009
La
investigación sobre la Historia de Manzanares ha conocido durante el siglo XX
un auge extraordinario. La publicación de una decena de libros y numerosos
artículos especializados, perfectamente documentados, más la realización de dos
Semanas de Historia, (1) han permitido ir avanzando en el conocimiento de
muchos aspectos de nuestro pasado colectivo que permanecían ocultos tras el
tupido velo del olvido. Gracias al
esfuerzo de profesionales e investigadores ha sido posible rescatar ese pasado,
antes desconocido, para ofrecerlo a las generaciones actuales y venideras.
En
el siglo XIX las aportaciones fueron mucho más pobres. Entre ellas cabe
destacar la parte dedicada a Manzanares del Diccionario Histórico, Geográfico,
Biográfico y Bibliográfico de la provincia de Ciudad Real, del sacerdote D.
Inocente Hervás y Buendía, publicada su primera edición en 1890 y la segunda en
1899. En las once páginas que dedica a nuestro pueblo recoge diversos aspectos
de la Historia local, avalando sus afirmaciones con veintidós citas
documentales. También aparecen algunos errores de bulto como son la afirmación
de que el general Jean Gaspard René murió en el asalto al hospital francés
durante la guerra de Independencia y que la Casa de la Tercia fue edificada en
1525.
Otras
breves referencias históricas, sin soporte documental alguno, y por tanto de
credibilidad limitada, aparecen en el Calendario Vinícola y Filoxérico para el
año 1883, de José López Camuñas, y en la Novena al Divino y Respetable Jesús
que con el título del Perdón se venera en la fidelísima villa de Manzanares de
la Mancha, Campo de Calatrava, compuesta por D. Diego de Peñalosa Cantalejo en
1855. Pero, sin duda, la obra más importante de todas es la titulada Memorias
para la Historia de la villa de Manzanares, provincia de La Mancha, hasta el
año de 1814. Se trata de un cuadernillo manuscrito que se encuentra en el
archivo de la parroquia de Santa María del Prado, antiguo convento de
Mercedarios, de Ciudad Real. (2) Por ello se le conoce vulgarmente como Manuscrito
de la Merced. Por razones que nadie ha sabido explicar, cuatro de sus páginas,
de la 17 a la 20, han sido arrancadas por mano alevosa, de modo que ha quedado
reducido a diecisiete folios. Las hojas perdidas correspondían justamente a
hechos sucedidos en los siglos XV al XVIII, periodo del que tenemos un
conocimiento muy escaso.
La
razón de encontrarse dicho documento en el citado archivo parroquial obedece al
intento de un erudito de la capital, cuyo nombre ignoramos (tal vez el párroco)
de confeccionar una Historia de la Provincia de la Mancha que finalmente no se
llegó a publicar, tal vez por no encontrar en los pueblos la colaboración
necesaria. Para llevar adelante la idea solicitó a los pueblos y villas le
remitieran amplios informes sobre su Historia local. En Manzanares se dirigió
al alcalde mayor, cargo que ocupaba en ese momento don Joseph Portes Puig. Éste
encargó la realización del trabajo a una comisión de cinco personas destacadas
por su cultura y conocimientos. En el archivo municipal existe un documento
semidestruido, que reproducimos a continuación, en el que el desconocido
investigador agradece al alcalde mayor de la villa el haberle enviado las
citadas Memorias.
TRANSCRIPCIÓN:
Muy Sr. Mío: con singularísimo aprecio he recibido las Memorias que se digna V.
S. con fecha 5 del presente remitirme, y ha formado con extensa erudición y
acertado criterio la comisión de literatos nombrada por V. S. y el muy ilustre
Ayuntamiento de esa fidelísima villa para la formación del ensayo histórico
suyo y de toda la provincia. Por tan insigne celo patriótico y acertada
elección doy a V. S. las más expresivas gracias, suplicándole se digne hacerlas
presentes también al muy ilustre Ayuntamiento con la solemne protesta de que en
nada será…..
La
destrucción del papel impide leer la otra cara del documento donde debían
encontrarse fecha y firma del peticionario.
EL
DOCUMENTO
El
contenido de las Memorias históricas puede dividirse en cuatro bloques:
Primera
parte (1,5 páginas).
El
documento comienza situando geográficamente la villa de Manzanares, destacando
la bondad de su clima, la feracidad de sus tierras y los cultivos más
abundantes que se crían en ellas. La información que aporta sobre este
particular es muy escasa; no
indica ni la superficie dedicada a cada uno de los cultivos, ni el volumen de
las producciones, ni cualquier otra información de valor estadístico.
Portada del manuscrito |
Segunda
parte (15,5 páginas)
En
ellas los autores realizan un pormenorizado análisis de la zona durante la
época romana; elucubran sobre la posible situación de Murus en los restos de
Moratalaz y afirman, basándose en datos documentales y arqueológicos solventes,
la correspondencia de la actual Alhambra con la antigua Laminium. Sigue
hablando de los carpetanos, oretanos y árabes para enlazar con la fundación de
la Orden de Calatrava con la misión de defender la antigua ciudad y fortaleza
de Calaat Rabah. Para ser una Historia de Manzanares dedican demasiadas páginas
a tratar sobre un periodo en el que la villa todavía no existía. Resulta
interesante a nivel general, pero de escasa relevancia para la Historia local.
Tercera
parte (3 páginas)
En
ella aborda la fundación del castillo de
Manzanares, dando por buenas las indicaciones del documento que recoge
el árbol genealógico de los Sánchez-Manzanares, en el que cita como fundador al
comendador Martín Martínez, en 1198, y como defensores los doce caballeros
Sagasti (Manzanares). Esta afirmación ha sido rebatida por todos los historiadores
posteriores dada la imposibilidad de que existiera tal castillo antes de la
batalla de Las Navas. Otros datos vertidos en el mismo documento de 1636 sí son
verdaderos y están contrastados; tales son la cerca de la villa, que sitúa en
1352, o el traslado de la parroquia al nuevo templo en 1520. En cuanto a la
donación de la encomienda a la señora doña Sancha Alonso, acordado por la Orden
en 1307, no se ha podido comprobar hasta el momento con otras fuentes, pero no
debemos descartar su posible veracidad. También parece cierta la existencia de
la estirpe de los Sánchez Manzanares. El primer párroco del nuevo templo de la
villa, ubicado en la plaza, fue precisamente frey D. Martín Sánchez-Manzanares,
del hábito de Calatrava.
Cuarta
parte (12,5 páginas)
Dedicadas
exclusivamente a la guerra de Independencia, recién acabada cuando se redactó
el documento. Su lectura resulta interesantísima y tiene un extraordinario
valor historiográfico. La cercanía en el tiempo permite a los autores, todos
ellos testigos presenciales, citar hechos y fechas con absoluta precisión. Por
otra parte, al proceder de una redacción colectiva, evitan los errores
subjetivos, lo cual le confiere una gran credibilidad.
LOS
AUTORES
1.-
PEDRO DÍAZ-RONCERO GARCÍA DE TOMÁS
Pedro
Sebastián, hijo de Francisco Calixto Díaz-Roncero, preceptor de Gramática, y
Florentina García de Tomás (natural de La Solana), Nació en Manzanares el día
21 de noviembre de 1776. Sacerdote. Abogado de los Reales Consejos. Era una
persona de gran cultura literaria y numismática. Trabajó como secretario del
cardenal D. Luís María de Borbón y Villabriga, regente de España mientras
Fernando VII estuvo retenido por Napoleón. Fue el autor de varias lápidas en
latín, entre ellas la que se colocó sobre la puerta de la ermita de San Antón.
Durante la guerra ejerció como alcalde mayor interino de la villa de Manzanares
y en 1813 formó parte del Ayuntamiento liberal. Falleció el 19 de mayo de 1836
a los 59 años de edad y nombró por heredera a Ana de la Torre, su sobrina, hija de Cristino y de María
Francisca Peñalosa.
Libro
de Bautismos nº 26, folio 73v. Bautizado el 23 de noviembre de 1776. APNSA.
Libro
de Defunciones nº 15, folio 10. Inscrito el 19 de mayo de 1836. APNSA.
2.-
GABRIEL FERNÁNDEZ-VÁZQUEZ CENTENOS
Gabriel
Francisco, hijo de Antonio Fernández-Vázquez y Marcelina Centenos. Nació en
Manzanares el día 18 de marzo de 1777. Presbítero natural de Manzanares.
Secretario del Cabildo. Murió el 12 de junio de 1836 con 58 años. Dejó como
heredera a su sobrina Teresa Fernández-Vázquez, hija de su difunto hermano
Alfonso.
Libro
de Bautismos nº26, folio 93v. Bautizado el 20 de marzo de 1777. APNSA.
Libro
de Defunciones nº 15, folio 11 v. Inscrito el 12 de junio de 1836. APNSA.
3.-
MANUEL RUIZ-CONSTANTINO DE COCA
Manuel
Eugenio, hijo de Juan Ruiz-Constantino Camacho y de Ana María de Coca (natural
de Villanueva de los Infantes). Sacerdote. Nació en Manzanares el día 15 de
noviembre de 1754. Murió el 12 de enero de 1824 a los 69 años. Dejó sus bienes
a la colecturía eclesiástica.
Libro
de Bautismos nº 21, folio 130v y 140. Bautizado el 25 de noviembre de 1754. APNSA.
Libro
de Defunciones nº 12. Folio 284 v y 285. Inscrito el 12 de enero de 1824.
APNSA.
4.-
FRANCISCO CALIXTO RONCERO JIMÉNEZ
Hijo
de Pedro Díaz-Roncero y Quiteria Jiménez. Nació el día 14 de octubre de 1749.
Fue preceptor o maestro de Gramática. Tenía 64 o 65 años cuando colaboró en las
Memorias. No murió en Manzanares.
Libro
de Bautismos nº 20, Folio 303. Bautizado el 19 de octubre 1749. APNSA.
5.-
JULIÁN DE SANDOVAL CARRIÓN
Julián
Antonio, hijo de Agustín de Sandoval, regidor perpetuo de la villa, teniente de
Caballería natural de Huete, y de Dª Agustina Carrión Villarreal, natural de Villarrobledo. Nació
en Manzanares en los primeros días del mes de enero de 1767. Era un rico
hacendado que residió en la calle Don Pedro. Murió soltero a los 75 años de
edad y declaró por heredero universal a su hermano D. Agustín de Sandoval
Carrión, brigadier de los ejércitos nacionales. En 1810 formó parte de la Junta
Municipal de Manzanares junto con D. Pedro Álvarez de Sotomayor. En 1823 fue
uno de los fundadores de la Sociedad Patriótica local.
Libro
de Bautismos nº 23, folio 246. Bautizado el 8 de enero de 1767. APNSA.
Libro
de Defunciones nº 15, folio 249. Inscripción del 19 de enero de 1843. APNSA.
NOTAS
1.-
Las conferencias de la Segunda Semana de Historia, organizada por la
Universidad Popular, están todavía sin publicar.
2.-
El escritor e historiador cordobés D. Rafael Ramírez de Arellano y Díaz de
Morales, secretario que fue del Gobierno Civil de Ciudad Real, indicaba en su
libro titulado Alderredor de la Virgen del Prado que la caligrafía de las
Memorias de la villa de Manzanares es de don Julián de Sandoval.
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